Parte 6

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Como era de esperar, todas las sospechas fueron hacía la madrastra. Blanca no tuvo más que hacer que esconderse en la cabaña de los enanitos. Enanitos, sí. Ese era el nombre que Blanca le dio a sus 'amigos'. Blanca sabía que ellos eran un estorbo. Ella quería su casa. Ellos vivían en su casa.

Como muestra de agradecimiento por dejarles la casa, ella quiso hacerles la comida. 'La comida'. Roció un poco de veneno en la cazuela, dejando que se mezclara con la apetitosa sopa. 

Mientras, la madrastra sabía que si continuaba mucho más tiempo en el castillo, sería asesinada por los habitantes de la ciudad. Así que, se disfrazó de anciana para poder salir sin ser 'vista'. Ella sabía que Blanca siempre salía havia el bosque. Así que ese fue su destino. Ésta se topó con la casa y, pretendiendo ser una vendedora de manzanas, llamó a la puerta. 

Blanca, que no esperaba ninguna visita, se asustó. La cuchara con la que estaba removiendo la sopa voló y una pequeñita gota calló en su boca. Ésta, algo mareada, fue a abrir la puerta. 

- ¿Qué quiere vieja? - preguntó la muchacha. 

- Venía a ofrecerte una manzana. - respondió amablemente la madrastra. 

- Vete a tu mierda de casa y déjame en paz. - dijo mientras quiso cerrar la puerta de un portazo. 

- Es gratis. - dijo poniendo el pie para que no pudiera cerrar la puerta. 

- Esta bien. Le doy un mordisco y se va, ¿vale? - preguntó la muchacha que ya no sabía ni lo que decía. 

- Vale. - contestó la madrastra mientras le ofrecía una de las mejores manzanas. 

Ésta, le dio un mordisco y cayó redonda al suelo. No por la manzana, sino por el veneno que segundos antes había ingerido. 

La madrastra que no se esperaba eso, fue a socorrerla. 

El cuento al revés.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora