un aire tranquilo, una película romántica, dos hombres recién casados comiendo chocolate. ¿qué más podían pedir?, estaban en el momento perfecto que cualquier pareja querría pasar aunquesea un segundo.tan tranquilo, con pequeños besos traviesos y frases románticas dedicadas al otro.
una noche perfecta, un momento perfecto y un cómodo sillón, también, perfecto.
- jooheon, llegó mi hora -
susurró el mayor en el oído del contrario quien un poco confundido y preocupado lo miró buscando explicaciones.
- de decirte que te amo mucho, ¿sabías? -
los dos comenzaron a reir, jackson lo abrazó fuertemente en un cálido agarre donde risas y pequeños "tonto, me asustaste" salían por parte del menor.
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-jaebum, no me estás ayudando en una mierda-
el castaño comenzó a gruñir enfadado al escuchar los inservibles y continuos regaños de su mejor amigo y secretario.
- ¿porqué simplemente no te divorcias? perdiste la cuenta incluso con cuantas personas estuviste mientras estaban casados -
jackson negó firme mientras se ponía de pié mirando a la gente caminar por los grandes ventanales de su oficina.
- no puedo -
jaebum lo siguió con la mirada, las piernas levemente cruzadas y la ceja izquierda levemente alzada esperando alguna razón.
- ¿porqué? una noche incluso dijiste que te aburrió -
el menor de la sala, vaciló unos cortos minutos, creando un silencio bastante incómodo mientras intentaba encontr las palabras correctas tratando de explicarse lo más corto posible.
- es mío, no lo voy a dejar ir -
el pelinegro empezó a soltar carcajadas sarcásticas mientras su mirada se dirigía al techo.
- ¿está es tú mejor excusa? -
jackson lo tomó del cuello de la camisa mirándolo serio, un tanto amenazante mientras el contrario mostraba desinterés en su acción.
- ¿crees que me asustas wang? -
jaebum se mostró divertido a tales palabras, tomando movimientos rápidos dejando al chino contra la mesa y el encima de él.
- no olvidemos que soy mucho más fuerte que tú, y que tú no alcanzas a ser dominante o intimidante conmigo -
el mayor lo soltó, volviendo a la silla la cuál anteriormente estaba cómodamente sentado riéndose de las estupideces que soltaba su jefe.
- así que no vuelvas a hacer esa mierda si no es para besarme porque estas desesperado -
volvió a hablar, está vez volviendo a su anterior tono burlón que normalmente tiene junto a la sonrisa demostrando lo mismo.
- ¿he dicho cuánto te odio? -
el más alto rió junto con un leve asentimiento, jugueteando con los movimientos circulares de la silla.
- bastante, pero al final me amas, si no sería así no me pedirías mis asquerosos consejos -
jackson reincorporó su imagen, acomodando su cabello y acomodando aquel apretado traje que encajaba perfectamente con su figura.
- tienes razón, de hecho. pero ¿quién más? soy la peor imagen para muchas personas, nadie sabría que decirme. -
el castaño se sentó en su negro escritorio apoyando el peso de su cuerpo con sus manos mientras soltaba suaves suspiros con pequeña frustración.
- tu te la buscaste, pero no estoy aquí para juzgar a nadie. entonces si no te piensas divorciar de él ¿porqué no hablas con él? quitando la violencia y usando palabras menos agresivas -
el más bajo se sorprendió y lo miró con los ojos bastante abiertos mientras sonreía con satisfacción.
- es perfecto, jaebum. te amo ¿te lo dije alguna vez? -
el chino se puso de pié y guardó sus cosas rápidamente tomando el portafolio y unos papeles demás.
- termina los papeles que te dejé y quedas libre lo que queda del jodido día -
jackson tomó el mentón del mayor y le dejó un beso en los labios saliendo de la oficina, haciendo suspirar a jaebum.
- ¿porqué eres tan imbécil? -
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