Parte 16

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Kara paso aún un día más en reposo, aunque ya hablaba tranquila y comía lo que su madre Eliza le llevaba muy contenta, sus hermanas le miraban muy contentas y la infanta Luthor hacía ruiditos lindos desde su cuna mientras Kara leía y Lena acariciaba su musculoso vientre. Sus hombres le dieron la noticia que el grandioso castillo de Zor EL estaba nuevamente listo para recibir a su heredera, Lena y Kara sonrieron y discutieron si regresar a vivir al ese valle o quedarse en Cristal Rebor, castillo de Lena. Luego de pensarlo y viendo como alimentaban a la infanta con un biberón Kara decidió que era mejor regresar al magnifico castillo y Lena estuvo muy de acuerdo, pero esa noche con voz queda Kara le dijo a Lena que deseaba casarse con ella en ese castillo en donde descansaban. Lena sonrió y dijo estar de acuerdo. Un día hermoso hacía, la luz del sol era clara e iluminaba a los cientos de campesinos, guerrero, hombres y mujeres que habían llegado para ver por primera vez la coronación Oficial de la joven EL. Lo cual sería oficiado por el Abad del Monasterio de Pendragón y así mismo anunciaría el compromiso de las dos jóvenes. Miles de elfos y enanos, algunos Dragones y Lobos desfilaron ante el castillo en honor a la heredera de esos lares, quien nerviosa se ponía su hermoso traje azul con una hermosa capa de ese color, mientras Lena vestía de blanco haciendo verla como el Hada preciosa que era. Lentamente caminaron hacia el balcón donde la multitud les esperaba, las hermanas de Kara todas felices le saludaban en conjunto con Eliza quien en calidad de Emperatriz madre depuso su corona para nombrar Reina y Emperatriz oficial a su amada Kara Zor EL, que no era hija de ella de sangre pero si de corazón. Kara al ver a los miles de personas que le esperaban sintió que sus pies le fallaban, Lena se sentó en su trono mientras tomaba en brazos a su hermanita y Kara tubo que caminar y saludar a la multitud que al verla dio grandes gritos de júbilo y eso le llenó el corazón de felicidad, era hora que esa gente dejara de sufrir con las atrocidades del pasado. Ella se arrodilló ante quien recitando las sagradas palabras de la Orden coronó a la muchacha. Los juegos de Fuego que sus dragones asombró a todos los presentes eran una especie de fuegos artificiales de tamaño titánico lo que representó el poder de la ahora emperatriz del reino el cual en poco tiempo se había vuelto a unir en un solo gran país, presto a la aparición de ella. Kara luego de dar unas tiernas palabras a su pueblo quien muy contento celebró sus palabras ella se dirigió a Lena.

- Querida doncella – dijo extendiendo su mano y luego habló a su gente, mientras Lena llegaba a su lado – les presento a mi futura esposa, a la mujer que mas amo. – dijo besando su mano. Lena se puso aún más roja y la gente dio muchos vítores a sus reinas.

