Capitulo 1

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La escuela había acabado el calor se acercaba y las actividades fuera amenazaban con ser difíciles, estaba en tercer semestre de preparatoria y mi madre insistía en que debía hacer algo estas vacaciones además de que n o me quería tener en casa desde la mañana sin hacer nada o encerrado en el cuarto. Ella insistía en que tenía que hacer amigos así que ese era la discusión de siempre.

La respuesta fue un curso verano de esos en los que entra amigos para pasar un divertido verano ah pero si eres alguien solitario como yo las cosas no salen muy bien.


Cuando entre creí que me aburriría o sería el marginado del lugar, ¿se lo imaginan? Yo en una esquina retraído, si ese sería mi final pero no fue así pues descubrí que nadar me daba una tranquilidad absoluta con solo sentir como el agua cubría mi cuerpo por completo y me arrastraba a sus aguas lejos de ese mundo donde ser una persona diferente era malo.

A mí no me importaba ser el bicho raro, pero ser alejado de la sociedad y de golpe ser integrado en ella me descolocaba de sobremanera. Savia que al estar en el agua todas mis dudas, preguntas y preocupaciones se iban solo por ese momento; nunca pensé que mi vida cambiaria cuando el llegara a mi vida dando un giro de 360° y así fue como empezó un interesante verano que no olvidare.


Un día común con personas comunes, pero a excepción de que me encontraba encerrado en un curso como un vil preso que no sabe que hacer sus primeros días más que escapar. Pero eso no me ayudaba como quería pues la gente siempre me mira raro por ser el chico que no hablaba con nadie y que se la pasa viviendo en su mundo de música. Bufe y me cruce de brazos para dejar que la música sonara con tanta familiaridad dentro de los audiófonos llevando mi mente a volar.

Y nuevamente caí a la realidad al fijarme en los chicos y chicas que pasaban de un lado a otro con conversaciones triviales y sin sentido aun que cuando me miraban solo cuchicheaban y seguían su camino. Yo solo puse los ojos en blanco antes de comentar.


-Estúpida sociedad.


Sonreí y me mordí los labios disimuladamente cuando un chico alto de mi edad paso por enfrente de mi y no pude evitar fijarme en todos los aspectos sobre él. Me sentía un acosador o como una de esas chicas con las hormonas alborotadas en busca de un novio. Pero no lo negaría tenía un buen físico de eso que reconoces en pasarelas o en los gimnasios que se notaba a lenguas y más por la playera blanca de tirante, un cabello negro como el plumaje de un cuervo y una piel tan blanca que apuesto a él le quedaría perfecta la canción de "Hijo de la Luna". La suerte, así como los amigos no era lo mío pues el en un momento se giro y nuestras miradas chocaron. El sonrió y un leve enojo combinado con algo de vergüenza emano desde lo mas fondo de mi ser.


¿Qué era lo que le causaba risa? Que un chico lo mirara o más bien la manera en la que lo miraba. Era la primera vez que me importaba la reacción de la persona ante mis acciones además de que su sonrisa escondía más tanto que de cierta manera tenia miedo de lo que ocultaba, pero no podíamos separar la vista del otro. Nuestro mundo se detuvo en ese instante y solo existíamos los dos o eso era lo que yo sentía.


Un instructor paso entre ambos haciendo que nuestra atención se desviara a lo que aproveche para desaparecer de la vista de él lo más rápido pero no fue la mejor idea pues empuje por accidente a una chica más joven que yo de ojos verdes. Me quite rápidamente mis audífonos y le extendí la mano para que la tomara a lo que ella la aceptó.

Mi DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora