•C I N C U E N T A Y C U A T R O•

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N/A: Hola, como vieron va a ver tres capítulos, es una forma de agradecer todo lo que hacen por mi. Son capítulos cortos, eso sí, no tuve mucho tiempo para hacerlos más largos. Les quiero 💜

Simón.

<<Esto no es una película de romance. >>

<<El no vendrá a besarme, como sucede en las películas, no va a llover, no va a ver sonrisas. El no vendrá. >>

Estaba sentado en el asiento mirando por la ventanilla esperando la presencia de Raphael en el lugar, esperaba verlo aparecer y le pidiera rogando no irse, pero sabía que a esa hora el chico ya estaba trabajando en Pandemónium y no aparecería en el anochecer, su hora de trabajo, ahí, además el clima era templado, no había señales de lluvia, así que las esperanzas de que pasará lo que pensaba no eran muchas, no vendría hasta donde estaba él. Pero él no quería no verlo llegar, él quería que Raphael Santiago trajera su trasero hacia donde estaba y después de una charla, una cachetada por parte suya por el golpe que le había dado y unas disculpas por parte de ambos, el otro chico le pediría no irse, teniendo un romántico beso donde comenzaría el principio de una hermosa y grata relación.

—Simón ¿Quieres dulces?— preguntó Clary— te podrías descomponer al principio, y no queremos estar tres horas soportando tus olores.

Tomó entre sus dedos dos caramelos y volvió la vista a la oscura noche que había fuera de la ventanilla, quería llorar de la angustia que viajaba por su pecho pero a la vez se sentía relajado de que se iría, a veces ni el mismo se entendía, pero siempre había sido un esperanzador de que el tiempo le colocaría en su lugar correspondiente y solo había que esperar, lo malo es que nunca era de esperar al tiempo y lo que le traía, porque no era de estar confiado tanto en ello, lo quería todo ahora, en sus manos, nada más que eso.

—Querido pasajeros, abrochen sus cinturones para tener un despegue agradable y seguro.

Simón comenzó a sentir nerviosismo entrar a su cuerpo, acordándose que era la primera vez que viajaría en un avión, un nudo en su garganta como en su estómago y el cosquilleo en su vientre estaba causándole emociones muy intensas, señalando que en cualquier momento podría descomponerse, pero desenvolvió los caramelos, uno por uno, para meterlo a su boca. Las gente a su alrededor parecían muy calmadas mientras que el podía sentir la emoción de una nueva aventura, hasta había olvidado un poco que estaba pensando en Raphael Santiago, solo pensaba en cómo podía afrontar aquella situación sin morir en el despegue.

— ¿Te imaginas la cara de la familia cuando sepa que llevamos a Simón?— preguntó Jace— es como un bebé nuestro, bueno somos como tíos pero no importa, es lo mismo.

—Les estoy escuchando.

—Jordán estará contento ¿Te acuerdas de Jordán Simón?— preguntó nuevamente Jace— el primo hermano de Clary.

—No.

Aunque si se acordaba de Jordán, era un chico de su edad y siempre se había esmerado a hacerle bullying con sus fracasos con las chicas y lo inocente que era, estaba agradecido cuando se habían llevado al muchacho lejos de su cercanía porque no lo soportaba más y aunque tuviera que volverlo a ver, lo iba a ignorar para disfrutar el momento de por qué iba, lo mantendría lejos y le hablaría las palabras justas y necesarias.

—Jace, amor, déjalo en paz, no quiere hablar— comentó la pelirroja.

Y Simón agradeció, no quería ni estaba de humor para hablar con alguien, aunque Jace no tenía la culpa cuando él había sido quien había aceptado ir, así que debía relajarse y responder bien a los comportamientos de su amigo mostrándose agradecido con haberlo sacado de aquel aprieto, llevándolo un mes gratis a otro país donde podría dejar de pensar en Raphael.

—No, lo siento, estoy un poco nervioso de que la plata no haya llegado a las manos de Raphael, cuando esté volviendo la decisión de operación de la madre de Raphael se estará dando y es un poco complicado para mí— suspiró.

Y no mentía, había sacado cuentas de los días y sabía que cuando el volviera de esas vacaciones la decisión de si la operación de Guadalupe, la madre de Raphael, se hacía o no estaría dándose en esos tiempos, y aunque no la conociera podía sentir afecto por ella, porque era quien había tenido y criado del chico de sus sueño, sabía que dejaría todo por ir a acompañar a Raphael si lo requería, porque el ya había tenido la experiencia de perder a uno de sus padres y lo peor era dejar a sus hijos solos enfrentando aquello solo, porque era muy doloroso.

—No te preocupes, Alexander es quien llevó la plata y verás que no habrá de que preocuparse pequeño Simón, solo disfruta esta nueva experiencia.

—Sí, tienes razón.

Aunque no estaba muy convencido, Alexander y Raphael, mejor dicho el último, había golpeado al ojiazul menos de veinticuatro horas y no esperaba que se vieran a la cara, así que no sabía cómo sería llegar aquella plata de mano del otro cuando ambos habían peleado, y no estaba muy convencido que la operación de Guadalupe fuera a ocurrir, no había tanta cantidad de plata como para poder pagarlo, y la frustración como el dolor que debería cargar su hijo sería muy grande para poder soportarlo. El avión comenzó a moverse, y Simón se agarró con fuerza de los apoyabrazos sintiendo un mareo.

—Maldita sea, maldita sea, maldita sea— repetía en susurros.

—Cálmate, ni que fuéramos a...

—Ni lo digas Jace ¿Sabes que sucede cuando dices eso?— preguntó Simón alterado— sucede, así que cierra la boca.

Durante el caminó todos se quedaron callados, Clarissa se durmió acurrucada en Jace quien parecía entre dormir y no, mientras que el se concentró en el cielo a pesar de no ver nada, no quería cerrar los ojos o sentiría que todo comenzaría a moverse y iba a descomponerse, la primera experiencia no era algo grato de recordar. Después de unos momento los ojos comenzaron a pesar, aunque en sus pupilas no podía dejar de recrear a Raphael, con la mano extendida, esperándolo a que le siguiera, que se quedará, que le tomara la mano y se unieran en uno.

"quédate conmigo Simón."

"Siempre."

No pedía nada más que repetir aquel momento por lo menos en sus sueños todo un mes, para no olvidarlo, para saber que cuando volviera debía irlo a buscar una vez más y luchar por estar juntos a pesar de que antes habían tenido sus tropiezos y errores, más suyos.

El chico del otro lado de la pantalla. •Saphael• [Reeditando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora