Mis amigos fueron a la casa de Marcos. Pero se olvidaron de esperarme; no importa.
Empecé a caminar.
Llegué a la casa de mi ex.
Ahí tenía que doblar.
Seguí unas cuadras derecho.Llegué a una avenida; no la recordaba.
Tengo miedo, frena una camioneta.
Pienso que me puede llevar y no aparecer más.
Sólo era una señora volviendo de compras.Unos hombres me miran desde dentro de un taller mecánico.
Tengo miedo, me pueden llevar adentro.
Sólo se quedaron hablando.Estoy perdida.
Le voy a preguntar a esas señoras.
Parecen dos locas.No importa.
Me dicen que no saben de ninguna plaza ni muro con caras pintadas (como se los describí)Fui a un kiosco. Me dijeron de una plaza que está cerca de lugar, con esperanzas, fui.
Llegué. No era la que buscaba.
Me puse a llorar, y justo empezó a llover.Hay internet.
Le mando mensajes a mis amigos.
No contestan.
Hay chicos de más o menos mi edad en la plaza, o quizá más grandes.Están fumando algo.
Tengo miedo, de nuevo.Me llaman al teléfono.
Son los chicos.Me dicen que soy una pelotuda.
Dicen que me quede ahí, que me van a ir a buscar.Corto.
Se acercan los que estaban fumando.
Me dicen que su amigo "Cristian" me pide el número.Le dije que no.
Llegan.
Me dicen que soy una boluda.
Brisa se muerde los labios.
Vamos todos juntos para lo de Marcos.Me quedé atrás.
Me intento acercar y contarle a mis amigos mi experiencia.
Me dicen:
"esperá, le estoy contando algo a ella. Es secreto- remarcando que no quieren que esté ahí"Me sentí rechazada.
Nadie se gastó en preguntarme si me pasó algo.Estaba triste.
Y seguía con miedo.
Sigo con miedo.Estoy triste.
Y ya no quiero sentir nada.
Badalamenti está tratando de hablar con Rosario. Están todos en la pieza forzándolos.
Yo no quiero molestar. Si entro la cago. Ya la cagué.
Con venir acá, la cagué.Perdón, juro que no quiero ser así.
Quiero llorar, quiero irme de acá.
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la sombra del aire
Poesíatic-tac, el tiempo pasa, y tú sigues aquí escribiendo poesía.