Culpable

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-No podemos seguir así.
-Joder, ¿esto siempre tiene que terminar en discusión ?
-¡Si tan solo dejaras de presionarme!
-¡Si olvidaras la técnica, no tendría que presionarte!
Esteban y yo teníamos más de media hora practicando y créanme, no habíamos avanzando nada.
-Estás bien con la canción. Estás perfecta pero no me transmites nada. Ni siquiera me miras cuando estás cantando- se sentó frustrado en la silla más cercana. Me crucé de brazos.
- ¡Porque me desconcentro! O te miro, o mantengo las técnicas o recuerdo la letra, pero no puedo hacerlo todo a la vez- exclamé, pero no estaba siendo sincera. Él me ponía nerviosa y eso hacía que mis problemas de respiración aumentarán.
-¿Yo te distraigo?- se levantó y una sonrisa picarona se asomó en su hermoso rostro.
-¡Ya basta! Sé que tratas de hacer. Esto es serio- baje mis manos derrotada.
-Está bien, entiendo. Escucha, pon mucha atención. Primero debes meterte en la canción. No será difícil, pero necesito que no te dejes llevar completamente por lo que sientas o será un desastre. Encuentra el equilibrio entre la pasión y la perfección.
Mire a Esteban. Me hablaba suavemente pero con firmeza. Ningún maestro de música que tuve antes me enseñó así.
-Está bien, entonces debo descubrir las emociones. La canción habla sobre ella siéndole infiel a su chico en el verano- me acerqué a Esteban y me senté en el sillón junto a él.
-Exacto. Y él ya lo sabe. Y ella sabe que el lo sabe y se siente culpable. Pero el no le dice nada, está esperando a que ella hable- entre los dos tratamos de desenredar la historia de la canción- así que ya que tu la representas, en ese momento debes sentir...
- Culpa, ansiedad y miedo- dije, interrumpiendo.
-Y yo debo sentir decepción, desamor y miedo también- me vio a los ojos.
-Ya se lo que ella siente, pero hay muchos sentimientos encontrados, ¿Ahora que debo hacer?
-Bien...creo que tenemos un problema. Probablemente nunca hayas engañado a alguien, ni siquiera tienes novio y si tuvieras no pareces de las chicas que hacen ese tipo de cosas.
-¡Auch!- dije divertida.
Se rió- Tómalo como un halago- P
Muso una mano en su barbilla, mientras pensaba. Casi al instante su rostro se iluminó, y chasqueo sus dedos- Tengo una idea.
-Pues ya dilo, Thanos- dije riéndome.
-¿Referencias? Oh chica, eres perfecta.
-Lo sé- dije, mientras pasaba dos dedos sobre mi hombro. Él me miro divertido.
-Debes pensar el momento en el que te sentiste más culpable y asustada. Cuando hiciste algo que no debiste hacer.
Me quede pensando. Normalmente siempre cumplía las reglas. Eso era ahora, pero antes...
Flashblack
-¡Por favor papá!- suplique tomándolo del brazo.
-Esther, por favor, deja de insistir.
- Es una oportunidad única papá, no todos los días te invitan a una competencia de pianistas jóvenes, podría conseguir una beca.
- Aún tienes 15 años, no puedes viajar sola la mitad del país.
-Vamos Ray, no va a pasarle nada. ¿No eres tú el que siempre la insta a cumplir sus sueño?
-Mujer, no me ayudas.
-Ves papá, por favooor, di que sí.
-Lo siento pequeña, pero no puedo permitir que mi única hija viaje a esa ciudad tan peligrosa.
Llore, refunfuñe y pataleé pero Raymond Baker era un hueso duro de roer cuando se refería a mi seguridad. Teniendo un papá bombero y una mama doctora se creería que sería está la sobre protectora, pero no, papá tenía cierta debilidad hacía su princesa. En cambio ella me mimaba constantemente.
-Mamá, cuando papá se entere de esto se enojara.
-Quizás, pero lo entenderá. Tú concéntrate en la competencia y da lo mejor de ti. Por favor recuerda los números de emergencia y recuerda que mi amiga Ana vive en la ciudad, tienes su dirección, búscala si algo pasa. ¿Llevas dinero suficiente?
-Si mamá y gracias. Quiero que se sientan orgullosos,y papá más, quien me ha enseñado todo lo que sabe. Si gano podría abrirme una puerta al Conservatorio de Chicago.
-Lo sé hija. Ahora vete que el taxi te espera. El maestro Flynn te debe estar esperando con tus demás compañeros.
Así fue como a escondidas de mi papá viaje cientos de kilómetros para ir a mi primera competencia escolar en secundaria.
Estaba nerviosa, había sido seleccionada y ahora estaba en la fase final. Esa tarde empezaban las presentaciones y a las 7:00 pm era el turno de mi escuela. Me puse el vestido de mi cumpleaños y un lazo rojo en el cabello que hacía juego. Tome el prendedor de una clave de Sol que papá me había dado y la puse en mi vestido. Me vi al espejo, estaba más pálida que de costumbre. Lo único que llenaba mis rostro de color, eran mis oscuras cejas, mis cansados ojos azules y el carmesí de mis labios. Mordí estos últimos y acomodé el collar con el dije de una estrella que me había dado mamá. Mi celular sonó asustándome, una foto de mi papá abrazándome se vio en la pantalla.
Tome aire.
-Papá, sé que estás molesto pero tenía que hacerlo. Cumplir mi sueño, alcanzar las estrellas porque soy una de ellas, ¿lo recuerdas? Me lo dices siempre, esto es por mamá, por ti, por mí. Castígame todo lo que quieras al volver pero dime qué tengo tu apoyo en estos momento y que me amas a pesar de haberme escapado de casa-
Mi respiración se aceleraba, debido a la anticipación y al silencio al otro lado de la línea.
-Te amo hija y lo entiendo. Tenías que hacerlo para sentirte viva. Ahora, quiero que subas al escenario y muestres de que estás hecha. Eres una estrella y brillas tanto que logras intimidar a las demás. Subes tan alto que es imposible igualarte. Recuerda: la música es parte de ti, siéntela correr por tus venas y deja que ella haga el resto. Ahora debo irme, llamaron de la estación. Tu mamá está en turno en el hospital pero me dijo que también estaba muy orgullosa de ti. Ambos lo estamos y ya eres una ganadora para nosotros.
-¡Gracias Papá! Eres el mejor. Dile que también la amo...
Escuche entonces que llamaban a la puerta.
-Debo irme, se hace tarde. Es la hora.
-Muy bien hija. Hasta pronto. Cuidate.
-Igual papá, adiós.
Y toque, como nunca antes. Y gane el primer lugar. Pero perdí algo más importante.

- No puedo hacer esto- me levanté siendo un desastre.
-¿Qué?- Esteban me siguió- ¿Ahora que tienes?
No le dije que lo amaba!- me hice un ovillo y abrace la almohada. Apoye mi cara mientras sentía como lágrimas corrían. Me sentía mareada y empecé a tener escalofríos.
- ¿A quien?- Esteban se escuchaba preocupado, ya que yo probablemente estaba gritando.
-¿Que le hiciste?- Jane entró en ese momento, preocupada al escuchar los gritos que al parecer se oían hasta la escuela.
-¡Nada! Hacíamos un ejercicio de expresión y le dije que recordara una situación que la hiciera sentir culpable.
Me dolía la cabeza, no podía respirar y todo empezó a dar vueltas.
- Mierda, está teniendo un ataque de pánico, trae agua- Esteban hizo lo que Jane le dijo y ella corrió a tomarme de la mano.
-El siempre supo que lo amabas, fuiste la mejor hija que pudo tener, no te tortures así otra vez.
Tome el agua que Esteban llevo pero mi cuerpo se sintió agotado. Cerré mis ojos y el vaso de agua cayó al suelo.

¡Que bellas las estrellas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora