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*Sora*

Mis compañeros hablaban animadamente entre ellos, yo me mantenia perdida en mis pensamientos, ¿Evgenia estará bien?, ¿qué estará haciendo?, ¿me extrañará?, me regañé mentalmente por tal paranoia, suspire hondo tratando de concentrarme en la conversación pero fue inutil, así que decidí explorar el lugar con la mirada, había estado en muchas partes pero no en Toronto y a pesar de ser un lugar cerrado y agitado era realmente bello, mis ojos se posaron de pronto en un par de chicos muy familiares para mí, la felicidad me invadió y me lanze a abrazarlos antes de que la ola de reporteros del lugar pudiera preguntarme algo.

—¡Yuzu-nii!, ¡Misha-chan!—Ellos parecian felices de verme también.   —Estoy muy feliz de verlos de nuevo—Reí.—Aunque no esperaba verlos aquí, gracias por la sorpresa.—Finalize con una calida sonrisa.

*Misha*

Por más que hablaba con Yuzuru el no parecía escucharme, se dejaba guiar por mis pasos y miraba hacia la nada con una boba cara de enamorado. Sentí envidia. Por más novias que haya tenido nunca había sentido nada... inconscientemente apreté su mano.
Al adentrarnos más en el aeropuerto vimos como una linda pelirroja corría hacia nosotros, se lanzó a nuestros brazos llamándonos con alegría, por fin Yuzuru salió de su trance y volvio al mundo con nosotros.
Al soltarnos, volví a abrazarla con fuerza y la levanté un poco del piso.
-¡Sorita! No nos perderíamos tu llegada por nada del mundo.--
Ella trato de hablar, para pronto darme cuenta de que la dejaba sin aire bajo mis brazos, la solté y ella saco una risita.

*Yuzuru*

Finalmente salí de mis pensamientos al escuchar la chillona pero dulce voz de la chica. Volviendo a la realidad, literalmente.

Miraba con atención como mis compañeros se abrazaban, y sonreían. Inclusive se podía notar como irradiaban felicidad.

El ambiente comenzaba a ser melancólico en cierta forma. El mismo aeropuerto donde se despidió de Javier aquella tarde de abril.

Solo me limitó a sonreír por el regreso de mi amiga, no quería arruinar el momento.

Una notable sonrisa apareció entre las comisuras de sus labios, dejando salir una tímida risita.

— Sora, me alegra que estés de vuelta.

*Sora*

—No se si tendrán mucho que contarme, pero yo quiero escucharlo todo, toooodo.—Dije radiante recalcando lo mas que pude lo último.—Así que, se vienen conmigo al hotel.—Tomé las manos de ambos y los arrastre a la salida porque en verdad necesitaba aquello, a veces hablaba con Misha pero la diferencia de horario no ayudaba mucho a nuestra comunicación, y Yuzuru no siempre responde el teléfono por estar haciendo quien sabe que. La profesora me miro divertida mostrándome mi olvidada maleta, en respuesta reí mostrándole las manos de los chicos, ella asintió como dandome permiso para ir con ellos, los reporteros fueron contenidos por la seguridad del lugar por lo que pensé que seria facil salir, pero me equivoqué.

—¡Sora, ¿qué se siente casi destruir la vida de Evgenia Medvedeva?!—Fué la única pregunta que pude entender de tantas que me hacian, y no fui la única, pare en seco mientras todos permanecian en silencio esperando mi respuesta, pero no podía darla, todo se había detenido para mi, cuando pude reaccionar me giré a mirar al reportero, se mantenía atento a mi; aparentemente serio, pero podía notar la burla en su mirada, suspiré y me di la vuelta de nuevo ignorando todo y caminando con prisa, si, tuvimos muchos problemas porque hasta hace un año Rusia no era un bonito lugar para ser lesbiana, pero ahora era pasado, y realmente queria olvidarlo. Ya afuera, tome una gran bocanada de aire y compuse mi mejor sonrisa, quiza lo recien sucedido se volveria trending topic con rapidez, pero no dejaría que me afectara.

*Misha*

Sora nos tomó de las manos y estaba por llevarnos al hotel, me encantaba de nuevo tener esta cercanía, me preguntaba donde estaría la bella de Evgenia, cuando llegáramos al hotel tendríamos que recapitular todo lo que no nos habíamos contado todo este tiempo.
Varios reporteros fueron detenidos, pero otros como víboras escurridizas lograron llegar hasta nosotros, y eso que veníamos con prendas que trataban de ocultarnos, miles de voces se abrían paso a nuestros oídos pero nos mantuvimos firmes lo mejor que pudimos.

-¡Yuzuru! ¿Porque ya no hemos visto alguna práctica con Javier?

-¡Misha! ¿Por que se retira de las competencias? ¿Se ha cansado de perder? ¿Que hará ahora?

Ambos nos encogímos de hombros, incómodos; pero la gota que colmó el vaso fué "Sora, ¿Qué se siente casi destruir la vida de Evgenia Medvedeva?"

En ese momento sentí como el agarre de nuestras manos se rompía, Sora se quedó inmóvil durante unos segundos para después salir del aeropuerto con la mirada gacha, la conozco desde hace tanto, por lo que sé, que estaba a punto de llorar.
Me enfurecí, ¿Porque tienen que ser tan entrometidos? Yuzuru corrió detrás de ella y yo me volví hacia los reporteros.

-La temporada está a punto de empezar, les pido que no perturben a los competidores mientras se preparan. Gracias.-
Y justo antes de salir me volteé y dije "Además, no es nada de su incumbencia."

Un carro me esperaba a fuera, al subir, ambos hablaban, más sin embargo ambos se miraban dolidos, tomé una gran bocanada de aire y dije
-Pronto van a estar super ocupados con las competencias, salgamos hoy, hay una nueva discoteca cerca del hotel, ¿Que dicen?-

Les miré con entusiasmo al cual respondieron con una sonrisa tímida, entonces me lancé a sus piernas en los asientos traseros y dije.-saben que? No era una pregunta, vamos a ir. ¡Avanza Jaime!

Los tres reímos y nos dispusimos a vivir.

Patinando alto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora