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*Sora.*

Siempre he amado el patinaje, es lo más hermoso de mi vida, claro, junto al ballet. Me han dado tan hermosas experiencias que no las puedo creer reales, mucho menos al ver a la persona que dormía a mi lado, se veía tan relajada, hace menos de media hora volvimos del aeropuerto, debe de estar realmente cansada, sonreí y me levante de la cama cuidando no despertarla.

—No es justo que te vayas así nada más,  estuve mucho tiempo lejos, te extrañe.—Me abrazo por la cintura, aún recostada.

—Por las fotos de tu Instagram no lo parecía.—Ella río levemente.

—No empieces de celosa Sora, sabes que no puedo amar a nadie más que a tí. —Se levantó y dejó un corto beso en mis labios, me sonrojé ligeramente pero segui fingiendo.

—No te creo —La aparté un poco de mi.—Ahora, si me disculpas, tengo hambre.—Me di vuelta dispuesta a bajar a la cocina, pero ella comenzó a hacerme cosquillas, no pude evitar reir.—Evgenia...¡basta!

—No hasta que cambies de humor.

—Bueno, bueno...estaba fingiendo...basta.—Ella paro, tome una gran bocanada de aire y me recompuse, luego la besé.—Pero de verdad tengo hambre, ¿tú no?

Extrañaba estar tan cerca de ella, su regreso me hizo extremadamente feliz, se que el Stars on Ice fue espectacular y se divirtió mucho, pero si me dieron celos aquellas fotografías.

Cuando nos disponíamos a dormir recibi una llamada.

—¿Diga?

—Te tengo una excelente noticia.—dijeron del otro lado extrañandome un poco

—¿Sensei?, ¿cual es?

—Nos presentaremos en el Royal Alexandra Theatre.—Exclamo emocionada.

—¿Toronto? Oh vaya, ¿cuándo será?

—Temporada de dos semanas a partir del 16 de este mes.

—¿Tanto?, wow, ¿presentaremos un show diferente cada día acaso?— rieron del otro lado.

—No, pero si uno por semana, ellos quieren ver al cisne negro más hermoso de la historia.— Reí leve ante eso, aun me da vergüenza cuando me denominan así.

—Perfecto, ¿cuándo nos vamos?

Me pone triste tener que dejarla cuando acaba de volver, quería pasar el mayor tiempo posible con ella antes de que tuviera que ir a Corea, pero es una gran oportunidad.

Lo primero que me recibio en Canadá fue el viento ligeramente frío, aunque no más que el de Rusia, me pregunto, si Yuzuru esta aquí, ¿vendrá a verme?.

*Misha*

-¡Vamos Yuzuru! Quedamos en sorprenderla en el aeropuerto.
Arrastré a Yuzuru hasta la gran entrada del aeropuerto, el pobre tiritaba de frío y se guardaba la mitad de su rostro en una linda bufanda carmesí.

*Yuzuru*

Sí, era verdad. Éste día podía decirse que era ideal, ni mucho frío, ni mucho calor, pero el viento helado me calaba en los huesos y me hacía tiritar. En días así, y más que nada en los lluviosos, amaba ponerme a pensar. ¿En qué? Cosas que uno imagina, o incluso me ponía a pensar e imaginar como sería mi vida teniendo cosas que sé, se me escapan entre los dedos, o por razones mayores a mí, jamás se me darán.
¿Qué sería de mi, éste último año con la retirada de mi compañero y supuesto mejor amigo? Empezaría por mí mismo como normalmente lo hacía. Podría hacer lo que  quisiese. Se oye tan fácil, y es tan difícil.

Tras esos pensamientos, proseguí a cerrar mis ojos, soltando un gran suspiro. De todos modos, el empezar en un nuevo país implicaba muchas cosas, olvidarte de la mayoría de tus planes, salidas. Enfocarte más en el patinaje, pues ese sistema deportivo era claramente más exijente. Pero, ¿Por qué adelantarnos? Aún falta un año para iniciar con todo de nuevo. Aún así, recalco que me gustaba ponerme a pensar. El hecho de saber que mi hermana y yo compartimos el mismo sueño y lo seguimos con entusiasmo me emociona a sobre manera. ¿Qué tal si en unos años me convertía en un gran patinador famoso? Imaginar eso hizo que una sonrisa fuese dibujada en mi rostro.

Debo confesar, que a este joven casi adulto, podías encontrarlo siempre leyendo alguno que otro fanfic en búsqueda oculta, sobre algo que las chicas llamaban "Yuzuvier" nunca entendí del todo su significado, pero me parecía lindo la forma en que me emparejaban con mi mejor amigo, fanarts en Twitter e incluso ediciones de lo mismo. Tan solo imaginarme en una futura relación con el español me emocionaba  mucho.

¿Uh? ¿Que fué aquello que interrumpió mis pensamientos? Una fría y suave mano toma la mía  con delicadeza pero la aprieta de manera fuerte,el ruso prácticamente me arrastraba hasta el aeropuerto, escuché a Misha decir algo después de eso, probablemente una idea para sorprender a la pelirroja, pero  no pude escucha por encima de los latidos incesantes de mi corazón.

Dime, ¿Qué tan idiota eres para quedarte pensando de esa forma? Del uno al Yuzuru Hanyū.

Patinando alto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora