Traición a Konoha

Capitulo 6

Sexto hokage, Kakashi Hatake
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_No... no, ¡No!... maldición ¡No!... abuela..._ El rubio lloraba desolado mientras la lluvia lo empapaba. Había intentado de todo, desde transformarse a modo rikudou para pasarle todo el chakra que aún tenía, hasta presionar ambas manos juntas en el pecho de la rubia, justo encima del corazón intentando hacer RCP el mismo y aplicar los pocos conocimientos médicos que su mejor amiga le había enseñado, sin embargo todo parecía ser inútil.

Sasuke observaba todo desde atrás, podía imaginar las razones de la persona que había atacado la aldea, deseo de poder, venganza... mas no podía pensar en que persona se atrevería a atacar Konoha en pleno día y en tiempos de paz.

Fue como un destello, fugaz, pero pudo percibirlo, sintió una firma de chakra aumentar de golpe a lo lejos, instintivamente volteo a ver a su compañero, y se encontró con que el rubio ya lo veía, como si él también se hubiera percatado de aquel hecho.

Con un asentimiento de cabeza por parte de ambos, emprendieron marcha, sabían lo que tenían que hacer.

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Cuatro días después...

Cuatro días, habían pasado solo cuatro días desde la muerte del quinto hokage de konoha, cuatro días de la desaparición de Sasuke Uchiha y Naruto Uzumaki. La aldea era un caos, gente robando, asesinando y ladrones entrando a la villa. El consejo había decidido nombrar a Hatake Kakashi el sexto hokage, una acción tomada como una medida desesperada por calmar a las personas y a las aldeas vecinas, las cuales ya sabían del homicidio de Tsunade Senju.

Jamas se imaginaron que las cosas decaerían tanto en tan poco tiempo debido a la muerte de su hokage, después de todo no era la primera vez que uno de sus líderes perecía en batalla, batallas declaradas descaradamente clandestinas en su propia aldea.

El peli-blanco ya no sabía que hacer, las aldeas mas cercanas a ellos, como Suna y Kumo les ayudaban en lo que podían, enviando recursos y ninjas a ayudar, en  cambio otras como Kirigakure e Iwagakure le exigían respuestas, hasta cierto punto el nuevo hokage los comprendía, después de todo, todo esto alteraba en cierta parte el tratado de paz, que con mucho esfuerzo y con sangre derramada por las cinco grandes naciones ninja se había logrado firmar.

No era algo fácil, a penas se estaban recuperando de las perdidas que había dejado la guerra, como para que ahora, tan solo un año después, un ataque de esta magnitud arrasara con lo poco que se habían podido recuperar, el Hatake estaba preocupado por sus alumnos, ya habían pasado mas de 72 horas y ellos todavía no aparecían, en un inicio no había visto ningún problema del que preocuparse, confiaba en sus pupilos y conocía su capacidad.

Pero el hecho de que no hubiera noticias de estos y el que las cosas en la aldea solo parecían ir de mal en peor, solo tensaban aun más la situación. El peli-blanco solo quería que sus alumnos aparecieran de una vez para reprenderlos o abrazarlos, lo que sucediera primero.

Un ruido lo distrajo de sus pensamientos, estaban tocando la puerta mientras una voz femenina pedía permiso para pasar, la cual rápidamente reconoció como la de Shizune.

_Adelante_ Dijo, arreglando apresurada mente su escritorio, para que se viera un poco presentable, poniendo unos cuantos papeles enfrente de si mismo para fingir que había estado trabajando, cosa que evidentemente no había estado haciendo. 

Cuando volteo a ver la puerta que había sido abierta hace poco, se encontró con tres personas bastante familiares mas no por eso agradables, con un rostro que solo podía traer problemas, los cuales el hokage ya tenía bastantes.

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La peli-rosa estaba sentada en las cabezas hokage, en la del yondaime, para ser mas exactos, sabía que ese era el lugar al que su compañero rubio iba para pensar, algo difícil de creer tratándose de Naruto.

Aún lloraba la muerte de su maestra cuando la fuerte sensación de intranquilidad derivada de la preocupación que sentía por sus compañeros nacía en su interior y no la dejaba pensar con claridad,  sin contar que la clínica,  aquella que tanto esfuerzo le había costado, había sido destruida durante el ataque. Como ninja médico, había estado ocupada todos estos días, estableciendo la carpa médica, consiguiendo suministros, así como medicamentos, vendas y demás cosas necesarias para la correcta curación de todos los heridos resultantes del ataque.

El hospital general de Konoha, el cual, si bien no había sido destruido, estaba inutilizado, ya que durante el ataque varios escombros cayeron encima de el, tapando las entradas y destruyendo algunos soportes, poniendo en riesgo la estructura del hospital.

Esperaba con todo su ser que sus compañeros no estuvieran en problemas, necesitaba que regresaran sanos y salvos, no sabría que hacer si ellos también corría la misma suerte que su maestra.

_Naruto... Sasuke... Mas les vales estar a salvo_ Susurró mirando el cielo despejado.

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El Hatake mantenía su mirada fija en los ancianos frente a él, se negaba a mostrar aunque sea solo un poco de amabilidad, pareciera que ninguno de los ahí presentes estaba dispuesto a ser quien hablara primero.

Hasta que un par de minutos después y con un suspiro de parte del hokage, lo que culminó esa batalla de miradas_ Bien, puedo saber ¿a que se debe el honor de su visita?_ preguntó, harto de la situación.

_Ha surgido nueva información Kakashi_ Sus arrugas hacían resaltar aún más su ceño fruncido_ tal vez deberías echarle un ojo a eso_ El peli-blanco miraba con desconfianza aquel sobre en su escritorio, sabía por experiencia propia que todo lo que venia del consejo era para desconfiar, pero no pudo evitar querer saber que es lo había ahí dentro.

Y la curiosidad que sintió en ese momento fue uno de sus peores errores, mas no lo sabría hasta después, cuando fuera demasiado tarde para reparar el daño hecho.

Continuara...