Capítulo III: Cambio de Aires - Parte II.

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Habían pasado casi 16 horas desde la reunión de los 4 Ardalonianos que planeaban retirarse de la ciudad de la noche para poder asentarse en la ciudad costera de Maridia, donde se hospedarían temporalmente debido a los conflictos y persecuciones que ocurrían en las frías y ahora tenebrosas calles de Noxumbra, afectada por la llegada de un grupo de sectarios que se han expandido en la ciudad y abarcado las plazas, avenidas, barrios y hasta algunos accesos de la ciudad. Se volvía una clase de rebelión dictatorial en busca de tomar a la fuerza la ciudad y a sus habitantes para su misión: La Resurrección de la Oscuridad.

A pesar de la gravedad de la situación, solo el Departamento de Policía Estatal de Noxumbra, o la DPEN, estaba al tanto de la rebelión y de los sectarios que arrasaban y asesinaban a los habitantes que se cruzaban en su camino. Aunque hayan enviado diferentes grupos policíacos y hechiceros experimentados de gran habilidad, solo pocos han regresado, siendo estos con montones de heridas y cicatrices de desconocida procedencia, mientras que los hechiceros que regresan a la central del DPEN, llegan incapaces de usar su magia y con sus túnicas casi chamuscadas, comos si una fuerza tan ardiente y temida como el Elemento del Fuego los haya atacado y atormentado en sus rostros, llenos de terror y desesperación al borde la locura absoluta. El DPEN no tuvo más alternativa que dejar de enviar a los policías y hechiceros estatales a Noxumbra para no perder más personal y arriesgar más vidas, debido a la poca eficiencia de sus actos, con lo que solo han empezado a actuar para la ciudad de Maridia y la de Ravenia explicitamente.

En el hogar del Caballero del Viento, este ya se encontraba despierto y empezando una corta rutina de entrenamiento que llevaba haciendo desde hace ya varios años, debido a su experiencia y su habilidad perdida en el pasado, ha tenido que recurrir a unas practicas diarias de media hora, o hasta de una hora (dependiendo de que tan estresado o motivado este) para poder mantener pulida sus capacidades físicas y hasta mentales. Antes de volverse Caballero del Viento, tenia que someterse a un entrenamiento explicito y complejo donde tenia que usar las fuerzas del viento a su favor para sus capacidades y ataques, las cuales muchos aspirantes a usar este elemento no podían dominar a la primera vez ni cuando se experimentaban con estas. Esto es debido a que se requieren los 5 sentidos para poder dominar tal elemento, para poder presentirlo, moldearlo y usarlo contra otros, ya que el aire se encuentra en cada parte del continente y del país de Zhelagor, lo que lo hace una fuente de vida para todas las razas que se manifiestan y respiran con el. Esto mismo se debía aplicar para los demás elementos naturales correspondientes.

En el caso del Aire, Grylehn tenia casi dominado en su totalidad la capacidad para usar este a puro pensamiento y voluntad, haciendo una serie de ataques precisos y continuos por medio de sus puños acelerados por la fuerza del viento en un muro de Endurio, el cual era conocido por ser un material capaz de absorber la fuerza de los elementos con relativa facilidad (pero posee un limite a esto, aunque es difícil de alcanzar). Continuando con su practica, decidió dar una serie de golpes multiples con ambos puños cerrados contra el muro, haciendo que este ejerciera un sonido similar a una roca fracturándose, aunque en realidad no lo hacia. Sus nudillos estaban ya algo cortados debido a los continuos golpes y patadas que había ejercido, usando sus piernas. Disponiendo de un cuerpo tonificado y varios tatuajes antiguos que cruzaban desde su brazo der. hacia su costado izq., la mayoría, símbolos arcanos.

─ Uhm... - Sono el hombre, viendo y sintiendo el dolor en sus nudillos ya adoloridos y empezando a cortarse debido a la continua repetición de golpes que ejercía sobre el muro, casi inalterado y dañado por sus movimientos. ─ Creo que ya ha sido suficiente, he estado un poco más de media hora practicando, no falta mucho para que sean las 6 AM. - Dijo Grylehn, mirando hacia el reloj de madera que se encontraba en el Salón, que era bastante alto y con el péndulo de acero resonando por cada segundo que sonaba, siendo las 5:56 AM. No faltaba mucho para que el sol empezara a salir.

Crónicas de Ardacius I: Desthyneis Incerthios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora