Día 6

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El frío se colaba hasta sus huesos, tiriteaba mientras vanamente intentaba darse calor juntando sus palmas y exhalando. Su nariz estaba roja y sus piernas temblaban como gelatina, a penas llevaba caminando un par de minutos y Nejire ya comenzaba a preguntarse si en verdad llegaría a su casa antes de quedar atrapada por la tormenta de nieve que se avecinaba.

Con la frente en alto enfrentó la ventisca helada y sintió su corazón estrujarse. Anhelaba que estuviera a su lado en esos momentos. Él se había ido de viaje a otro estado, donde una agencia le había otorgado la oportunidad de trabajar.

—Si tan sólo... —se abrazó nuevamente en busca de un calor inexistente para ella en esos momentos.

—Nejire ¿Qué haces? —como si de alguna invocación se tratase frente a ella, en un enorme abrigo Tamaki se encontraba escondiendo sus manos en sus bolsillos. Nejire quiso pronunciar su nombre pero sólo cayó al suelo cuando nuevamente la ventisca azotó. Alarmado, Tamaki corrió hacia ella perdiendo su gorra en el camino pues la helada brisa se lo había quitado. A la par de Hadou las bolsas de sus compras estaban esparcidas y ella temblaba a más no poder. Quién sabe cuánto tiempo hubiese seguido así, él se apresuró a llevarla a su departamento a dónde se dirigía en un principio a visitarla y agradecía al cielo encontrarse con su tambaleante cuerpo en el camino.

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Lo primero que vio al abrir sus ojos fue a su pareja colocándole unos paños calientes para intentar bajar su fiebre.

—Ta-Tamaki —dijo apenas audible.

—Tranquila, te he traído a casa, aún así me gustaría saber qué hacías con este clima allá afuera.

—Ya no tenía nada en la despensa.

—Creo que me di cuenta, me alegra haberte encontrado, no quiero imaginarme qué hubiera pasado si yo no pasaba por allí —frunció el ceño y el miedo le invadió por unos instantes de imaginarla en el suelo con ese clima.

—Me alegro que hayas vuelto —susurró y al instante se incorporó sintiéndose mejor— Es cierto ¿qué ocurrió? ¿no ibas a trabajar?

Tamaki se estremeció un poco y avergonzado dejó los paños a un lado.

—Sí, me dieron el trabajo, ahora soy héroe en esa agencia.

—Me alegro mucho por ti —sonrió la chica mientras lo abrazaba, tanta espera y tanta distancia habían valido la pena para él— Uhm, pero ¿qué haces aquí?

—Pedi permiso porque yo...

Sus manos temblaron y sus pómulos se enrojecieron.

—¿Qué? ¿Qué pasa? —con la curiosidad desbordando en sus orbes Nejire se acercó al rostro de Tamaki.

—Verás Nejire, yo volví porque el trabajo será estable y yo no quiero estar tanto tiempo lejos de ti...

—Tamaki —susurró tratando de no ilusionarse rápido. Amajiki suspiró y todas las palabras que estuvo ensayando se acomodaron junto a todo su valor.

—Quiero que vengas a vivir conmigo, Nejire.

Nejire jadeó emocionada, abrazó a su novio y se dejó llevar por la emoción y lloró, lloró porque ya no estaría lejos de su amado.

Y Tamaki la aprisionó también en un abrazo que los acercó mucho más de lo que pudieron imaginar.






Si estás a mi lado | #TamaNejiWeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora