Reflexiones

Rota

Dolor. Esa terrible sensación de ahogo. Sientes que no puedes más y explotas. Cuando crees que todo va bien, que vas saliendo del agujero, llega algo que te hunde más todavía en el fango.

La sensación de haber sido  utilizado como un juguete para que luego te hagan pedazos. Pese a que lo sabes, prefieres poner tiritas provisionales que lo único que hacen es mitigar el dolor. Sin embargo el dolor nunca se va. Intentas disimular pensando que todo está bien, que ya no te afecta. Pero lo hace, y mucho. Siempre es más fácil ponerte la careta y simular que todo marcha bien.
Es más fácil pensar que no pasa nada a enfrentarte al dolor, a pensar que durante un tiempo fuiste un chiste para alguien. Que todo el mundo lo sabía menos tú y que nadie hizo nada para evitarlo. Y es ahí cuando tienes que librar tus propias batallas. Nadie quiere lidiar con un corazón roto. Quien te diga que está ahí miente. Nadie merece más problemas de los que probablemente tiene. O ese es al menos mi pensamiento.
Cuando estás pasando por un momento realmente malo nadie va a poder calmar tu dolor. Un dolor tan fuerte e interno que únicamente podrá sanarse con el tiempo. El tiempo todo lo cura. Aunque pienses que es imposible salir del fondo cuando ya lo has tocado, créeme que sí se sale. Cada cual toca fondo por distintos motivos. Quizás yo toque fondo por unos motivos que a otra persona le puedan parecer insignificantes, pero es que a cada uno le duele lo suyo.
Es cierto que una vez tocas el  fondo hasta el punto en el que te hundes en él, nunca volverás a ser la misma persona. Cuando realmente llegas al límite es cuando te das cuenta de que eres más fuerte de lo que crees y aprenderás de la experiencia. Por eso yo intento ir con una gran sonrisa y mejorar el día a los demás a pesar de que en realidad estoy tan rota por dentro que dudo que pueda volver  ser la misma chica ingenua e inocente de antes que siempre piensa lo mejor de los demás.

FRS🌀