Carta IV

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Durante la noche Atem no pudo dormir: simplemente los peligros que se avecinaban eran muy comprensibles de temer. No sabía si está vez podría lograrlo, por el bien de todos debía hacerlo. Cuando dieron las 5:00 a.m. levantó lo que pudo de su cuerpo sin despertar a Mana y se fue a alistar, preparó sus cosas y ya a las 6:00 a.m. estaba listo para partir. Observó a Mana y pensó "Sin remedio" al notarla profundamente dormida; roncando y con un hilo de baba mojando la almohada. Sin quererle despertarla fue afuera cuando vió a sus y los demás ya preparados: "Veo que ya están listos". -Está todo listo faraón. Esperamos su órdenes. -Chicos...prefiero que sean más informales conmigo en este mundo, no estoy muy a gusto con ser visto con grandeza. -Pero...faraón-. Sin peros Seto. De ahora en adelante llámenme solo "Atem", ¿Está claro? -...Está bien, su alteza. -Seto... -¿De qué me perdí? -interrumpió Mana con una almohada en los brazos y bostezando en la puerta de su recámara. -Ya estamos listos. -¿En serio?, ¡Ahhhhh! En un momento estoy lista -gritó corriendo a la habitación que le habían asignado originalmente, algo que parece que a nadie le importó notar-. -Señorita Ishizu. -Dígame, Seto. -¿Conoce la razón por la cual nuestra apariencia cambió radicalmente? -Ah, debe ser porque esa es la apariencia que deben tener sus reencarnaciones en este tiempo. Véanlo con (con dificultad) Atem, cuando estuvo en el Rompecabezas como espíritu su apariencia se asemejaba a la de Yugi. -Entonces...¿Quiere decir que hay otro "Yo" nuestros por ahí repartidos por el mundo? -preguntó Maná saliendo de su habitación con el cabello aún sin peinar-. -Sí y no, mi reina (Mana se sonroja): Los únicos que tienen reencarnaciones aquí que tengamos conocimiento son el faraón y Seto. -Ya veo, entonces: ¿Esta es la apariencia que tendría de haber seguido mi espíritu en este mundo? -Sí, mi reina. -Disculpe, Ishizu. -Dime Kisara. -¿Por qué dice que "Sí y no"? -Las almas que dejan algo pendiente que resolver en el mundo de los vivos reencarnan hasta cumplir su destino. Las almas que no dejan algo pendiente no vuelven y su ciclo está completo. -¿Entonces por eso Seto reencarnaba aún estando en el mundo espiritual? -Seto era una pieza clave en el destino del faraón para cumplir su deber. Así que sí: al igual que el de todas personas que reencarnaron para ayudarlo a cumplir su destino. Piense en el jóven Yugi: su existencia era crucial para el destino de Atem. -Ya veo, esto es muy confuso. -El universo y el destino trabajan de maneras extrañas señorita.
Después de servir el desayuno todos partieron camino al aeropuerto. Tardaron un poco debido al tráfico de la zona por lo que llegaron en al menos 3 horas. -Este es el jet privado del museo. Irán con las piezas que se exhibirán este año en Ciudad Domino. Les deseo un buen viaje faraón. -Gracias Ishizu, espero verte pronto de nuevo. -Igualmente Ishizu, espero que nos veamos pronto.
Ya habiendo despegado Ishizu se vió cómo se perdían entre las nubes: "Llegue con bien, mi faraón".
Después de 1 día de viaje, llegaron al aeropuerto de Ciudad Domino; todos llegaron a la ciudad relativamente rápido a pesar del gentío que no estaban acostumbrados a frecuentar. Seto, Kisara y Mana estaban maravillados: nunca habían visto nada diferente a su antigua época: todo estaba lleno de color, el clima era más fresco, la comida era extraña, la ropa era muy diferente y las personas se comportaban diferente: todos eran más despreocupados; más libertinos en palabras de Seto. Habían máquinas extrañas llamadas autos, televisiones, faroles y demás cosas que Atem les explicaba caminando a la tienda de duelos de Yugi. -Si recuerdo bien, era por aquí. -Espere que no nos estés perdiendo Atem. -Te me algo de fé Maná, sólo debo refrescar mi memoria y estaremos listos para llegar. -Como todo respeto faraón, no creo que sepa por dónde llegar. -Seto, te he dicho que me trates como un igual. -Lo haré cuando sea el momento señor. -Chicos. -¿Qué pasa? -No soy experta en este mundo pero ese chico se parece al faraón. -¿Qué? Cuando todos voltearon vieron a un chico que se veía como Atem en sus años más jóven entrando a un pequeño edificio con unas palabras que según Atem decían "Game Shop". -¡Es Yugi! -Te lo dije Seto, sólo necesitaba refrescar mi memoria. -Como diga faraón -dijo volteando los ojos, comenzando a caminar con los demás hacia esa tienda.
