Nada de pensamientos

Todavía te pienso, mi pequeño amigo

Así como algo que tanto amaba y tanto deseaba en mi vida, igual así de la última vez que te vi, que jugué contigo, que platique contigo como una vil "inocente". Que puede que no lo demostraba tanto, pero te amaba demasiado. 

Mi pequeño amigo, esto va particularmente a ti. Hay días que pienso mas en ti, hay días que quiero creer que sigues a mi lado, moviendo tu cola, mostrándome tu amor. Eras la cosa mas hermosa por la que he llorado, eres el único que en un segundo mi humor cambia al sólo traer a mi mente tu recuerdo. 

Llegaste a mi vida cuando aún era una niña, cuando no podía hacerme cargo de un ser vivo por mi cuenta, pues ni me sabía cuidar sola (sigo sin poder hacerlo sola), nunca olvidaré como te vi en aquella pequeña caja de cartón, siendo tan solo un bebé, inocente de la vida. Mis padres decían que los schnauzer son de las razas mas juguetonas y vaya que tenían razón, contigo jugué mucho, contigo aprendí lo que era amar a una criaturita muy distinta a mi, contigo quizás inicio mi amor por los animales. Eras una simple bola de pelos, que temía de la vida, que temía de nosotros los humanos. Yo como una niña, me emocioné, pensando que podían pasar los años y seguiríamos juntos, que podrías seguir a mi lado pasará lo que pasará, claro que nunca se me vino a la cabeza que por un descuido, te irías de mi lado, unos cuantos después de haberte conocido. 

Incluso hoy te sigo llorando, incluso en este momento, que te escribo, te lloró, por recordar aquel día que mi hermana te llevaba en sus brazos, habías muerto unos pocos minutos antes, ¿qué habrás pensando? Me arrepiento por haberte dejado sufrir, por no poder haber estado a tu lado cuando nos necesitabas, ¿me odiarás? Espero que no, dudo que sea así,  hiciera lo que hiciera siempre me movías la cola, dispuesto a lamerme la cara, feliz, vivo, hermoso, lleno de energía para jugar con tus peluches o con esa pelota que tanto amabas traer (aunque después la perdiste .-.) 

Siempre que hablamos de ti, mis hermanos, (tus hermanos también por supuesto) y nuestros padres se ponen tristes, tú no quieres eso, sé que tu quieres vernos feliz. Siempre lo veía en tu carita, odiabas verme mal, siempre que estaba de mal estado ibas a donde sea que estuviera y me animabas. Eres el mejor amigo que pude haber tenido en mis malos momentos. 

Cuando tu hijo llego, tu estabas celoso, no lo demostrabas, pero lo estabas. Después te acostumbraste a esa bolita de pelos, que igual te extrañaba mucho hoy en día, ¿sabes qué? Él siempre, todos los días se acuesta en el suelo, muy cerca de la puerta, esperando a que llegues, esperando a que regreses de ese paseo tan... largo que te fuiste a dar. Descuida, ya no esta tan triste, es espontáneo ese sentimiento, como todos cuando te recordamos. Tu hijo, tiene la esperanza que vuelvas a casa, ya le dicho que no se puede, pero no escucha. Es muy necio, como tu lo eras cuando no debías hacer algo. 

Tengo tanto que decirte, que quisiera que estuvieras aquí, recostado en el suelo, al lado de la silla en donde estoy, quisiera volver a acariciarte muchas veces, quisiera volver a jugar contigo, quisiera volver a cargarte (aunque odiabas que hiciera eso, lo sé), suena loco pero, quisiera que de nuevo me gruñeras o que te la pasarás ladrando en el patio, como solías hacer y que a todos nos desesperabas. Cada cosa que hacías, quisiera que hoy pasará. Quisiera volver a verte, quisiera que ese día no hubiera pasado, que ese carro nunca te hubiera atropellado o al menos, hubiera querido haber sabido que estabas en la calle a esas horas para evitar que te cruzarás al otro lado antes que esa camioneta pasará. O haberte podido llevar al veterinario y salvarte la vida. 

Pese a ello, pese a que todos los días te pienso. Te agradezco por ser el mejor perro que he conocido, por ser un amargado y odiar que yo te amará tanto. 

Gracias mi pequeño amigo por existir, gracias por darme tantos recuerdo, tantos años junto a ti. 

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Lloré de princip a fin con esto. La verdad, nunca creí que yo pasaría por el hecho de perder a una mascota, que quiera o no se convierte en parte de la familia. Amo a los animales y a mi perrito lo amaba muchísimo mas, y ya incluso los meses que han pasado no había podido como tal desahogarme del todo, por ello le escribí, puede que piensen que es tonto, pero... me sirve pensar que así el no se sentirá tan solo sea donde este. 

Recuerden valorar todo, porque el día de mañana no sabrán lo que pasará. Una noche me despedí de mis perros, se durmieron, me dormí y a la mañana siguiente, se salieron de la casa, mi hermana fue a buscarlos, el pequeño, el hijo estaba fuera, en la puerta de alguna manera pidiéndonos ayuda. Después, llegó mi hermana y ya traía el cuerpo de mi perro, ya saben el resto de la historia. 

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Cada día de nuestras vidas es un rompecabezas que se va acomodando para ser armado y al final, la última pieza define como fuimos y el trayecto de nuestra existencia. 

Cambio y fuera.