Capítulo 13: Survival zombi

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El check-in del survival zombi se hacía en el polideportivo de la ciudad, muy cerca de donde se encontraba la sex-shop

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El check-in del survival zombi se hacía en el polideportivo de la ciudad, muy cerca de donde se encontraba la sex-shop. La cola era tan larga que daba la vuelta a la manzana y estaba cercada por unas vallas amarillas tambaleantes. Parecía la fila de un concierto. Todo el mundo estaba emocionado, se escuchaba un constante murmullo de voces, risas y gritos, una nube de excitación que los actores vestidos de militares contenían mandándonos a callar u ordenándonos que nos colocásemos bien en la fila, tan agresivos que parecían soldados de verdad. Iban muy bien preparados, con uniformes reales, armas, cascos y walkie-talkies.

—¿Y qué tal los exámenes? —le pregunté a Laura.

Habíamos hablado un poco durante la semana por WhatsApp, sobre nuestras ganas de que llegara el finde y de lo agobiada que estaba con el instituto, que apenas le había dejado tiempo para organizar mi primera clase de guitarra.

—Ufff, no sé, creo que en general bien.

—Estabas en bachillerato, ¿no? —Bajé la voz en cuanto vi que uno de esos soldados pasaba por nuestro lado.

—Sí, en segundo —asintió.

—¿Y ya has decidido qué quieres hacer después?

—Voy a estudiar Comunicación Audiovisual.

—¿Eso es para ser directora de cine o algo así?

Laura volvió a asentir, poco convencida. Avanzamos unos pasos en la cola.

—¿Entonces quieres dirigir una película?

Vi un amago de sonrisa en sus labios. El gesto de alguien que sueña con ello pero no quiere expresarlo abiertamente.

—No sé si dirigir..., aunque no estaría mal.

—Acuérdate de mí cuando te hagas famosa, eh. —Quise darle un pequeño codazo, pero me contuve—. ¿Y a qué Uni quieres ir?

Se escuchó un rugido, propio de una imitación de zombi, y luego un estallido de carcajadas. Nos inclinamos un poco sobre la valla, mirando a ambos lados. El militar buscaba de dónde venía, con un gesto muy serio.

—¿A qué Uni? —repetí.

—A la UAB, en Barcelona.

Su respuesta me sorprendió.

—¿Por qué tan lejos?

—Porque la UAB es la mejor. Y de paso me quito de en medio a mi padre. Me dice que esto no tiene salida, que el cine aquí no se aprecia.

Quería ganarme a Laura a toda costa, así que no iba a decirle que quizá Jesús llevaba algo de razón.

—Tienes que estudiar lo que te gusta.

—Eso es lo que le intento explicar siempre, que si no hago lo que me gusta seré una amargada como él, atrapada en un trabajo que odio —se explicó.

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