-¡Abuelito ya llegué! -Ah, Yugi. Hoy no llegaste con tus amigos, ya hasta pienso en adoptarlos. -Fueron a comprar algo de comer. Llegarán más tarde.  -Oh, ya veo. -Bueno iré arriba, tengo trabajo del instituto. -Claro, mandaré arriba a tus amigos cuando lleguen. -¡Gracias! Cuando Yugi subió; unos minutos después con el abuelo tras la caja la puerta se abrió, cuando el abuelo los vió se dijo: "Vaya, a Yugi le gustará esto". -¡Yugi!, Baja, hay unas personas que quieren verte. -¡Ay abuelito! Estoy ocupado. -Es importante Yugi baja. -Bien. Cuando Yugi iba a medio camino en las escaleras, se quedó paralizado con lo que vió, ahí estaba Atem junto con otras personas, en realidad no le importaría mucho pues fue directo hacia su viejo amigo: "¡Atem!"-Yugi, es bueno verte. Yugi lo abrazó con sorpresa de todos. -¡Chico!, ¡El faraón no debe ser tocado de manera tan irresepetuosa!, ¡Suéltalo! -Cálmate Seto, no seas tan estricto. Después de unas cuantas lágrimas de parte de Yugi, se separaron y Atem vió a los ojos a Yugi: "Ha pasado tiempo Yugi, es bueno estar de vuelta". -Sí, lo mismo digo. -¡Ah!, es tan tierno. ¡Es como un mini-Atem! -Es-espera un gustó verte otra ves Mana -pudo decir entre aíres debido al abrazo que le daba Mana-. ¿Jm?, ¿Nos conocemos? -Haha, sí, más-o-menos: mis amigos y yo te conocimos en el Mundo de las Memorias de Atem. -Ah, debes contarme de eso -dijo dirigiéndose a Atem sin soltar a Yugi. -Mana...puedo...respirar -dijo Yugi ya morado como su cabello-. -¡Ah¡ Lo siento -dijo con una mano tras su cabeza avergonzada. -¡Yugi!, ¡Trajimos la comida!, No creerás lo que nos dieron de rega-. En la puerta aparecieron Joey, Tristán y Tea. Al ver lo que había adentro se quedaron petrificados por unos segundos; para después recuperar la compostura todos gritaron: ¡Atem!; Joey fue a tomarlo del cuello en un abrazo brusco frotándole la cabeza con el puño -Seto se mostraba molesto, pero sabiendo que Atem volvería a reprenderlo, sólo observó-. Tea se acercó con un sonrojo en el rostro (algo que no pasó desapercibido por Mana) y Tristán se acercó sólo con una sonrisa en el rostro. -¡Atem!, Viejo, pensamos que no volveríamos a verte. -Yo tampoco pensé verlos de nuevo Joey. -¿Y qué te trae por aquí Atem? No creo que sea sólo para visitarnos ¿O sí? -preguntó Tristán de manera casual sin dejar de ser serio. -Desgraciádamente tienes razón Tristán: hubo un problema en nuestro mundo. Bien, nos contarás todo después. ¡Ahora hay que celebrar que has vuelto! -gritó Tea tomando del brazo a Atem, que sorprendió a todos y poniendo celosa a otra. -Bien, pero antes déjenme presentarlos. Chicos, estas personas son mis amigos de antes de que fuera sellado en el Rompecabezas: Kisara, ustedes laconocen como el Dragón Blanco de Ojos Azules. Todos al escuchar esto abrieron la boca hasta el suelo, pero decidieron sin hablar en hacer preguntas hasta que Atem terminara de presentarlos. -Él es Seto, mi primo y uno de mis sacerdotes. Cuando lo notaron dejaron sus mandíbulas en el suelo de nuevo: era idéntico a Kaiba; las preguntas sólo se acumulaban más y más. -¡Y yo soy Mana! Mucho gusto -dijo con entusiasmo saltando sobre la espalada de Atem mirando a todos evitándole la mirada a Tea-. Si todos ya tenían bastantes preguntas, eso sería la que derramó los ánimos de seguir callados, por lo que todos empezaron a hablar.
Después de unas horas de explicaciones, preguntas y respuestas, golpes de realidad, etc. Todos se estaban poniendo al tanto de ellos mismos: "Atem hablaba con Yugi sobre lo poco que se perdieron en su tiempo separados, Mana hablaba con Joey y Tristán,en vano trataban de interesar a la chica en algo; al menos por parte de Joey, mientras que Tristán sólo con intenciones amistosas, pues él tenía a Serenity. Tea trataba de hablar con Seto y hablaba con Kisara: Seto de verdad era un hueso de roer.
-Oigan chicos. ¿Cómo que ya hace hambre no? -dijo Tristán sin remedio. -Haha, Tristán no tiene remedio -dijo Tea acostumbrada a la forma de hablar de Tristán, pero su estómago indicaba estar ese acuerdo con su amigo-. Haha, creo que no haría daño comer ya. -Mientras comían todos notaron algo extraño: algo que se indicaban Joey y Tristán a cuchicheos: "Oye, ¿No notas algo extraño?" Tristán con un bocado en la boca respondió: "¿Mmmmm me?" -Eso -dijo señalando a Atem junto a Maná, mientras incrédulos veían como ella le daba de comer una papa en la boca con él avergonzándose un poco con todos observándola estupefactos. -Oye sí, no parece ser el mismo hombre que sólo pensaba en duelos y siempre estaba tenso y serio. Parece más...relajado, y esa chica...¿Qué relación tienen? -Chicos, déjenlos en paz. Seguramente son así porque han sido amigos desde la infancia (aunque por dentro Tea se moría de las ganas de confirmar que sus sospechas no fueran ciertas), ¿Verdad?. -Eh, oye Atem. -¿Mmm? Dime Yugi. -No es que sea de mi incumbencia pero por qué Maná y tú... -Ah, es mi esposa -dijo casualmente como si de responder a su nombre se tratara-. Todos: ¡Qué!

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