Corazón Fugitivo (Omegaverse)

Cap 1 - Sin rumbo.

Narrador Anónimo:

La oscura y fría noche llegó, la única luz del cielo era la luna llena, las suaves brisas del viento chocaba con las hojas de los robles haciendo que bailarán, el pasto se veía como una alfombra blanca que enfría las patas de un lobo, sus ojos azules como el mismísimo cielo se estaban cristalizando, su pelaje blanco y su olor tan dulce como la miel daba a conocer que era Joel Hugizak un omega conocido por muchos en el bosque que habitaba. Esté camuflado en la nieve caminaba sigilosamente en dirección a una presa que tenía su defensa baja, en un abrir y cerrar de ojos el pequeño, ya lo había devorado. Así es, su vida es la de un lobo solitario y sin manada.
 
Narra Joel:
  
  Parecía un puto embarazado, hoy me había levantado y se me antojó cazar y comer, no paré  de buscar hasta que  encontré comida en un lugar que nunca imaginé. Fui cuidadoso para no ahuyentar a mi presa y.. ¡Zaas! Ya me lo estaba devorando, esto de vivir solo no me resultaba fácil. Recordé el momento que perdí a mi familiares, como mi padre Robert fue ahorcado por un verdugo beta y mi madre Yeha apuñalada, lo que más me frustra  fue la sonrisa maliciosa de aquel alfa, juró que lo mataría lentamente, tan lento que moriría antes de lo previsto. Todos los del bosque me conocían por ser "Fugitivo" y les sorprendía que con 20 años todavía no estaba marcado.

Mis pensamientos se echaron a volar cuando sentí mi cuerpo realmente caliente, con lo afortunado que soy, noten mi sarcasmo,  olvidé que hoy empezaba mi celo. Respire profundo y en mi hocico se adentro mi olor, — hormonas de mierda — insulté por lo bajo, sin más rodeos.. corrí.

Llegue a una pequeña cueva, tan acogedora y calentita. — es perfecta — me hablé a mí mismo, además no estaba dentro de ninguno de los territorios de alrededor. Casi quedando dormido sentí unos pasos, — no puede ser — dije, asomé mi olfato fuera de la cueva miré hacía los lados para verificar si había alguien o yo ya me volví un loco perseguido.

Mi suposición fue acertada, observe bien, un alfa caminaba con un grupo de betas, no tenía nada de miedo pero, si me viesen y en este estado no he de dudar que saldría con cuarenta cachorros en mi vientre, — corría por aquí — escuche decir ¿acaso me andaban rastreando? los pasos cada vez se acercaban.

Me hice una bolita esperando a ser atrapado y ejecutado, cosa que no pasó, los imbéciles no se percataron y se fueron. Cansado de tanto suspenso, me dormí.

Me desperté por culpa del sol que me daba en todos los ojos haciendo que se me irritaran logrando que salieran lagrimas de sueño, me puse de pie, estire mis patas hacía adelante mi columna se hizo un arco donde los huesos me sonaron. Salí de la cueva bueno, intenté salir por que mis muslos temblaban, realmente el celo me hace débil. Aunque puedo soportarlo, hace dos años que me venía, nunca necesite el pene de un azabache y menos masturbarme.

El secreto era respirar tan hondo y al soltar el aire acumulado en tus pulmones, asi desechaba todo el mal estar y la ganas de que te jodan. Me estuvo funcionando hasta cierto punto, hasta que conocí los supresores lástima no tenerlos.

Ya dejando mis consejos de lado localicé comida, sin pensarlo dos veces, salí como una bala, salte y mordi el cuello tan fuerte que la victima no dudo en caerse, le arranque una pata, después la otra y siempre dejaba lo más rico al final.

Me fui interrumpido, al reaccionar un lobo me observaba desde unos metros, seguí comiendo como si no lo hubiese visto. Mi corazón palpitaba por el frío, al levantar mi vista nuevamente el perro se acercaba.

Sin aviso me eché a correr por mi vida, este aumentaba cada vez su paso, mi olor le señalaba el camino haciendo imposible mi huída. Buscaba la paz, la tranquilidad, la soledad para estar de luto por mi manada y todo me era imposible.

Ahora estoy siendo rastreado.. en que mierda me había metido no lo sé, creo que ese lobo no se encuentra solo.
Perdido en el bosque y sin ningún rumbo así estoy, huyendo como el cobarde que soy, perdiendo todo mi orgullo.