Prólogo.

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Otro día más, los amaneceres me hacen sentir frágil, tan miserable como no tienes idea. ¿Porque terminamos así? Me dije que el amor era una idiotez, sabía que el amor no trae nada bueno, debí escuchar a mi cerebro no al corazón.
Me odio, me odio por el hecho, no de haber amado sino porque me deje engañar, me odio porque no pude hacer más por el simple hecho de que en tú corazón no existe más que ella.

Las lágrimas caen sin cesar, siento el frío de la soledad y lo odio, lo odio cuando ya estaba acostumbrado a tus abrazos, a tus besos y risas estúpidas pero ahora sé que todas eran mentira, todas eran para ella. Bill ¿Alguna vez me amaste? ¿Alguna vez viste a Mason Pines? O... ¿Solo viste a mi gemela?

Trato de no llorar más pues no eres el único hombre en el mundo, no eres el único por el que sufriré, si viví sin ti mucho tiempo ahora puedo hacerlo igual o eso quiero creer. La lluvia cae y me trae recuerdos. Me preguntó si me pensarás en este momento, aunque no me amaste debiste sentir algo hacia mi ¿No?

No me doy cuenta de cuántos días ya pasaron, tal vez dos o tres, podría ser semanas o meses, en verdad no lo sé. Me deslizó sutilmente en aquel departamento que compre pensando en que te olvidaría con este viaje, voy a la mesa y veo las fotos de nosotros, algunas cortadas otras quemadas. Esto no duele físicamente, me duele espiritualmente. ¿Porque entraste a mi vida si no ibas a quedarte?
El teléfono suena, interrumpiendo mis pensamientos, lentamente voy al aparato y contesto, gruñó al escuchar la voz de mi gemela.

—¿Dipper? Hermano ¿Cómo estás?
—no tengo ganas de hablar contigo.
—no seas así, no es cómo piensas.
—no se trata de cómo es y siendo sincero sé que no tienes la culpa de... Lo ocurrido. —la voz se va quebrando, su mirada chocolate se nubla ante las lágrimas inminentes. —es solo que soy yo.
—Dipper...
—estoy celoso de ti, no es que seas tú es solo que estoy celoso
—no tienes que sentir celos, tú eres igual e incluso más maravilloso que yo.
—Bill no pensaba eso, Bill nunca me vio realmente ¡Solo te veía a ti! ¡Tú no sabes nada! No me comparezcas.

Colgué antes de que mi gemela hablara, estaba mal, yo mismo sabía que estaba arruinando la relación con ella pero ¿Que podía hacer? Amaba y me atrevo a decir que AMO a Bill a morir. ¿Alguien me comprende? Es difícil olvidar algo que te daba alegría, no puedes olvidar algo que aún quieres y eso es lo que más duele, porque Bill está grabado hasta el fondo de mi interior.

¿Que se sintió jugar con mi corazón? Lo tomaste y lanzaste como si un partido de Béisbol jugaras, no soy ella ¿Lo sabías? No puedes compararme con mi gemela, no puedes comparar mi amor, mis caricias y besos con los de ella, entiende bien que el físico puede ser igual pero lo de adentro, los sentimientos son diferentes, no somos lo mismo ¡Yo soy Dipper! Soy inteligente, tímido, tal vez adorable como suelen burlarme pero ¿Sabes? Este tipo de persona soy y así te amo, así soy realmente y no voy a cambiarlo, te amo y quisiera tenerte a mi lado pero no puede ser de la manera que tú quieres.

—debo estar loco. —viendose al espejo. —sufriendo de amor, sufriendo por alguien que ni siquiera se tomó la libertad de conocerme, de apreciarme por lo que soy.

Sonrió mientras las lágrimas siguen callendo, miró cada parte de mi en el espejo, realmente quiero ser diferente a ella, y lo digo en serio. Esta es la primera vez que odio tener la cara igual a Mabel; es la primera vez que quiero ser diferente, que quiero que alguien me note por mi.

—¿Si muero ahora me extrañarás? Claro que no, ni siquiera te importo cuando termine los planes de la boda.

No recibo respuesta y no es que espere una, ahora mismo solo me peleó contra mí mismo, no me siento cuerdo y esto es tu culpa pero más que tuya es mía, mía por haberme dejado engañar.

—te apuesto a que ni recuerda como nos conocimos.

Me pegó a la pared del baño y me dejó caer, no quiero ver más al departamento, no quiero escuchar a la soledad a mi alrededor.

—recuerdo perfectamente como nos conocimos.

No soy ella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora