Cαρίτυlσ 3: Πυενα cαsα, Πυενα νιδα.

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Un mes después...

Ya había pasado un tiempo desde que había llegado a este mundo. Note que la única vez que había visto a mi madre había sido el día que desperté.

En reemplazo a la precedencia de mi madre había sirvientas que siempre estaban a mi lado.

Estas tres mujeres siempre estaban cuidándome, y poco a poco fui conociéndolas mejor. La mas joven era Alice una chica de altura mediana, de probablemente unos 19 años, tiene el cabello castaño claro casi rubio y ojos color ámbar; le seguía Carol de unos 25 años probablemente, de estatura mas bien baja, cabello castaño oscuro y ojos marrones; y por ultimo Rose una chica bastante alta, cabello de color negro y ojos grisáceos, de unos 28 años aproximadamente. Ellas me trataban con respeto, a pesar de ser un bebe y me llamaban señorita Charlotte.

Con el tiempo me enteré que la señora de la casa es decir mi madre, se llamaba Nina Grey. Esto lo descubrí una vez que Carol me llevó a pasear por la mansión. En las escaleras principales había un cuadro inmenso en el que aparecían la figura de mi madre, y a su lado el que se suponía era mi padre, quien aún no había visto en persona. Había una leyenda en la base del cuadro que decía "El duque Erick Smith y la Duquesa Nina Grey" , me sorprendió que apareciera el apellido que mi madre conservase su apellido, siendo que tenía entendido que la costumbre era cambiarlo por el de su esposo.

Los días pasaban, y esperaba que alguno de mis padres pasara por la puerta y viniera a verme.

Hasta que un día un hombre alto, o por lo menos así se veía desde mi perspectiva, y de un pelo de color carmín intenso cruzo la puerta de mi habitación. Mantenía un semblante serio, y me miraba fríamente con sus ojos azules pálidos. Lo reconocí al instante, era mi padre, aquella persona que había visto solo en un cuadro. El color de su pelo me sorprendió, ya que en mi vida anterior no era algo normal de ver. «Lo único en lo que saqué de él son los ojos»

-"Señor, perdone mi falta de respeto"-Alice hizo una reverencia y espero la respuesta de su amo. Su llegada imprevista había sorprendido a la joven chica.

-"No te note en absoluto, está bien, lo dejare pasar"- dijo él con una voz desinteresada y muy fría para un hombre tan joven como él lo parecía - " Solo venia a ver a mi hija hoy".

Puse cara de disgusto por como trato a Alice, él me miró fijamente por unos cuantos minutos, como si me inspecciona y luego de ese momento incómodo, se dio la vuelta y salió por la puerta despidiéndose con un seco "Adiós" «Lo único que es bueno en él es su apariencia»

Alice lo despidió con una reverencia y siguió con sus deberes.

En fin, él no parecía tener ni el más mínimo interés o aprecio por mi, a pesar de ser su hija.

Luego de esta situación, me di cuenta que este mundo era muy diferente al mío. Logré comprender que esta era una sociedad que ponía en desventaja a las mujeres, y en cierta parte logre comprender lo que dijo mi madre la primera vez que la vi. Por eso mi padre carecía de interés en mí, y no había venido a verme en mi primer mes de vida. Todo cobraba un poco más de sentido.

Decidí que mi primer objetivo iba a ser buscar una forma de regresar a mi mundo, y como secundario llevarme bien con mi padre.


Nota de la autora:

Buenas mis queridos lectores, me disculpo por que los capítulos sean cortos, pero siento que así es mas fácil entender la trama.

Nos vemos en el próximo capitulo.

La Melancolía del Reencuentro Deseado -EN EDICIÓN-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora