XII

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En todo la semana no fui capaz de quitarme a Nabi de la cabeza, y mucho menos su preciosa sonrisa: parecía que la tenía grabada a fuego sobre mi memoria. Sus hoyuelos, sus labios algo gruesos y rosados, su piel tostada y sus ojos como el chocolate amargo. Era preciosa y fácil de tenerle cariño cuando la conocías: distinto a lo que creía, no se creía la importante ni nada por el estilo, simplemente no le gustaba que se metieran en sus asuntos, era muy cariñosa con su prima y con sus amigas, las abrazaba y hacía bromas ligeras, era buena en algunos Deportes y no se rendía fácilmente cuando fallaba o tenía dificultades con algo. Y tal vez ella era como mi adicción en lo poco que llego conociéndola, porque en vez de estar estudiando inglés sólo logró pensar en ella, en que desde el jueves que no la veo y Jaeri no me ha querido decir qué le pasa a su prima, en lo que extraño su voz y el olor que emana. Y sí, la echaba de menos.

Al final me rendí con inglés y le pedí a Jaerinnie la dirección de Nabi.

Con que sólo la vayas a molestar su papá te sacará a patadas

(15:30)

O tal vez Nabi 

(15:30)

Aunque no creo porque le empezaste a caer bien

(15:31)

¿Por qué me emociono tanto sólo porque Jaeri me escribió eso? Si yo ya lo sabía y no necesito que alguien me lo dijera.

Me vas a mandar la dirección o no?

(15:31)

Eres un maldito grano en el culo

(15:32)

Mandó por fin la dirección, algo lejano de mi casa y de la de Jaeri, pero más cerca del Instituto de lo que creía. Al final le deseé suerte a Jaeri en su cita con la rata y me preparé para salir.

En general no me preocupaba demasiado de mi aspecto cuando estaba en casa, así que me miré en el espejo de mi cuarto antes que cualquier cosa. Me veía decente, así que sólo agarré una chaqueta y salí. Debía tomar un autobús y bajarme luego de diez paradas. El viaje no era largo, y tomé un poco de dinero para comprar algo y no llegar con las manos vacías. No sabía qué le podía gustar a Nabi para comer, pero al final compré unos pasteles y una bolsa de frituras.

El sector donde vivía Nabi no era peligroso, pero tampoco era el más tranquilo del mundo. Eran casas relativamente pequeñas comparadas con la de mamá, y habían varios niños jugando en la callejuela. La numeración de las casas no estaba muy a la vista y no encontraba el número de la de Nabi, así que le pregunté Al grupo de niños. Estaban jugando fútbol y se gritaban animadamente, y cuando me acerqué a ellos todos me miraron.

- Hola, ¿Saben dónde vive Ong Nabi? Que no encuentro la casa...

Un niño se me acercó corriendo, y se cruzó de brazos. Tenía un rostro muy tierno y el cabello corto.

- ¿Tienes algo que ver con noona? - El niño tenía la piel tostada y le faltaban algunos dientes, y tuve que agacharme para estar más cercano a su altura. Me miraba receloso y con los brazos cruzados.

- ¿Es tu hermana mayor? - Negó con la cabeza.

- Es mi novia - Tenía ganas de reír. Y es que, vamos, un niño de seis años me decía que su novia es una mujer doce años mayor que él.

- Entonces no te preocupes, amigo... Sólo vengo a dejarle algunas cosas de la preparatoria y a ver cómo dará, así que controla esos celos

El niño volvió a mirarme suspicaz, hasta que sus amigos le gritaron que volvieran a jugar. Al final me señaló una casa color cielo.

Bullied [[ ~ Park Jimin ]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora