Intenté convencer a Keith para que me dijera a donde íbamos durante 2 horas pero no lo logré hasta que reconocí el recorrido.
—Vamos a Key West? —Pregunté, mirando por la ventanilla del auto.
—No —Dijo Keith con una sonrisa juguetona.
—Claro que si! A donde mas podríamos ir por aquí?
Gruñó —Está bien, me atrapaste —Dijo Keith haciendo una mueca extraña, haciéndome reír.
—A que vamos a Key West a estas horas y con este clima?
Soltó una risita —Ya no te diré mas, así que te quedaras con la duda pequeña —Dijo dando un pequeño toque con su dedo índice en mi nariz.
—Okay, me doy por vencida —Dije, cruzándome de brazos y haciendo puchero.
—Aunque pongas esas lindas caritas tuyas, no te diré princesita —Dijo, mirándome de reojo.
Después de 30 minutos de silencio, Keith habló, no pregunten como lo se, pero no había muchas cosas que hacer.
—Llegamos —Dijo, aparcando el auto en las afueras de la playa y bajándose para tomar mi silla, o eso creía yo, por que no lo había hecho.
Fruncí el ceño al verlo —Y yo donde voy? Crees que... —Grité por la sorpresa, no me lo esperaba, Keith me había tomado en sus brazos.
—En donde perteneces, hermosa —Dijo comenzando a caminar ágilmente, me ruboricé ligeramente ante su comentario.
—Me voy a caer, Keith! Camina mas despacio!
—Desconfias de mi? —Preguntó, alzando una ceja, divertido —Creeme que yo nunca te dejaría caer, física, mental o emocionalmente princesa, lo prometo —Este chico siempre tenía algo que decir para volverme loca.
Fuimos acercándonos un poco mas, dejando a la vista una pequeña mesa para dos bajo un tejaban de madera con cortinas de pétalos blancos colgando de el, también había antorchas alrededor de esta, pero aún no estaban encendidas.
—Te gusta? —Preguntó Keith cuando ya habíamos llegado.
—Es hermoso —Dije observando todo, me sentó en una de las sillas y el se dispuso a hacer lo mismo.
—Me encanta que te gustara —Dijo Keith, poniendo su mano sobre la mesa para tomar la mía.
—Buenas tardes —Dijo un chico a nuestro lado, captando nuestra atención —. Soy Brayden y seré su camarero por esta tarde —No pude evitar soltar una risita, el chico era gay, tenia una voz súper chillona y Keith me regaño con la mirada diciéndome que me callara —. Aquí tiene la botella de champán que ordenó, Sr. Jhones, su comida estará lista en un momento, ahora me retiro, si necesita algo no dude en llamarme —Señaló un pequeño botón rojo.
—Gracias —Dijo Keith y el chico se retiró.
Rompí en carcajadas en cuanto el chico se fue y Keith no pudo evitar reír conmigo.
—No tengo nada en contra de los gays pero solo miralo —Dije aún riendo al ver como caminaba —. Tengo que parar, no soy y no quiero ser así.
El chico era alto, fuerte, y guapo, al verlo por primera vez, te daba la impresión del típico chico que trae a todas rendidas a sua pies pero todo eso se arruinaba al escuchar su voz y al ver su forma de actuar.
—Que tienes preparado para esta noche? —Pregunté, cambiando de tema, tal vez si lo encontraba distraido, lograría hacer que me dijera.
—No sigas preguntando que no te diré —Gruñí, este chico era mas difícil de convencer de lo que yo creía.
—Okay me vuelvo a rendir —Dije finalmente.
—Espero que te guste la comida italiana —Dijo Keith, dirigiendo su mirada de mi hacia algo o alguien detrás de mí.
El camarero tenía nuestra comida.
—Me fascina —Dije con una sonrisa —. Se puede decir que es mi comida favorita.
—Es una casualidad no? —Dijo Keith con un tono de voz que me hizo reír.
Por primera vez desde el accidente podía reír sin parar, ser feliz y todo gracias a el.
Puse una cara seria, alzando una ceja, poniéndolo a prueba.
—Está bien, puede que tu mamá me lo dijo —Confesó.
—Lo sabia! Entonces, mi mamá fue tu cómplice en todo esto? —Ahora entiendo porque no horario y porqué no tenía que cargar con James, mis padres habían planeado esta ¿cita? con Keith.
—Si así le quieres llamar, así le llamáremos —Dijo
—Su comida está aquí señores —A pesar de que el chico parecía ser de nuestra misma edad, nos hablaba por usted, tan viejos nos veíamos?
* * *
La comida había estado deliciosa, estaba a casi reventar, nunca en mi vida había comido tanto, creo que comí por lo que no había comido estos últimos días, dicen que las chicas nunca comen lo que en verdad quieren o comen lo mas mínimo que puedan en frente de su novio o el chico que les gusta, pero yo soy todo lo contrario, amo la comida y no tengo miedo de mostrarlo al mundo.
—La vista del atardecer es grandiosa —Dijo Keith.
—Estoy de acuerdo contigo —Dije, sonriendo.
—Te parece si nos sentamos en la arena? —Preguntó Keith, poniéndose de pie.
Asentí —Por supuesto.
Keith caminó hacia mi y me tomó en sus brazos una vez más, creo que ya ví porqué no quizo traer mi silla, aunque a decir verdad me gustaba que me cargara.
Nos alejamos un poco de donde nos encontrábamos minutos antes.
—Creo que aquí está bien —Dijo, sentándome en la arena para después el hacer lo mismo.
—Es hermoso —Dije admirando la maravillosa vista que teníamos del atardecer.
—Al igual que tu —Dijo acercándose más a mi para estar a escasos centímetros de mi cara.
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Mi Propio Infierno [PAUSADA]
Teen FictionMi nombre? Ni siquiera recuerdo como me llamo. Porque? Todos me llaman por mi sobrenombre "La deforme paralitica," aunque me duela es la verdad.. Mi vida? Si asi se le puede llamar pues es un mundo lleno de insultos y tristeza, maltratos y lagrimas...