Capítulo 6

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Mi madre narra

Fue realmente tierno nada como una cena seguida de una caminata por el parque, aunque me preocupaba bastante el como estaría mi hija, no lo disfrutaba lo suficiente.

El señor van tulp me vio hundida en mis pensamientos así que decidió no decir nada, hasta que baje de la nube en que me encontraba y lo mire, el solo sonrió y se limitó a decir.

-Usted si que es hermosa.

La sangre se comenzó a ir a mi cabeza y sentí como mis mejillas se ponían rojas,
el me miro y volvió a sonreír disculpándose, -lo siento si la he incomodado.

Le sonreí y le dije -no tiene porque disculparse.

Tenía bastantes dudas sobre el hombre no sabía de donde era ni su historia y apenas sabía su primer nombre y apellido.

Así que las preguntas comenzaron, -señor van tulp?

Si mande.

Bueno primero quisiera presentarme mi nombre es Jannieke para que ya no tenga más dudas.

-Jannieke es un nombre hermoso. Sólo lo mire y proseguí mi hija Ana esta enferma, ¿porque ha decidido salir conmigo? una persona como yo sin ojo con problemas económicos, una hija enferma de cáncer terminal.

Lo último que dije hizo que mi estómago se revolviera y comencé a llorar, el hombre solo guardó silencio y se limitó a darme un abrazo.

-Lo siento mucho no sabía que la situación de Ana era tan grave.

Lo mire

-La verdad es que Ana no lo sabe y prefiero que sea así, no quiero que sepa que las cosas están más serias de lo que ya están,

-Bueno pero si me permite darle mi opinión no es justo para ella no saber el tiempo que le queda ¿no cree?

-Pues, quiero que viva feliz y sin preocupaciones, pienso que es lo mejor para ella.

-Mmmmm bien usted sabe, pero si me permite.

Quisiera mostrarle a la pequeña Ana y a usted claro si aceptan, el ver mi vivero, en si es mi casa tiene un enorme molino y esta rodeado de flores, me gustaría que Ana estuviese ahí que respirará aire fresco, que mirará los alrededores de mi casa, esta cerca del mar

-Eso sería genial- le respondí entusiasmada al señor van tulp.

Estábamos caminando y platicando por el parque, disfrutaba de su compañía era bastante amable y hablábamos de la vida de los sueños y las metas que tenía, era un caballero, también sabía escuchar, y me ponía atención sobre la historia de Ana mi princesa, reía en algunas ocasiones como cuando le conté algunas historias de Ana, de cuando la encontré toda repleta de harina y huevo porque la niñita intentaba hacer un pastel en el refrigerador, y del como se había manchado de azul el cabello cuando estábamos pintando la casa porque, quería teñirse el cabello como una banda que salía en la televisión.

Mi niña hermosa de pensar que no le quedaba mucho tiempo, me ponía triste, pero tenía que aprovechar al máximo el tiempo con ella y su deseo vaya su deseo tenemos que cumplirlo, ¿¿¿que deseara???

Sabía que la asociación le debía un deseo por tener cáncer, creo que tendré que explicarle que su deseo tiene que ser cumplido. Teníamos que hablar con los genios.

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La noche término, el señor Van Tulp me llevo a mi casa, no era muy noche estábamos en el umbral y me miro.

-Jannieke

-¿Si? conteste

-le agradezco que halla aceptado salir conmigo

-ha sido un placer.
Le respondí con una sonrisa en el rostro.

-vaya le puedo pedir algo?

-si claro

-Le gustaría salir conmigo nuevamente?

-claro y lo mire se veía un tanto nervioso pero a la vez feliz

-se acerco y me beso la mejilla y creo que me puse un poco roja

-lo siento, sólo ha sido un beso de amigos

-si lo se, no se preocupe.

Me despedí de el y entré a la casa,
Victoria estaba en la sala, estaba un poco triste y la mira a los ojos, quería saber que tenía

Victoria? Me acerque un poco

Si? Me miro

Que tienes victoria?

Nada.

Mmm, Sólo que Ana a llorado hasta quedarse dormida y me puso un poco triste

La mire, pero que ha pasado, pues vimos una película y le recordó a su padre, lo siento no sabía que se pondría así.

Descuida victoria suele pasar, a ella le duele que su padre no este.
Dicho esto victoria, se acercó a mi y me abrazo, usted si que es fuerte me dijo,
-Buenas noches Jen
-Buenas noches Victoria Descanza.
Le conteste.

Una aflicción imperialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora