Capítulo 27// la piel del otro.

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Me despierto a las siete de la mañana para escapar del cuarto de Federico y volver al mío, intento agarrar todas mis cosas del suelo pero se me hace casi imposible por la falta de luz, es invierno y amanece más tarde, cosa que me va totalmente a desventaja. 

Finalmente cuando creo que no hay nada visiblemente sospechoso, me marcho a mi habitación, donde duermo muchísimo más tranquila hasta unas cómodas 9:00.

─ t/n.. T/N! 

Me moví suavemente entre las sábanas, de donde no quería despegarme. 

Abrí los ojos hacia la dirección en la que me hablaban, aunque no estaba prestando atención, una agus adormilada me hablaba. 

─ ¡ey, me estas escuchando?! 

─ La verdad que no, empezá de nuevo ─ dije rascandome un ojo y sentándome en la cama. 

─ Anoche ─ me dejó de palpitar el corazón por un momento, hasta que siguió hablando.─ Mathias estuvo raro.. no se, siempre me trata bien pero es extraño, casi ni me habló.. Vos sabés que venimos teniendo un par de problemas, ¿no? ─ asentí, aunque sinceramente poca atención le presto 

─ Mathias está raro en todos los sentidos..

─ Si, pero no suele estar raro conmigo.. 

─ Agus, olvidate, seguro se le pasa después. te quedás? ─ pregunté volviendo a acostarme. 

No se si agustina se acostó conmigo o no porque volví a dormirme. 

Tres de la tarde, me encontraba trabajando, me pedí un café por delivery, sinceramente no tenía ganas de salir de la casa. Según tenía entendido la mayoría se había marchado a hacer tomas, pero no llegué a entender quienes se habían quedado. Cuando tocaron el timbre me dispuse a ir hacia la puerta, fue cuando vi a Federico, pagando el café y cerrandola. Lo que me llevó a darme cuenta de mi lento caminar.

─ Gracias─ dije ─ no tenías por qué. 

─ Es un placer.. ─ dijo, me daba media vuelta para volver al trabajo cuando oí su voz nuevamente. ─ ¿Cómo estás? No te ví hoy.. 

─ Bien ─ alcancé a decir. ─ ¿vos?

─ Bien. 

Juro que podría haber cortado la tensión con un cuchillo, incluso casi que podía ver la incomodidad aparecer entre nosotros.

─ ¿Va a ser así ahora? ─ dijo ─ Digo, porque entre tenerte así y tenerte como la t/n que es mi amiga.. prefiero pretender que no pasó nada y no se, tenerte cerca de ese modo al menos. 

─ No, no va a ser así. Solamente necesito trabajar, me atrasé un poco. ─ mentira, quería estar sola con mi mente. 

─ Si querés tar sola ¿por qué me mentís? Creí que habías terminado todo el otro día.. o eso me dijiste 

─ Perdón.. no se ni que quiero todavía, lo de anoche fue increible pero no estoy preparada para planteos. 

─ Ni yo

─ no estoy segura de nada nunca 

─ Yo tampoco 

─ ¡No se que quiero! ─ exclamé. 

─ ¡¡Y yo solo te quiero a vos!! ─ contestó ─ ¿no cuenta eso para nada? Mirá t/n yo te prometo que puedo ser cualquier cosa, un desastre, si así lo querés; pero te quiero, te quiero mucho. ─ suspiró en una minima risita ─ Tanto que me recorrería desde Tierra del fuego hasta Jujuy a pie, lo haría al revés, para encontrarte en el camino. ¿Sabés? 

Y ya estaba, ya me tenía. Las palabras tal vez no significaban tanto a comparación de como me estaba mirando en ese momento, me sentía en una burbuja y todo lo que deseaba era quererle, pero no se podía en ese momento tampoco, y no deseaba confundirle. 

─ Capaz que nos lastimamos. 

─ Dejá de pensar en negativas, no te pido una respuesta de nada. Solo dejemonos fluir. 

Y si que lo hicimos, nos dejamos fluir por todos lados, todo el tiempo. Por más días de los que pude contar me encontraba yendo a la habitación de Federico por las noches y saliendo por las mañanas, sintiendo esa adrenalina recorrer todo mi cuerpo cuando debíamos mantenernos silenciosos. Durante el día eramos amigos, que tal vez si prestábas atención se podían deschavar algunas miradas especiales, pero por las noches eramos unos locos amantes del peligro y la lujuria, durmiendonos uno con el olor de la piel del otro. 

Juntos//Fede Vigevani (EDITADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora