Día 5

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—¡Ughm! —Nejire gimió de dolor cuando Tamaki apretó su mano para comenzar a colocarle una venda. Las heridas de su acto heroico no eran graves, pero igual debían ser tratadas rápidamente si no querían sufrir de alguna infección o algo por el estilo.

—Lo siento ¿quieres que suavice el agarre?

—Está bien así, además yo soy fuerte —ella infló un poco sus mejillas con vergüenza. El azabache mostró una pequeña sonrisa y asintió.

—Estoy seguro que sí.

Nejire suavizó su gesto de dolor, tener a Tamaki cerca le confortaba mucho, era como si las heridas de su cuerpo no necesitaran medicamento para sentirse mejor, sólo quería estar junto a él. Suspiró con un deje de melancolía al saber que, posiblemente sus sentimientos nunca serían correspondidos o quizás sí, vaya ella a saberlo. Sus ojos viajaron por todo el cuerpo de Tamaki viendo cada herida y lo sucio que se encontraba su traje.

—¡Ahg! —volvió a gemir cuando Tamaki terminó de vendarla y apretó el amarre.

—Lo siento Hadou-san, pero creo que con eso estará bien —musitó mientras cruzaba sus pies como si fuera a meditar frente a ella. Nejire asintió penosa, no sólo por la mirada que Amajiki le obsequiaba, también por los repentinos deseos de ser acariciada por él, algo como un dulce toque de mejilla y un todo está bien ahora.

Tus heridas... —musitó inconscientemente haciendo respingar al chico— ¡Quiero decir! Ah, Uh... Etto... ¡Tus heridas! ¿Quién las va a tratar?

—¿Eh? Bu-bueno... Yo estoy bien.

—¡Claro que no! Yo... Yo las trataré —decidida tomó una venda y algo de alcohol que pidió a uno de los socorristas que andaban aun deambulando por allí, los oficiales de la policia estaban llevándose a los criminales y ellos aun permanecían cerca de la escena, sentados en el suelo tratándose las heridas.

—Gracias —susurró él, la chica de larga cabellera azul rápidamente levantó su vista para encontrarse con la mirada de su platónico.

—No es nada, yo lo haría tantas veces fuera esperado —respondió bajando la vista mientras sonreía enternecida.

—Sé que no presto mucha atención a tus pequeños detalles y mucho menos a tus sentimientos, por eso gracias... Por todo —añadió Tamaki sintiendo de repente un ardor en sus pómulos, ante esa vista Nejire también se contagió de la vergüenza y sólo le quedó sonreír.

Si estás a mi lado | #TamaNejiWeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora