En mis zapatos [Chloé Bourgeois]

Arcoíris

—¿Podrías decirme por qué hay un montón de libros de los últimos momentos de Chloé?—Pidió furioso el Agreste viendo a personas comprar el dichoso libro.

Del otro lado de la línea se escuchó un suspiro.

—Es el mismo archivo que tú leíste hace un tiempo, Adrien.— respondió con evidente aburrimiento —Pero no te preocupes, tú tienes la versión original, aquella que se vende no es más que una copia hecha por ella donde se cambiaron o censuraron algunas cosas.

Suspiró calmado al saber que su identidad no había sido revelada, aunque no se podía decir lo mismo sobre Queen Bee.

Miró la librería que vendía sin parar el libro titulado En mis zapatos [Chloé Bourgeois] que era un éxito total a nivel mundial. Leer los últimos pensamientos de una chica suicida que logró incriminar a alguien más por su muerte era muy interesante, lastima que nunca sabrían el secreto de Adrien o la identidad de Ladybug.

Sonrió agradecido por aquel gesto de la fallecida rubia. Puede que le allá hecho tremendo daño pero se preocupó bastante para dejar su vida privada intacta.

—Gracias por aclararlo, Manuel.

—No hay de que. Si me disculpas, debo de cuidar unos diablillos.

Terminó la llamada, observando la portada del libro que escondía la triste historia escrita en esas páginas. Él sabía que Chloé era muy inteligente pero jamás creyó que ella utilizaría ese don para un acto tan doloroso como ese.

—Menuda reina eres.—Murmuró entrando a la librería para comprar el legado de Chloé Bourgeois.

Plagg se arrimó un poco para ver el rostro nostálgico del ex modelo que tomó con manos temblorosas el libro y buscó entre las páginas, una sección especial.

—¡Papá!—Gritó una niña de cabello rubio y ojos azules.

Adrien logró enmendar sus errores con las personas que él conocía, incluida Lila y al poco tiempo terminaron formando una familia. Su hija, era la viva imagen de su padre pero los rasgos que ella poseía, la hacían lucir como Chloé Bourgeois.

—¡Chloé!—Dijo alegre Agreste cargando a su hija que tenía el mismo nombre.

A lo lejos se acercó la chica italiana, mirando el libro que le trajo recuerdos tristes sobre Adrien.
La familia se fue a descansar, ya habían tenido un día bastante agitado.

Este libro está dedicado para Adrien Agreste, el chico al que una vez amé con toda mi alma.
Sé que la curiosidad te matará y terminarás por leer estas frases, chaton.
Te perdono por todo el daño que me hiciste, ya has aprendido tu lección.
Hazme un favor, este es mi último deseo.
No hieras a nadie nuevamente, júralo.

Chloé Bourgeois.

Fin