Capítulo 2

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Boy D Pov's


Mi vida no iba al rumbo que quería, un día me raptaron y me volvieron el mejor criminal que podía existir, logré escapar con un último trabajo que hice pero no me gusto para nada, me sentí tan arrepentido. Al menos la única persona que pudo reconfortarme fue mi hermano, mis padres nos habían abandonado. Vivía en un departamento con Aaron y ahora estaba mas tranquilo, todos los días a las 12:00 p.m. iba a la mejor cafetería que en la ciudad puede haber, pero hace 5 meses no iba solo a eso.  Todo ese tiempo me encontraba con la desconfiada mirada de una bella chica que llegaba justo al medio día y se sentaba al otro extremo, se parecía mucho a mi, técnicamente era mi versión femenina.
La verdad no se que me gustaba más de ella si  sus bellos ojos grises o sus curvas que me volvían loco y resaltaban con cualquier prenda que vistiera. Ya es hora de dejar de intercambiar miradas, ahora quiero escuchar su voz, el problema es que soy muy cobarde y en otras ocasiones no se puede dar, ya que después de checar su teléfono sale corriendo, sube a su moto y se va sin dejar rastro.
Justo hoy había reunido el valor para hacerlo, pero antes de que me dirigiera a su lugar ella ya no estaba, necesitaba en serio hablar con ella,  mi mañana no fue la mejor que otros días:

FLASHBACK.

--Boy D te necesito,  quiero que vengas a mi oficina-- era la voz de Adolfo, trabajaba para él hasta el "ultimo trabajo" --Te  veo en media hora.-- Colgó, no me dio tiempo para contestar, no tenia de otra, le pedí el auto a mi hermano.
--¿A dónde vas?-- Me preguntó algo desconfiado
--Con Adolfo-- Su mirada cambio a una preocupada e incluso frunció su ceño.
--No quiero que te metas en problemas,  ¿eh?-- Me lanzó las llaves --Cuidate mucho.
--Claro que si Aaron.
Eran las 9:00 a.m. e iba a mitad de camino, no sabía lo que quería el Jefe pero me asustaba. En cuanto llegué baje del auto y me dirigí a las instalaciones, fui escoltado hasta su oficina.

--Hola muchacho, cuanto tiempo sin verte -- se encontraba sentado detrás de un escritorio --requiero de tu ayuda-- como siempre no me dejaba hablar hasta que terminara su discurso  --Sé que ya te retiraste y que no quieres saber nada de esto, pero necesito tus conocimientos para que me ayudes a buscar a ella-- presionó un botón del control remoto y apareció la imagen de una chica en la pantalla --Le dicen "Illegal Girl" y en este último medio año ha estado asaltando todos mis bancos, quiero que la investigues y si es posible ¡Mátala!-- Me asusto la ultima palabra, ya no quería quitarle la vida a personas que no lo merecen --¿Qué dices Boy D? ¿Aceptas el trabajo?--
--Adolfo con todo respeto, no quiero seguir trabajando para nadie.
--Pero eres parte de nuestra familia-- no estaba dispuesto a seguir escuchando --y esa chica es una amenaza para todos en la empresa-- pero esa chica es mi otro amor platónico,  no quiero deshacerme de ella -- vamos chico, no te gustaría decir que no, te pagaré muy bien.
--Jefe, el dinero no me importa, ya no quiero matar gente y punto.-- me di media vuelta y comencé a caminar hacia la salida.
--Hijo, te vas a arrepentir, nadie rechaza mis ofertas y lo sabes muy bien-- ya no lo estaba escuchando --Lo pagaras muy caro hijo-- El hablaba así porque era mucho mayor que yo, se podría decir que fue como mi padre.
Regresé al auto de inmediato, esta situación no me dejaba un buen sabor de boca, por lo que decidí ver a mi chica pelinegra, aunque fuera de lejos.

Regresando al presente:

Incluso ya mi hermano sabía que estaba enamorado de una chica que solo conozco de vista, él me ayudo a armarme de valor, me dijo que era hora de hablarle, y eso es lo que haré.
Antes de que me dirigiera a su lugar ella ya no estaba, volteé a la ventana, se encontraba en la moto, esta vez no la perdería, corrí hasta salir y tomé el manubrio para decir:

--Hola nena-- me volteó a ver algo sorprendida, pero luego sus ojos se iluminaron, sonrió y pude ver sus hermosos hoyuelos
--Hola-- que dulce voz tenía, apagó el motor, parecía como si ella estuviera esperando este momento.
--¿Quisieras acompañarme adentro? Te puedo invitar un café.
--No creo que eso sea necesario, 2 tazas de café me volverían loca-- Río y bajo de su moto colocándose a mi lado --vamos-- caminamos de regreso al establecimiento, fuimos al lugar que había abandonado y nos sentamos.
--Hace mucho que quería hablar contigo-- le confesé.
--¿De verdad? ¡Yo igual! Nuestras miradas se han cruzado mucho
--Soy August, es un placer conocerte-- le estiré mi mano.
--Mi nombre es Leila, encantada-- estrecho mi mano.

Estaba jugando con sus llaves y sonreía mientras le hablaba, me platicó que vivía en un departamento a unas cuadras del local, le platiqué de mi hermano y del aprecio que le tengo a él, estábamos pasando un buen rato pero pronto sonó su teléfono.

--¡Ups! Tengo cosas pendientes que hacer, me encantó estar contigo-- se acercó y besó mi mejilla, pude distinguir un aroma dulce, me agradaba --Bye--
--A... A-diós-- apenas y pude pronunciar, la vi subir a su moto y arrancar a toda velocidad. Me quedé sin palabras, era más hermosa de cerca. 

Todo el día estuve pensando en ella me dirigí a mi departamento, hasta que llegó Aaron, entonces recorde de la visita con el Jefe, me preocupé y mi hermano lo notó.

--Oye, ¿Cómo te fue con Adolfo?--  se sentó a mi lado.

--No quise trabajar para él, le hice enojar y no sé de lo que sea capaz-- Ese hombre para el que trabajé estaba  loco, no sabía que era lo que buscaba o su propósito, pero de algo estaba seguro, él consigue lo que quiere bajo cualquier precio. --Pero algo bueno salio de este día.

--Al fin hablaste con ella ¿verdad?

--Si -- me emocioné -- Su nombre es Leila y es tan perfecta.

--Me da mucho gusto que hayas dejado tu cobardía a un lado-- se levantó para tomar su chaqueta y las llaves del auto -- Vamos, levántate, te invito un trago para celebrar.

-- Es la mejor idea que se te ha ocurrido-- contesté siguiéndolo.

Love is EvilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora