Capitulo 3

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-Y cuando me di la vuelta el maldito hijo de perra estaba detrás de mí.- Finalizó Vicky.

   Reí, la mala suerte de mi mejor amiga era algo sobrenatural. Nos hallábamos debajo de las gradas de la cancha de football, escondiéndonos. Eso hacíamos todas las veces que nos escapábamos de clases.

-¿No crees que estás siendo injusta con el pobre tipo? - La acusé - Después de todo, el tiene derecho a enterarse de que sus cuernos son tan grandes que le rascan el culo a Dios, Vick, aquí la zorra eres tú.

-Bueno, sí... ¡pero no de esa manera! - La pelirroja tomó un cigarrillo, lo puso entre sus labios y lo encendió mientras hablaba. - ¿Necesitaba interrumpir a la mitad del puto acto? No. Que se vaya a la mierda.

   Solté una carcajada, Vicky nunca cambiaría.

   Miré la hora en mi teléfono, ya casi era hora de almorzar y el imbécil de Jordan aún no había llegado con la caja. ¿Dónde carajos se había metido ese cabeza de plumero?

-Juro que voy a asesinarlas. - La voz de mi amigo sonó detrás de nosotras, como contestando a mis pensamientos.

-Hola plumerín, ¿Qué tal todo? - Soltó Vicky mientras exhalaba humo del cigarrillo. - ¿Tienes la "cosa"?

-Si con "cosa" te refieres a esta jodida caja llena de arañas, sí, la tengo. - Dijo el rubio con tono amable y una sarcástica sonrisa. - Oh, casi se me olvida preguntarles un pequeño detallito. ¿POR QUÉ MIERDA ME HICIERON RECOGER UNA MALDITA CAJA CON ARAÑAS DE UN PUTO CALLEJÓN?

   Ambas soltamos una larga carcajada, y aún riendo fuimos a abrazarlo.

-Sabes que te amamos. - Dije mientras tomaba la caja para depositarla en el suelo. El objeto vibró un poco en mis manos y espantada di un paso atrás y la dejé caer. - Mierda, que horrible.

-Cuidado con esa cosa, Allie, no sabes lo mucho que me costó conseguirlas. - Me reprendió la pelirroja mientras se miraba las uñas con descontento.

-Hablando de eso, ¿De dónde sacaste todas esas jodidas arañas, zanahoria? - Preguntó Jordan a Vicky, quién extendió su brazo hasta el rubio y lo golpeó en la cabeza.

-¡Que no me llames así, Plumero! - Jordan la miró furioso y llevó sus manos a la gigantesca porra dorada que tenía por cabello. Yo reí por lo bajo. Así eran esos dos, siempre insultándose y molestándose el uno al otro, aunque todos sabíamos bien que se querían y que bajo todos esos insultos y miradas duras había cariño. - Las compré muy baratas por internet.

-¿Y por qué mierda estaban en un callejón? - Preguntó mi amigo mirándola con enfado.

   Vicky y yo le habíamos pedido que fuese a buscar un "paquete" a una dirección, y el muy idiota había aceptado, conociéndonos tan bien debería haber sabido que nada bueno puede salir de nosotras dos hablando de un misterioso "paquete".

-Porque se las compre a un maldito extraño que vende arañas en internet, Plumero, piensa un poco. No iba a verme con ese tipejo en ningún lado, así que le pedí que las deje en ese callejón (Dónde yo había dejado el sobre con el dinero porque soy una puta genio)

-Y te mandamos a ti porque había una gran posibilidad de que el tipo estuviese esperando en el callejón para violarnos. - Añadí sonriente.

-Entonces se les ocurrió mandar al in-violable al callejón de la violación. Amo mi vida. - Concluyó Plumero pasándose los dedos por el flequillo y alborotándolo un poco.

-Perfectamente deducido. - Dije sonriéndole a mi amigo, quién me devolvió la sonrisa dándose por vencido. - Bien, ¿Haremos esta mierda, o no?

-Claro que haremos esta mierda. - Dijo la pelirroja sonriendo con malicia.

   Camino al edificio de la secundaria le contamos el plan completo a Jordan, quién rió y aceptó instantáneamente a ayudarnos. Así era como pasábamos el tiempo, molestando a otros.

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