—Llegaron los rusos—
Dio la notícia al jefe,él miró para al chico y luego asintió.
—Prepárate—
Escuchó de parte del chico de ojos carmín,hizo lo mismo solo asintió para luego retirarse de ahí.Cada pasó que daba era seguro,no faltaba mucho para entrar en aquella sala que era realmente grande dónde sólo se encontraba una mesa y sillas alrededor de está.
En éste lugar sólo acostumbraba a hacer los negocios.
Los chicos se sentaron enfrente de los rusos.
—Daselo—
Ordenó el de ojos carmín,él de ojos azules sacó un maletín llenó de dinero.
—No queremos su dinero,nos informaron que ayer les llegaron mujeres y mi jefe quiere algunas,en vez de su dinero—
Habló cierto señor de gafas de pasta negra.
—Me parece bien—
Cerró su maletín para luego hacer una señal a Carla de que trajera a las chicas,no pasaron ni dos minutos para que las chicas estuvieran formadas en hilera.
—Le dije que ellos siempre tienen a las mejores mujeres—
Habló de nuevo el de gafas,el que era mayor solo asintió.
—Quiero a la de azul—
Habló por primera vez el jefe de la mafia contraria,la chica que tenía un vestido azul se acercó al antes mencionado.
—También a ella—
Habló el hombre de gafas señalando a la rubia de vestido rosa que cierta persona ya tenía el gusto de conocerla.
—También sería bueno quedarnos con la que hizo llamar a las señoritas—
Dijo de nuevo el de gafas,Daniel fruncio su ceño.
—No negociare con chicas—
Habló el de ojos carmín.
—Por dios que tanto son tres mujeres,digo sólo son simples objetos—
Dijo el de gafas mirando al de ojos carmín,no duró ni un segundo para que su jefe tuviera una pistola apuntandole entre las cejas.
—Lo dire una sola vez es el dinero o la muerte—
Sus ojos se oscurecian.
—No te conviene matarme pedazo de niñato—
Habló aquel señor con algunas canas.
—A si y ¿por qué?—
No dejaba de apuntar al señor.
—Tenemos diez hombres allá afuera—
Su sonrisa no tardó en aparecer.
—Antes de que les llames ya estarás muerto vejete—
Habló con seguridad y valla es cierto el puede cargarse a cinco mafias el mismo día no sorprendería que se cargara una hoy mismo.
—Albert,matalo—
Ordenó,el de las gafas sacó su pistola pero antes de poder apuntarle ya estaba muerto tirado en el suelo.
Las chicas asustadas se fueron a una esquina de la sala.
—Siempre complicas todo bastardo—
Él fue el dueño de esa bala que atravesó la cabeza de Albert.
—Creó que por último te toca a ti—
Su cabeza fue atravesada por la bala perteneciente de la pistola de Tom.
No se hicieron esperar para que los diez hombres entraran a la sala con armas y apuntando a todos ahí.
—Joder—
Dijo Han para matar 5 de ellos con sólo su pistola.
—Pense que no trabajaría hoy—
Éso lo dijo Gabo para terminar con los otros 5 hombres.
Sin dudar ellos eran los mejores del negoció ellos si quisiesen acabarían con todas las mafias de éste mundo.
—Por qué complicarlo idiota—
Dijo guardando su arma en su chaqueta.
—No pienso negociar con mujeres—
Sin más que decir se fue de aquélla sala grande.
—Regresen a su lugar—
Habló Han dirigiéndose a las chicas que todavía tenian miedo.
—Carla vámonos—
El de ojos azules salio y detras de el iba la chica mencionada.
—Malditos idiotas—
Dijo Gabo para irse igual que los demás.—Señor,quisiera hablar con El jefe—
Dijo la rubia dirigiendose al de ojos grises.
—Está bien—
Le dedico una sonrisa,digamos que entre los cuatro Han era el más simpático.
