Estaba hablando con Jesus cuando no me di cuenta de la roca, y me encontraba en el suelo.
-Hija, tan torpe como siempre.
Vi como se reía Jesus, me levante de malas maneras y no le dirigi la palabra.
-No te enfades guapa. Ha sido sin querer.
No le hable, aunque me moría de ganas por hablarle. Pero me aguante.
-Lo siento.
-¿Crees que con un lo siento lo voy a olvidar? Pues lo llevas claro.
-Vale. Pues nada. Ya no se que hacer.
-No hagas nada tonto. ¿Crees que de verdad me he enfadado?
-Pues si.
Me eche a reir. Empate. Me cojio de la cintura.
-Ahora cuidado, no te tropiezes.
-Tonto que eres. -le di un manotazo en el hombro.
Me apoye a su hombro.
-¿Como vais parejita? -dijo dani
-Hermano, tu con ella.
Me separe, y le mire.
-Era una broma.
-Si si seguro.
Me rei. Me encantaba verlo como se enfadaba.
Era la hora de comer. Fuimos al restaurante mas cercano.