La celebración del regreso místico de Pendragón fue de cuatro días consecutivos, la gente de fiesta llenó cada rincón del majestuoso imperio. Luego de todas las fiestas, ya cuando el otoño amenazaba con el próximo invierno, Lena y Kara contrajeron matrimonio, otra fiesta que puso de cabeza al reino entero. Habían decidido que la Infanta Luthor se llamara Alexandra Luthor, bella neo princesa del reino de Cristal y Duquesa de Danvers ya que la madre de Kara sería quien se encargara de su crecimiento, prometiendo a Lena el amor que su madre no había dado a la nenita y dejando a las nuevas esposas solas en el castillo de Zor EL al cual habían llamado Roten Kreuz, para olvidar los acontecimientos que hace casi 20 años habían empañado el lugar. Kara tuvo que salir mucho justo después de su matrimonio, tenía miles de cosas que hacer en cada uno de sus 7 estados, cada uno tenía una compañía fiel de caballeros que debían dar cuentas a Kara, quien en un principio dirigió todas sus fuerzas en la construcción de un muro occidental que impidiera el ataque de los antiguos seguidores de Rhea quienes ya habían mandado varias misivas de guerra para vengar a su señora, mientras que los reinos allegados a estos solo daban muestras de malestar, pero no se habían atrevido a pasar las fronteras sagradas de los bosques de Kara. Luego tuvo que generar un nuevo comando para su ejército el cual dividió equitativamente en todo el imperio, los enanos y elfos comenzaron su vida como antes, ayudando a los hombres nobles y fieles a Kara a mejorar sus espadas y armaduras, el comercio de plantas, frutas y animales fue reactivado por la joven e inteligente emperatriz que con ayuda de su esposa reabrió el comercio con lejanas tierras separadas por el mar azul congelado. Poco a poco el reino recupero su brillo y majestuosidad como en tiempo de Zor. Kara esa tarde mientras el torrencial aguacero caía sin piedad sobre su sequito de hombres pensó en su amada esposa, tenía 3 meses de haber salido para firmar muchas alianzas con reinos vecinos y la extrañaba mucho y agradeció que ya estuviera cerca de su inmenso castillo. Sabía que en pocas semanas su madre y sus hermanas junto con la nenita llegarían a visitarlas y le alegraba que pronto le visitarían esas mujeres que tanto quería, además su hermana mayor, Maggie quería presentarle a su novio el Duque Ernesto Rostov un gran amigo de su familia de Danvers y la hermana que le seguía le quería presentar a su novia la joven doncella hija de un antiguo caballero del este de apellido Arias y la cual ya era su prometida. Giro en su corcel por el camino lleno de fango y distinguió desde ahí su castillo oculto entre la bruma y el efecto oscuro que le daba la lluvia le hacía ver enorme y majestuoso, se podían ver los ventanales iluminados y la chica sintió muchas ganas de romper en galope, pero tubo paciencia y espero hasta que estuvieron frente al enorme pasadizo de madera que los llevaba al patio de armas y muchos escuderos acudieron a ayudarle a ella y sus hombres para que bajaran y dejaran de mojarse. La joven que tenía ya un año de casada se miraba más adulta, sus fieros ojos azules más profundos y ya no era tan menuda, tenía aún más cuerpo, más definidas sus esculturales curvas y su mentón delicado demostraba más seriedad, tenía una pequeña cicatriz en la ceja derecha causada durante la batalla que casi le cuesta la vida le hacía ver muy sexy. Camino con sus botas y ropas completamente empapadas, mientras las nodrizas corrían tras ella y sus caballeros, tres Elfos y dos Enanos blancos intentado que tomaran las cálidas toallas, los elfos educadamente las rechazaron para poder ir a sus respectivas habitaciones mientras Kara llevaba la toalla descuidadamente en sus hombros, lo que realmente le importaba era ver a su amada esposa. Kara tenía el cabello hasta los hombros, amarado en una coleta y la capa azul que traía la dejo en manos de sus nodrizas y subió las escaleras de sus aposentos en busca de Lena, sabía que por ser muy tarde ella estaría acostada, pero su dulce voz le llamo desde el salón cuando estaba a la mitad de las escaleras. Lena le miraba desde abajo con un vestido precioso azul y con su magnifico pelo negro sobre sus hombros.

- ¡Amor! – dijo Kara bajando para poder besar a su esposa.

- Te esperaba mi vida – dijo Lena abrazando a Kara.

- Te mojaré – dijo ella intentando no mojar el cálido cuerpo de Lena. Ella sonrió y se estrechó más a su esposa.

- Te extrañe mi amor – dijo Lena sin importarle lo mojada que estaba Kara.

- ¡Yo también! – dijo levantando a Lena en un abrazo fuerte – ¡te amo! – Lena sonrió y se besaron, pero luego una hermosa elfina les dijo que el agua tibia para Kara estaba lista y juntas subieron a su habitación, donde Kara se dio un relajante baño con agua perfumada, mientras fuera caía un torrencial aguacero. Kara salió con la toalla en su cintura y Lena pudo ver el cuerpazo de su mujer, aún se miraba en su costado la herida de media luna donde la flecha traicionera de su padre se había alojado. Se puso en pie y la abrazó, ella ya vestía para dormir.

- Hueles rico – dijo Lena a su oído, Kara sonrió y se acostaron, Kara completamente desnuda y Lena le abrazó, Kara con delicadeza levanto su vestido de dormir y se acomodo entre sus piernas. - ¡Hoo! ¡Kara! – dijo cuando ella se empezó a mover lentamente.

- Me hiciste mucha falta – dijo Kara apoyada con ambas manos a los costados de su esposa que la envolvía con sus níveas piernas. Se acercó y le beso suavemente el cuello aún moviendo su cadera con relajantes vaivenes que tenían a su merced a Lena.

- Creo que sé por que – dijo con picardía Lena, mientras acariciaba los senos perfectos de Kara, mientras ella se movía con una sensualidad irresistible entre sus piernas. Kara sonrió con elegancia y se detuvo un poco para tomarla de la cintura y continuar con el delicioso movimiento.

- ¿Tú crees? – dijo ella mientras la miraba a los ojos.

- S...sí – dijo Lena intentando parecer tan tranquila como ella.

- ¿De veras? – dijo con voz profunda Kara, mientras se detenía por unos segundos, mientras quitaba todo el vestido de Lena y acariciaba sus senos con su boca, el cuerpo musculoso de Kara la volvían loca, la aprisionó con sus piernas mientras la besaba desesperada. Luego se miraron y Kara se reacomodo para continuar, Lena acomodo su cabeza en el hombro de Kara y gimió mientras los deliciosos besos y el movimiento de Kara le daban más calor a su vida – Lena...quiero que tengamos un hijo – dijo Kara aún sin detenerse e intensificando sus movimientos. Los ojos verdes de Lena se abrieron y buscaron a los de su esposa que tenía una línea de sudor en su frente, un gemido fue arrancado de los labios de Lena, intento calmarse para responderle a Kara.

- Desde...las últimas tres veces que hicimos el amor... - Lena curvo su espalda, aquello era demasiado bueno, como para poder hablar, pero Kara la miraba expectante. – No...no he tomado....el t...té que me impide el embarazo...así...así que pronto mi.... ¡haaaaa! – dijo hundiendo sus uñas, Kara dio un gruñido también y le envistió aún con más fuerza.

- Dime amor...

- Creo...creo que...que...me... - Kara sonrió. Se detuvo unos segundos, mientras Lena la miraba horrorizada, pero para respuesta de Kara sintió como esta acariciaba con su lengua su encendido sexo. Sus gemidos se confundían con gritos, y cuando Kara subió a besarla con delicadeza introdujo dos dedos en Lena quien ahogo un grito de placer y la estuvo penetrando por unos minutos, luego con suavidad se coloco otra vez entre sus piernas largas y hermosas y acomodo una de ella sobre su cintura y otra más baja para que el contacto fuera más íntimo y se dispuso a envestirla muy excitada.

- Entonces...espero que te embaraces – dijo con una sonrisita Kara antes de perderse en el clímax de Lena y el de ella misma.

Esa noche Kara disfrutó de su esposa, tanto como ella de sí misma, estaba dispuesta a embarazar a Lena cuanto antes y tener a un bebé de ambas en sus brazos que el hacerle el amor cuando el sol entraba tímidamente por la ventana ese día después de tanta lluvia que por primera vez después de 6 veces cayó cansada sobre su regazo, Lena la abrazó cuando ella se quedó sobre su pecho y sonrió.

- Estabas inspirada mi vida – dijo ella luego de calmar su corazón.

- Es por que quiero un bebé – dijo ella con voz apagada por su propio peso.

- Y yo te lo daré – dijo Lena besando su cabello.

- Gracias – dijo ella levantando su cuerpo y mirando sus bellos ojos.

- Eso me hace feliz – dijo Lena besando sus labios.

- Igual, gracias mi bella Hada. – Lena sonrió. E hicieron otra vez el amor esta vez lentamente hasta que el desayuno les espero en el salón de las reinas.

Una hermosa Caballero adaptacion a SUPERCORPWhere stories live. Discover now