5- Explosión

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Podía escuchar unos cuantos latidos en el parque. Uno de ellos bombeaba sangre maltratada, tenía residuos de alcohol y cocaína. Pude sentir que le quedaba poco de vida. Algunas venas estaban copadas de colesterol y en ese momento no se me apeteció beber basura.

Pude oler otra sangre y latir, esta olía deliciosa porque tenía muy poca droga en las venas, un poco de heroína y alcohol pero el resto olía muy dulce. Olía muy bien.

-¿Dónde está? -dije buscando aquella fuente.

-Irina esto es lo que haremos, la Desligación ocurre cuando yo cazo a tu víctima y bebes su sangre, así que iremos los dos donde aquella mujer, la inmovilizaré por ti y antes de que ella grite tienes que morder su cuello y beber la sangre que puedas. Parte del desvinculo ocurre cuando ambos bebemos de la misma fuente así que necesitas controlarte, el rango de error recae en ti y si esto sale mal, no sabré cómo ayudarte...

-Entiendo

Oprimí con todas mis fuerzas las sensaciones que aquella dulce sangre me provocaba, mi imaginación creaba escenas donde el cuello de la mujer estaba entre mis dientes. Se sentía de maravilla.

Me convertiría en una asesina en un par de minutos y era algo que mi ser buscaba.

Estaba triste, ¿Quién era ahora? Donde estaba Irina la humana, la piadosa y bondadosa, la humana que luchaba por sus sueños, ¿tendría mi vida de vuelta después de la Desligación?

-Está bien Irina, lo haces muy bien.

Estaba al borde de la locura pero la vibración de la voz de William era algo que me calmaba, nuevamente lo pillé observándome y esta vez vi más allá de sus ojos. El vampiro había sido un humano en su antigua vida, un hombre de nombre y autoridad, con mirada amable y cálida. Mi cuerpo me decía que lo buscara, pero los residuos de la antigua Irina me decía que fuera cuidadosa. La explosión de las miles de emociones que ahora experimentaba intensificaban una sola cada vez que miraba a Will... era un deseo incontrolable.

-Concéntrate Irina

Olvidaba que el vampiro podía ver lo que mi mente recordaba

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Olvidaba que el vampiro podía ver lo que mi mente recordaba.

Will salió del arbusto en el que nos encontrábamos y se dirigió a donde estaba aquella prostituta de sangre dulce.

-¿Algún servicio guapo? -preguntó la mujer.

El vampiro la agarró del cuello y la inmovilizó. Antes de que la prostituta reaccionara corrí hacia ella y clavé mis dientes en su cuello. Los arbusto estaban atrás y mi vida también.
La sangre llenó de alguna manera todo deseo descontrolado. Pude escuchar a William decir unas palabras que fueron casi inaudibles para mí ya que cada uno de los rincones de mi cuerpo estaban sumidos bajo el placer que beber la sangre de la mujer provocaba en mi. Bebía y bebía con frustración sabiendo que debía compartir aquello con William, quería que fuese solo mío, clavaba con más fuerzas mis dientes para no dejar nada. El vampiro bebió de la muñeca de la chica luego de recitar aquellas extrañas palabras, de las cuales solo pude distinguir mi nombre.

El don de las Tinieblas | Crónica VampíricaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora