Parte 4

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Lena miró sorprendida a esa pequeña mujer que caminaba hacia ellos, delgada con una altura promedio, ese traje rojo oscuro le hacía verse misteriosamente bella, esa reluciente armadura de pecho con ese majestuoso León de la casa de Aztor relucía muy digno de su postura, sabía que ella no tenía un pasado aparente, más que el de una desconocida bebé que fue criada en un monasterio y amada luego por el noble que la había cuidado como su hija, pero Kara Danvers tenía un misterioso porte de caballero demasiado natural e incluso de Emperatriz, y cuando pudo verla de cerca, su corazón dio un vuelco tan violento que la sangre se acumuló en su rostro, era la mujer más hermosa que había visto jamás, esos hermosos y grandes ojos azules era de un dulce mirar que la dejo muda por unos momentos, Lena pudo sentir como la espada de su madre, vibraba con un extraño y silencioso hormigueo solo perceptible por ella. Las manos comenzaron a sudarle y el súbito movimiento de Kara al arrodillarse ante ella le hiso recordar porque esa preciosa caballero estaba frente a ella. Lena recordaba de memoria el pasaje que debía decir para armarla caballero del rey y que en su opinión siempre le había parecido muy tonto e irreal, pero al reparar la misteriosa belleza que estaba de rodillas ante ella lo ilógico de su pasaje le parecía lo más cuerdo. Mientras Kara temblaba no por miedo, sino que se había dado cuenta de algo extraño y si para cualquiera que lo hubiera vivido hubiera gritado, pero ella solo se limitó a sentir como su espada vibraba en su cinto con un suave susurro en su costado izquierdo, en silencio pudo apreciar lo bella que era la doncella y en su corazón azotó un sentimiento tan dulce que casi le dolía, Lena Luthor era la mujer de sus sueños. Cerró los ojos para tratar de calmarse, pero la melodiosa voz de Lena le hiso abrirlos de golpe.

- "Hermosa caballero, te has presentado ante mí" – comenzó a recitar Lena las antiguas palabras de la ley de Pendragón que había estudiado, no lo haría como solía hacer su padre olvidando sus costumbres y sencillamente rugiendo algunas tonterías, ella no, citaría las antiguas palabras de Pendragón. Jeremaiah sonrió satisfecho a su mujer y a sus amigos, pues en el fondo eso era muy buena señal. – "Agraciada de tu valentía y revestida de honores, yo, doncella heredera de la sabiduría de Pendragón, noble casa de caballeros de Rey, señor y soberano del mar de Plata, Dragón Lobo de estos parajes, te concedo ante el poder de Thor, Dios de los Dioses y señor de mi casa Aztör que reviste sobre ti su semblante porte, la sabiduría y el derecho de ser caballero del Rey de Pendragón y que su magia y espíritu estén siempre en ti" por ello – la chica tomó su espada y con solemnidad toco suavemente el hombro derecho de Kara quien sintió el tibio tacto de la hoja y con ese simple tacto algo enorme sintió nacer dentro de ella – Te nombro Sir Kara Danvers, Duquesa y Marques del mar Azul – toco su hombro izquierdo con suavidad – y Heredera de los Caballeros de Rey de Pendragón. Ahora levántate Sir Kara. – toda la sala se había sumido como en un hechizo, Rhea sintió un frio recorrerle la espalda y miró al Rey que miraba furioso a Lena, pero no podía aparentemente hacer nada, el ambiente cambió y eso era casi tangible, el viento se detuvo casi de repente, Kara se puso en pie y beso suavemente la mano de Lena, que sintió una energía inexplicable recorrerla desde el tacto de esos labios tan tiernos hasta lo más hondo en su corazón, había fuego en esos ojos azules que la miraron por unos pocos segundos, a lo lejos se escuchó como una manada de lobos saludaba a la luna.

El chambelán se aclaró la garganta y pidió recibieran a la nueva caballero, una ovación de júbilo se escucho por el recinto, Kara se inclino respetuosamente ante Lena y con timidez regreso ante su padre, quien la abrazó al igual que todas sus hijas y esta con una sonrisa muy tímida miró nuevamente a la princesa que aún la miraba extrañada y algo sonrojada, Kara le sonrió y ella le devolvió el furtivo gesto. Poco después el rey se hiso notar y con voz de trueno hiso callar a la gente, Lena lo miraba desde su trono sin decir nada, sabía que con lo furioso que estaba seguro diría de golpe lo de su heredero.

- Ya basta de ruidos – dijo mirando con odio a Lena – No tenías derecho a usar las leyes de una casa que ya no existe ni mucho menos mofarte de mí – dijo furioso – yo deje prohibido el uso de esas palabras por ser paganas e irreales, pero como nunca obedeces ¡Me has decepcionado! – rugió molesto. Muchos caballeros miraron a Lena extrañados, la chica miró con suavidad a su padre y con disimulo empuñó su espada pero ella no habló.

- Nadie puede revocar la ley de Pendragón que es la que usas para llamarte rey – dijo la voz fuerte de un caballero alto desde un rincón. – Por eso Lena ha hecho lo correcto – dijo defendiendo a la doncella. Jeremaiah miró al rey enfurecerse aún más.

- Es verdad mi rey – dijo tranquilo para suavizar las cosas – ya lo hecho, hecho está mi señor, no se moleste con la adorable doncella, ella solo recordó el pasaje de una antigua ley...no la culpe por ser tan culta – dijo el hombre con suavidad, Lex lo fulminó con la mirada pero no dijo nada por unos instantes, sabía que la simpatía que Lena gozaba era abrumante así que mejor dio su golpe de gracia.

- Está bien – dijo al fin mirando a la furiosa y silenciosa Rhea. – hay cosas mejores de las cuales hablar, mi novia será mi Reina a fines de este mes, ya que ella me dará un hijo – dijo con orgullo sin importarle Lena ni nadie. Kara se quedo mirando a Rhea quien la miraba triunfante desde su lugar, lucía un extraño vestido rojizo y su semblante de arpía le pareció más que evidente a ella y a media corte, Jeremaiah se inclinó con respeto ante el Rey y sin crear mucho revuelo felicitó al rey, pero sabiendo que la verdadera heredera sufría peligro. El comienzo del fin estaba ante sus ojos.

Una hermosa Caballero adaptacion a SUPERCORPWhere stories live. Discover now