Capitulo 8

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Estaba sentada frente aquellos tres hombres que me miraban esperando a que les hablará de mi deseo

El más joven de los tres me dedicaba una amplia sonrisa y me miraba fijamente. Hasta qué logró hablar, ¿qué deseas pequeña?

Lo mire fijamente por unos minutos y comencé a hablar despacio y un poco entrecortada

-Mi deseo no es para mi

Los tres hombres me miraron y el más grande que tendría algunos 50 años de edad, me pregunto ¿Cómo has dicho?

Acerca de mi deseo, es que, no quiero el deseo para mi

Entonces ¿Para quién me miro el más joven?

Vera mi madre, ella pues... Las palabras no salían de mi boca y el de en medio me dijo tranquilo

¿Que tiene? siente la confianza de decirnos pequeña

Un poco exaltada y un tanto nerviosa les dije -Yo solo deseo que ella vuelva a ver, más que cualquier viaje, o cualquier cosa en el mundo deseo que mi madre vea el mundo completamente, que sea feliz.

Porfavor, porfavor, los miraba con un cara de desesperación y el más joven me miro con lágrimas en los ojos

-Tus deseos son órdenes princesa, me dijo este

La verdad, es que era lo único que yo deseaba, sabía pues, que lo que yo les estaba pidiendo no era algo que se pudiera hacer de la noche a la mañana pero realmente lo deseaba, mi madre era la persona más importante en el mundo y no quería que ella pasara el resto de su vida así, lo merecía demasiado, más que yo tuviera la oportunidad de conocer Londres o pasearme por Disney.

Los hombres anotaban en su tablas, cual era mi deseo, no sabía como lo tomaría mi mamá, inclusive me daba un poco de miedo el que no aceptara lo que yo pedía, pero tenía que.

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A los pocos minutos mandaron llamarle a mi madre para hablarle sobre mi deseo.

Mi madre entro y se sentó a mi lado

Nick le llamo el más grande a el más joven que ahora ya sabía su nombre, -Le podrías comunicar a la señora White cual es el deseo de su hija.

Mi madre me miraba con curiosidad

Con una sonrisa en el rostro me miro y los miro a los tres, -Acaso a pedido un unicornio? Comenzó a reír demasiado, la verdad me gustaba verla reír, aunque en este momento se estuviese burlando de mi

Pues verá su hija no ha pedido nada de lo que una pequeña de su edad pediría

Mi madre me veía pensativa

Ella ha pedido algo imposible?

No ni es imposible más sin embargo se relaciona con usted

Conmigo en que forma.

Bien puede primero hay que pedirle a la pequeña que salga de aquí, yo solo asentí

Pero tenía curiosidad así que fingí alejarme para acto seguido acercarme a la puerta sin ser vista. La puerta era grande y de un color caoba

Bien dijo el más grande: pues vaya hija que tiene

Mi madre solo respondió un ¡ummm!

No me refiero a que Ana se una mala niña sino a qué es un verdadero ángel

Mi madre se escuchaba confundida y no le entendí bien lo que dijo

Su hija, ahora era el de en medio quien hablaba, bueno pues ella ha pedido que usted, mmm que usted, vuelva a ver lo dijo sin pensarlo más

Volver a ver. Respondió mi madre

Ella sabía bien que perdería la vista en unos meses porque el tratamiento que llevaba ya no funcionaba del todo

Enserio ha pedido eso?

Claro ella es una niña hermosa que antes de preocuparse de sí misma lo hace por usted. ¡Vaya hija dijo de nuevo!

Se escuchaba que madre sollozaba un poco, no!! sin más solo dijo un rotundo NO!!

¿Perdón? Pregunto Nick

Pues no, no quiero que mi hija utilice su deseo en mi, Además a mi me da miedo ese tipo de cirugías, Imagínese si llego a morir mi hija de quedaría sola.

Sentí como en mi estómago, se formaba un gran hueco, y comencé a llorar, mi madre no quería aceptar lo que yo pedía, y aunque me dolía mucho, también la comprendía.

El hecho de pensar que le pudiera pasar algo en la cirugía me alteró demasiado, pero vamos yo corría el riesgo cada día de mi vida.

No se como mi cuando pero, todo se veía oscuro, y sin tener control de mi cuerpo caí sobre la puerta.

El resto es historia......

Hola mamá, estaba dentro de un cuarto blanco, conectada a mi respirador y con la venoclisis en mi mano derecha, comúnmente la ponen en la izquierda pero creo que no encontraban un vena buena.

Hola hija mi madre parecía preocupada, ¿Te sientes mejor?

Eso creo mama. Le conteste esbozando una fingida sonrisa. Pero aún no sacaba la pregunta de mi cabeza de que rayos había pasado

Y entonces mi mama como leyéndome el pensamiento me dijo. -Hija te desmayaste, creo que estas un poco mal. ¿Qué hacías en la puerta en el consultorio?

Mamá, quiero que cumplas mi deseo, por favor, por mi

Pero hija, es tu deseo

Lo sé mamá por eso quiero usarlo en ti

Mi madre se veía conmovida y con lágrimas en los ojos y sin ningún otra salida, asintió abrazándome como si no hubiera mañana

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A la mañana siguiente me sentía mucho mejor, y le pedí a las enfermeras que me dieran permiso de ir a la sala común de juegos.

La enfermera Amanda a quien de cariño yo le decía Amy y ella me llamaba Any estaba conmigo, me sonrió y me dijo que podría ir a la sala, sólo si comía un poco de gelatina

-Gelatina la verdad es que ya estaba un poco empachada de comer gelatina pero sin más remedio, accedí.

La enfermera me trajo un poco de gelatina de moras y pues debo de decir que no sabía tan mal, después de terminarla, la mire en tono de duda, y ella respondió con un asentimiento

Estaba jugando con unas muñecas, una tenía un vestido azul y la otra uno rosa, ambas eran hermosas, jugaba divertida haciendo diálogos entre ellas.

Sin percatarme un niña más o menos de edad estaba frente a mi con, parecía ser, la tercer princesa, llevaba un vestido verde pero del mismo estilo que las otras dos

Ella tenía poco cabello y creo que estaba un poco enferma, pero sin duda era bastante bonita

-Hola, me dijo

-Hola. le conteste alegre

-¿Cómo te llamas? me pregunto curiosa

-Ana ¿y tu?

-Mónica- me respondió con una abierta sonrisa.

Una aflicción imperialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora