Era al día siguiente. Me desperto el despertador. Eran las 9 h. Llame a mi amiga, me duche y me vesti.
-Ahora se lo tenemos que decir.
-¿El que?
-Que por que nos vamos antes.
No me acordaba, es verdad. Corto y fui a la habitacion de mis padres. Me abrió mi madre.
-Mama, explicamelo. ¿Por que has cambiado de opinion?
-No, es que tu padre tiene trabajo, lo han llamado por que lo necesitan.
-Mama, no por favor.
-Pero hija, si eras rubla que no querías venirte.
-Ya, y ¿cuando nos tendriamos que ir?
-A ver, como te lo cuento. En 3 dias partimos cariño.
-¿QUE?
-Lo siento.
Salí corriendo a avisar a mi amiga, tenia los ojos llorosos. Sabia que algun dia tenia que pasar pero no tan pronto.
-Sera mejor que se lo digas cielo.
-¿Como? Dios esto no puede estar pasando.
-Lo siento, pero es lo que hay.
Llame a Jesús para decirle lo que habia pasado. No lo cogio. A la tercera vez, al fin, lo cogió.