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Lauren:

Desde que tengo memoria me esforcé para tener todo controlado en mi vida y si algo se desequilibraba inmediatamente lo acomodaba, pero ¿Cómo podía controlar a Camila Cabello? Desde el primer minuto en que la conocí me demostró que luchaba por lo que creía y que así moriría.

Al saber lo que me tocaba, quería correr y dejarla lo más rápido sin decir adiós pero Camila Cabello me amarró para siempre.

Cuando cometí el peor error que pude haber cometido en mi vida y vi que se cumplió lo que debía ser desde un principio, ya no quería que se fuera. Quería que me viera a los ojos y se diera cuenta de la tristeza que me abarcaba la situación y el no poder decir las palabras adecuadas o devolver el tiempo y hacer las cosas como debían. Si, fui una idiota.

Camila me enseñó una parte que desconocía de mí y era ser impulsiva. Protegerla a toda costa sin mirar atrás se convirtió en un trabajo de tiempo completo y lo único que gané con eso fue su odio y que contrajera matrimonio.

Demonios, Camila se había casado y eso me dejó en la mierda. Tomé un vuelo de interminables horas desde España hasta Miami solo para verla vestida de novia, sonriendo como una diosa y caminar al altar. A ese altar sin mí.

Fue una de las grandes maneras en la que la vida me dijo que por más que fuera el amor de mi vida, yo no era el de ella. No aguanté para escuchar sus votos y me largué de nuevo a España a seguir protegiéndola, sufrir y amarla a oscuras.

Ahora estaba de vuelta con una Camila muy desmayada en una camilla del hospital más cercano que encontré. De nuevo, soy una idiota por haber disparado pero no es de gran importancia porque tengo la puntería perfecta y no le dispararía en un millón de años. Lo que es relevante es que Camila al ser agente y entrenada para cualquier tipo de sucesos le haya dado un ataque de ansiedad al escuchar un disparo.

La habitación estaba en completo silencio, no quería encender el televisor que estaba en una esquina para no molestar. Su familia en ningún momento cayó en cuenta de lo que paso ya que nos alejamos considerablemente de la multitud y por consecuente, de sus padres.

El doctor dijo que fue un episodio que no tuvo consecuencias graves, solo cuidar de Camila y que no presente acciones fuertes en su vida. Bueno, eso no es posible ahora. Un rato después de estar ojeando las noticias en mi teléfono escuché un chirrido y al levantar la vista vi a Camila mirándome fijamente. Diablos, esa mirada mata.

Nos estuvimos mirando fijamente hasta quién sabe cuánto tiempo pero ya me estaba incomodando. Esa mirada no expresaba cosas gentiles.

—¿Recuerdas que te pasó?— Pregunté mientras guardaba el móvil rápidamente en mi bolsillo.

—¿Sobre todo lo que vivimos y me hiciste? Por supuesto. Ansió olvidarlo todos los días de mi vida y no se puede.— Habló entre dientes.

—¿Puedes por favor ya dejar ese tema atrás?

Al parecer lo que dije la hizo enojar más de lo debido porque de un salto se levantó de la camilla y se quitó el oxímetro de su dedo índice.

—Primero ¿Por qué carajos me pusieron esto? No tuve ningún ataque cardiaco, exagerados. Segundo ¡No puedo dejar algo atrás si no está inconcluso, Jauregui!

—Entiendo per-

—No— Me cortó— Ya deberías irte al demonio. No sé, vete de donde viniste y sigue con tus putas.— Caminaba de un lado a otro buscando algo, al parecer eran sus tacones pero al saber su estado decidí guardarlos en mi auto y comprarle unos deportivos.

—Tus tacones están mi auto. Te compré estos.— Le mostré unos converse de color negro muy parecidos a los que ella utilizaba cuando salíamos hace años. Levantó una de sus cejas y me los arrancó sin agradecer. Al momento que se los terminó de poner salió disparada a la salida. Si, debía perseguirla. Iba a gritarle pero la voz del doctor que nos atendió me detuvo.

Weak For You (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora