03

57 14 13
                                        

A mi alrededor varios me han dicho que soy perfecto. Soy perfecto por tener un talento que muchos no tienen, soy perfecto por tener una vida que muchos añoran. Lo soy, porque mi vida es envidiable y para mi es perfecta.

Tengo amigos, familia y personas que velan por mis intereses, personas que hacen mis días los mejores, personas que solo se preocupan para que pueda dar una presentación exitosa. Personas que van detrás de mí diciéndome lo que tengo que hacer, como debo moverme, que debo decir, como debo actuar, que debo tomar, comer, usar y... donde dormir.

Tengo amigos que son mis compañeros de escenario, quienes se ríen por terminar exhaustos, quienes cuidan su alimento, su imagen, sus palabras, sus acciones. Quienes viven detrás de pantallas portátiles para anunciar cada centímetro que caminan, cada sueño que tienen... Cada sonrisa.

He tenido parejas que comparten mis logros, mis tristezas, mis alegrías, mis comidas, mis sueños y mis bebidas. Parejas que me han motivado, que me han hecho reir, llorar, enojarme, estresarme... Abandonarme.

Tuve a alguien quien me vio crecer, me vio pronunciar mis primeras palabras, mis primeros pasos, mis primeros llantos, los logros de la escuela, los talleres de canto y... Me vió en este punto. Ir de gira en gira, saludando y sonriendo. Tomandome fotos, firmando autógrafos, dando presentaciones hasta cansar mi voz. Me vio en mi mejor momento.

Pero me he soltado de sus manos.

Viajo y realizo las acciones comunes y mi rutina se vuelve tensa. No sonrio como debería sonreír, no me alegro cuando debería hacerlo con gusto. Me siento... me siento triste, impotente, ansioso. Me estoy destrozando poco a poco y esa persona ya no está. No me sostiene, no me consuela, no me anima, no me ama más.

Mi línea visión ha caído, no solo porque te perdí.

Porque esto no es reciente, hace años que este sentimiento está muy dentro de mi, por eso se alejó, me dejó, se ríe de mí. Se ríe de mi desastrosa imagen, de mi terrible miedo, de mi ansiedad, se burla de mi impotencia, de mi...

—Por favor... que alguien limpie mis lágrimas...

Mis manos desesperadas viajan por mi rostro, pelo y cuerpo. Intentan detener mi ansiedad, tapan mi voz para que no grite y los demás se preocupen, se encogen junto con mis piernas para poder tranquilizarme... No puedo... No puedo, no puedo detener mis lamentos, mis lágrimas, mis penas...

¿Por qué me siento de esta manera?

Alguien... por favor, note mis luchas... mis lágrimas... mis impotencias.

—Por favor... Alguien... 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Último adiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora