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Disculpen que me tarde tanto pero es la historia que más me cuesta actualizar porque viene de mi corazón y no de mis conocimientos para traducir, jeje

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Disculpen que me tarde tanto pero es la historia que más me cuesta actualizar porque viene de mi corazón y no de mis conocimientos para traducir, jeje.

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Camila:

Eran medianoche cuando llegué a casa, visité muchos lugares de Miami por el sentimiento que no quería estar en casa, con eso, mi padre insistió en quedarse conmigo por lo sucedido con Agustín pero no lo dejé, mi cabeza estaba hundida en una mezcla de pensamientos que iban entre dos personas. Primero, el cuerpo de Agustín llevaba desaparecido más de nueve horas y nadie sabía investigar para saber dónde estaba, lo cual es patético. Era su trabajo tener todo en orden pero las cosas se notan a simple vista que van en declive y era mejor que no opinara en voz alta al respecto porque mi padre, Shane y Lauren estaban más que involucrados en el asunto y hacer eso sería cometer un acto atroz.

Tomé una botella de vino asegurándome de que eso me aliviaría la tensión y dolor, la abrí con mucho cuidado, busqué una copa en uno de los tantos gabinetes que había en la gran cocina de madera de roble y mármol. Al servir el vino tome la botella y la copa para dirigirme a la sala.

Mentiría si dijera que al principio cuando buscamos residencias quería una casa grande como toda mujer añoraba. En realidad quería escapar un poco de cómo fue mi vida hace años atrás, no pude porque al final me crié en una mansión donde solo vivían cuatro personas.

Esta casa tiene tres habitaciones con baño en cada una, una gran sala de estar, cocina, comedor, balcón, jardín y su respectivo garaje. La amé en cuanto supe que no tenía sótano, no era muy fanática de las películas de terror. Agustín creyó que la había elegido porque tendríamos más de dos hijos.

Yo la elegí porque estaba acostumbrada a grandes casas. Yo nunca me vi con hijos.

Vi el piano color negro que estaba en un rincón de la sala, fue un regalo de matrimonio de los padres de Agustín ya que era un recordatorio de que nos iban a visitar en las navidades todos los años y tocar villancicos. Eran lo mínimo que podían vivir, su hijo se estaba mudando a otro estado.

Dejé la botella de vino en el respaldo del piano mientras jugaba con la copa en mi mano, veía la ventana descubierta a los arboles de afuera imaginando toda las veces que me sentía estresada y Agustín bajaba en pijama para darme un masaje y al final del día hacer el amor.

Ladeé mi cabeza pretendiendo olvidar los recuerdos y bajé la cortina de la ventana. Volví a tomar la botella de vino y me fui escaleras arriba hacia la habitación. Tomé lo que restaba de la copa lo cuál era la mitad como si fuera agua y serví de nuevo.

Dejé la botella quien sabe dónde para abrir el armario donde estaba toda la ropa de Agustín, fui repasando camisa por camisa, corbata por corbata como si fuera una niña examinando vestidos, termine de tocar su traje de matrimonio recordando ese día, por primera vez después de tantas horas una lagrima se deslizó por mi mejilla.

Weak For You (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora