Parte 1

6.7K 312 11
                                    


En el siglo XIV en la lejana Europa, cuando los hermosos bosques y monasterios estaban es su apogeo se desarrolla nuestra historia, cuando las hadas y los diablillos de las canciones de niños adormecían a los más rebeldes, cuando la lluvia con su adormecedora caricia arrullaba los grandes robles testigos de miles de batallas. Sin embargo, con una sutil brisa despejó el ambiente en el centro de lo que modernamente sería Dublin, la congelante brisa desarmó la nieve en proceso de transformarse en agua, en este paraje majestuoso lleno de montañas y siervos silvestres que aprovechaban el descongelamiento para comerse las florecillas que comenzaban con timidez aparecían en la escarchada superficie del paraje montañoso. La tranquilidad de la noche se vio perturbada por la lluvia y luego por ese insistente tratar de caballos. El reino se encontraba otra vez en guerra. Eran ya más de 10 años de lo mismo, las incansables guerras de los nobles en contra del rey usurpador, todos lo veían así, solo amaban a su hija a la doncella más hermosa de esas tierras, la princesa Lena elizabeth Luthor, hija del tirano. Si bien poseía sangre real la tenía podrida de la envidia, odiaba al antigua casa de los EL, la familia más antigua de esos enternecedores parajes, pero habían sido terriblemente traicionados 10 años atrás, por el padre de la doncella, la familia fue brutalmente asesinada y la legitima heredera había sido probablemente asesinada al igual que sus hermanos y hermanas. El reino se dividió en pequeñas provincias y poco a poco el rey se reacomodo a la fuerza en el trono que no era suyo. Los caballos avanzaron entre el bosque hasta llegar al monasterio más antiguo de las tierras del antiguo Rey Zor EL. La marcha aminoró en el claro que se encontraba frente al edificio de piedra, aunque gris majestuoso, dentro trabajaba y a su vez se desarrollaba la Orden de Pendragón, orden que había educado a la misma Lena y muchos de los nobles de ese país. Las bestias se detuvieron y un caballero alto y fornido desmontó para poder tocar la puerta de madera roja, pero no fue necesaria tal cosa, la hermosa puerta se abrió pausadamente dando testimonio del peso de esta y de los jardines del monasterio. El monje que estaba de pie frente a la puerta abrió los brazos en señal de bienvenida, los demás caballeros desmontaron e hicieron una reverencia y en silencio pasaron. La orden de Pendragón era una orden religiosa muy antigua y se destacaba por educar a personajes y nobles, como el fornido caballero que se encontraba ahí un varón de gran corazón y que se encontraba ahí por las fuertes sospechas del abad del templo, que su aprendiz de monje y caballero era...muy noble para ser un pequeño fardo que encontraron 10 años atrás ante sus puertas, sin nombre ni nada que dijese el origen de este personaje. Los hombres caminaron despacio por las frías pasarelas del templo hasta llegar al escritorium, donde un pequeño monje con su traje negro y su rostro cubierto por la capucha leía atentamente un libro correctamente sentado frente a la ventana de su lugar, la hermosa biblioteca estaba lindamente iluminada y ordenada, miles de libros se acomodaban perfectamente en las estanterías y el joven tenía unos ocho apilados y unos tres abiertos frente a sí, mientras con una blanca y delicada mano escribía suavemente sobre una hoja de pergamino textos religiosos y poemas. Los pasos de los hombres llamaron su atención y lentamente se volteo, el abad con voz noble le llamó, él monje se puso en pie y lentamente aún con la capucha puesta camino hasta ellos haciendo una reverencia al varón delante de sí.

- Ven hermanita, quiero que saludes al Duque del norte, el señor Jeremaiah Danvers y marques del mar azul de este reino, él ha venido a verte. – dijo amablemente el abad. El marques y Duque se quedó helado cuando el joven se sacó la capucha con cuidado y dejo ver una niña de 10 años frente a él con unos hermosos, nobles e inteligentes ojos azules, tan oscuros como los de su antiguo señor.

- ¡Dios! ¡Sí es el rey en femenino! – dijo el hombre acomodando su capa. La joven miró a su mentor y este sonrió, pero ella se miraba muy confundida, los demás caballeros se miraron entre encantados y confundidos. – ¿Será? ¿Será posible que la hija del rey sobrevivió a esa noche bárbara? – dijo más para sí que para los demás, el abad lo miró serio.

