Inmortal (Malec)

Prólogo

Despertó, y a su manera de ver, era un día normal. Un día cómo cualquiera. Tenía planes para él y su novio al terminar su jornada. Volteó y ahí estaba, con su pelo cayendo por su frente, sus ojos cerrados y sus labios en una pequeña sonrisa. Sonrió como tonto enamorado y se puso unos interiores con rapidez.

Suspiró y decidió hacer un sencillo pero sustancioso y delicioso desayuno para él y para Magnus. Su brujo siempre se preocupaba por consentirlo y sobre todo para hacer que él se sintiera a gusto. Ese día, aunque parecía normal, sentía que no lo sería.

Cocinando cómo estaba, no notó cuando Magnus se despertó y caminó hacia la cocina y lo observó preparar el desayuno. Sólo sintió su penetrante mirada y sin voltear lo saludó.

-Buenos días, amor.

Magnus sonrió y se acercó estirándose cual gato.

-Buenos días, Garbancito.

Hizo una mueca pero no perdió su sonrisa. Le desagrada terriblemente ese mote, pero sin embargo...lo estaba tolerando. Todo por el Gran Brujo de Ligthwood. Dueño de su corazón.

-¿Tortitas?

Asintió.

-De chocolate y fresa.

-Mis favoritas.

Magnus tenía los ojos brillosos.

-Lo sé. Pensé e-en que me has c-consentido y m-mimado y quería h-hacer lo mismo.- explicó rápidamente con un sonrojo.

-¿Hacer qué, bebé?

-C-consentirte.

-Siempre lo haces. Sólo que de maneras muy distintas.- respondió Magnus con una sonrisa tierna acercándose a su novio y volteándolo por la cintura para quedar frente a frente.- Y ahora mismo quiero que me consientas.- susurró antes de besarlo con fervor.

Alec, ni lento, ni perezoso respondió el beso con igual pasión, rodeando sus caderas y pegándolo más a él.

Un olor dulce llenó sus fosas nasales.

-L-las t-tortitas.- habló Alec con los labios aún en los de Magnus.

-No importan.- respondió Magnus, negándose a soltarlo y profundizando el beso.

Alec se dejó llevar por el beso pero se apartó.

-Mags...

Magnus rodó los ojos.

-Vale,vale. Tortitas.

Dejó que su novio se volteara y atendiera a las condenadas tortitas. Pero se deleitó con la bien formada espalda nívea de su amado, llenándolo de besos. Quería su cuello, pero debido a los centímetros que Alec le llevaba, pues... sólo podía con el cuello y las clavículas. Para llegar al cuello tenía que ponerse de puntitas.

Alec volteaba las tortitas y hacía más, disfrutando de los mimos que su novio le proporcionaba.

Pero Magnus estaba travieso... sacó de algún los celos comúnes de Alec y queriendo la atención de Alec sólo para él, metió sus manos en los interiores y rodeó con sus manos, como podía las redondas y bien formadas nalgas de su novio.

-Mags...

-Siento envidia de esas tortitas.

-Espera a que estén listas y seré todo tuyo.

-No todavía.- una voz los hace voltearse.

Tessa Gray, una de las mejores amigas de Magnus está ahí.

-¡Tessa, cariño! ¿Qué haces aquí?.- saluda Magnus, chasqueando los dedos y Alec queda vestido con unos pantalones grises y una sudadera blanca. Y vistiéndose a sí mismo.

-Vengo porque quiero hablar de algo importante con ustedes. Y deben escuchar atentamente.

-Deja termino con las tortitas.- dice Alec.

Magnus gruñe.

Estúpidas tortitas.

* * * *

-¿Que quieres qué?

-Quiero morir, Magnus. Ya me harté de la vida inmortal. Quiero alcanzar a Will y a mi Jem.- suspira cansadamente.

-No pienso matarte.- dice Magnus con seguridad.

-Ni yo.- le sigue Alec.

-No quiero que me maten. Ustedes, han logrado tener un equilibrio. Han logrado lo que muchos han deseado. Un amor puro, y fuerte. Sin dudas, ni límites. 

-Bueno, límites...- dice Alec con voz queda.

-Ese límite, ya no existirá.

-¿Que quieres decir?

-Un amor cómo el de ustedes, merece ser inmortal. 

Se para y murmura unas palabras en latín, con una mano apuntando a Alec. 

Una luz sale del cuerpo de Tessa, y entra al de Alec. 

-¡Tessa!.- grita Magnus. 

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Empezando con ésta historia :3

Éste es mi primer m-preg y... honestamente, si algo no les gusta, les pido que me guíen y orienten para que escriba mejor.

Esta historia será de 17 capítulos exactos :3 Espero que les guste :3