La rubia no dudo para ir a la habitación del jefe,al llegar tocó tres veces no recibió respuesta así que decidió entrar por su propia cuenta,al abrir la puerta se encontró al chico todo empapado y con el torso descubierto.
La chica no tardó en ponerse más roja que un tómate maduro.
—¿te quedaras mirandome o me diras que es lo que haces aqui?—
Habló el que acababa de darse una ducha.
—Y-yo que-quería sa-saber....—
Creó que hasta un tómate tendría envidia por no conseguir el color que tenía la chica en ése momento.
—¿Tan nerviosa te pongo?—
Tomó su barbilla para que lo mirara con aquéllos ojos cafés de la rubia.
—¿Por qué lo hizo?—
Dijo evadiendo completamente la pregunta que le hizo con anterioridad.
—¿Hacer qué?—
Dijo tomando un poco de vino que tenía en su mesita de noche.
—Ya sabé,¿por qué nos protegió?—
Habló la rubia,el chico se quedó mirando la ventana que se encontraba abierta.
—Las mujeres no son ningún objetó,jamás pagaría o cobraría por una mujer,nunca negociare con personas como si fueran objetos—
Habló sin dejar de ver la ventana,la chica realmente se sorprendió al escuchar la respuesta del chico.
—Gracias—
Dijo la rubia con una preciosa sonrisa.
—No lo agradezcas,si no te importa tengo que trabajar—
Sin más que hacer o decir salió del sitio,la chica no paraba de sonreír ya qué al saber que siendo jefe de una mafia tiene corazón.Es estúpido creer qué ciertas personas pueden moverte el mundo,lo más idiota es sentir qué las personas sienten afectó por ti,las personas son realmente hipócritas.
—Necesitó hablar contigo—
Su mirada era fría y cargada de odio.
—¿Cómo entraste?—
Preguntó de los hermosos ojos azules.
—Primeramente se saluda idiota—
Tomó asiento para quedar enfrente del chico.
—¿Qué quieres?—
Tomó su copa llena de vino blanco.
—Quiero tus servicios—
Habló,colocó un puro entré sus labios para luego encenderlo.
—Te dije que ya no volvería a trabajar contigo—
No tardó en qué se enojara con tal propuesta u orden del chico.
—No me gustaría qué te patearan el culo—
Dijo con una sonrisa ladina.
—A mi no me gustaría que te matarán—
Soltó una pequeña carcajada para luego tomar un poco más de su copa.
—JaJa,que gracioso,no te lo diré otra vez,tú vas a hacerme un encargó y listo—
Tiró su puro en el suelo para luego pisotearlo.
—Ni loco volveria a trabajar contigo—
Tomo su copa para ponerle un poco más de ese líquido alcoholizado.
—Soltaron a Mad—
Dijo sin más.
—¿Qué?—
Parecía que sus ojos saldrian de sus órbitas,su copa cayó al suelo para derramar el líquido y la copa se hiciera pedazos.
—Eso no puede ser verdad—
Se levantó rapidamente de su asiento.
—Es verdad,por eso necesitó tú ayuda y porsupuesto que la de Tom—
Su mirada aún era fuerte.
—Carla—
Habló,no tardo nada en llegar la chica.
—Señor,¿qué se le ofrece?—
Habló la chica con nerviosismo.
—Trae a Tom,dile que es urgente—
Su mirada se mantenía en su escritorio.
La chica corrió a la oficina u habitación de Tom.—Señor,lo encontramos—
Habló un azabache.
—Extraordinario,lo quiero muerto—
Sus carcajadas eran tan sonoras que daba miedo.—¿qué quieres?—
Tomó asiento.
—Mad está libre—
Habló,llendose directo al grano.
—Joder,debí de matarlo aquél día,necesitamos reforzar está mierda—
Su ceño estaba completamente fruncido.
—Sólo hay una opción—
Mira al de ojos carmín.
—Matarlo—
Habló el de ojos carmín.