- Querido hermano, ella se llama Kara, la joven que apareció hace 10 años en las puertas de este convento y monasterio, era solo una bebé de unos 6 meses, pero desde que la ví, vi en sus ojos, el brillo de un noble...

- Padre, - se escuchó la voz de la chiquilla, una voz grave pero dulce – ¿puedo preguntar que sucede hermano mío?

- Nada...es solo que nuestro invitado, ha querido saber de ti, ya que tus logros son de su conocimiento...siempre ha sabido de lo inteligente que eres y lo buena que eres con las espadas. – dijo el Abad tranquilo y sonriendo a su pupila.

- Señor – dijo ella a su abad – yo solamente me instruyo con lo que usted me ha enseñado, Dios ha sido generoso conmigo al darme su gentil beneficencia – dijo ella con timidez y un poco roja por el comentario de su Abad, el Duque la miro con interés, era cierto, el lenguaje corporal de la jovencita era la de un noble, pero no había forma de saber quien era, ni como había llegado al monasterio hace tanto tiempo, pero aún así al ver a sus nobles acompañantes supo que era su deber cuidar de ella.

- Hermano querido – dijo al Abad, este lo miró con interés – Quiero que la joven Kara sea instruida completamente en el arte de caballería – dijo con firmeza – sé que su nobleza será de gran ayuda en este reino olvidado de Dios y metido en una era de negrura – miró ala chica que lo miraba con sumo y educado interés – quizás en el futuro, con sus logros y fiereza, que según me has contado en tus cartas, no tienen comparación con las armas y pueda algún día pretender a la neo princesa, la única que puede ayudarnos en contra de su padre. – dijo él con voz lúgubre. El abad entendió sus palabras y asintió en silencio, Kara los miró insegura de haber entendido ¿Pretender a la princesa? aquello no tenia pies ni cabeza, ya que era una señorita del misterio, no tenía nada de nobleza para ir a pretender a la princesa, una joven de solo 12 años descendiente del mismísimo Dios Thor según los mitos que se entre mezclaban con el cristianismo y las leyendas del norte, según sabía nadie se casaría con esa princesa a no ser que descendiera de la misma sangre de Pendragón noble emblema de los EL, la mezcla del fuego de los dragones y el noble frío de los Lobos o bien un noble caballero capaz de morir por ella y demostrar su noble descendencia. La cara de confusión de Kara atrajo las miradas de los demás, hombres armados con un escudo azul, eran caballeros de Azor, el noble emblema de los caballeros hermanos de Pendragón que juntos compartían simpatías del reino en otras antiguas instancias.

- Pequeña Kara, no temas nada, con el tiempo verás de que hablamos, eres joven y te toca aprender – dijo el abad tocando con dulzura el rostro de la chica – es turno de tu preciosa voluntad formarse, para que un día seas historia.

Dejaron a la joven chiquilla confundida en la esplendida biblioteca, sus ojos azules escudriñaron con cuidado la espalda de sus visitantes mientras caminaban y platicaban en silencio, sus pensamientos se interrumpieron al escuchar el silencioso vibrar de unas alas de un ave fuera, lentamente regresó a sus libros, más tarde tendría que entrenar con su nueva y hermosa espada, obsequio del experto armero de la orden le hiso al ver su destreza con las armas y los arcos, era una chiquilla y apenas tendría tiempo de pensar en esa extraña visita en su ocupada y noble vida de monasterio. Los hombres se despidieron y sabían en el fondo que esa tierna chiquilla era una luz en las sombras, miraron el hermoso lugar y se despidieron del Abad, teniendo entre sí el acuerdo de convertir a Kara sin apellido en Sir Kara Danvers de Azor, noble y heredera de Azor casa de los Danvers nobles de descendencia vikinga y de gran fama, los mejores arqueros del reino y bien sabido odiados por el rey, Kara sería de ahora en adelante su heredera y protegida. El camino de regreso de los jinetes les dejo claro que el invierno ya sucumbía a enternecedor y primaveral sol de esas peculiares tierras.

Una hermosa Caballero adaptacion a SUPERCORPWhere stories live. Discover now