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Niall

Decidí no probar mi suerte más, así que me mantuve alejado de Louis, los bares, y cualquier otro lugar, que no fuera mi casa y mi trabajo.

Y es que la verdad, era que no quería tener un problema con Louis; él podía ser tan bueno cuando tenía buen humor, pero me asustaba demasiado lo que podía llegar a lograr cuando se encontraba de mal humor.

Mis días se habían reducido a un horrible círculo vicioso. Lo peor de todo, era que ni siquiera me divertía. Simplemente estaba ahí, sobreviviendo en la vida.

Fui a trabajar un día, como cualquier otro, esperando a ver si hoy algún cliente reclamaba por que la pizza estaba fría, o que le diera mal el cambio a alguien, o... Cualquier cosa. En serio, cualquier cosa que pasara, con que fuera algo que no se viera todos los días, me bastaba.

Llegué y saludé a todos, como de costumbre. Me coloqué mi uniforme, y me fui a mi área (la caja registradora). A veces envidiaba a los chicos que venían aquí, ya que siempre reían y se jugaban bromas entre ellos, pero yo.. Bueno, mis únicos amigos eran los chicos de la pizzería y Louis... Que nunca supe cómo es que llegué a hacerme amigo de él.

Pasó todo el día bastante aburrido, y de hecho, casi no hubo clientela, por lo cual, fue un día aún más aburrido.

Faltaban dos horas para cerrar, y yo estaba pensando en ir al cine después de mi turno. Quizá podía invitar a los chicos, para no ir solo o-

Vi un grupo de chicos entrar a la pizzería, sacándome de mis pensamientos, así que me paré frente al mostrador y esperé a que vieran los especiales, y se decidieran a pedir.

Los escuché murmurar por un rato, el cual, me pasé observando mis uñas, distraídamente, hasta que vi que un chico del grupo finalmente se acercaba al mostrador a hacer un pedido.

"Buenas tardes, Niall." Me saludó alguien, que podía decir, tenía una sonrisa en el rostro.

Volteé hacia arriba, sorprendido, pues no pensé volver a verlo... Porque la verdad, es que lo estaba evitando.

"Buenas tardes, Edward." Asentí, con una sonrisa amigable. "¿Puedo tomar tu orden?" pregunté amablemente. Intenté no tener mucho contacto visual con él, mientras anotaba lo que quería, en la máquina, y le cobraba el total. "Bien, en unos minutos estará listo tu pedido." Le aseguré, mientras imprimía el recibo.

"Espero no causarte problemas con esto, pero... ¿A caso están peleados Louis y tú?" me preguntó después de unos segundos que el grupo de sus amigos fue a sentarse a una mesa, dentro del establecimiento.

Me sorprendí, puesto que no me esperaba una charla por su parte, mucho menos, una que mantuviera como tema a Louis.

"No. Bueno, no lo sé. A decir verdad, no recuerdo la última vez que lo vi o hablé con él." Contesté sin cuidado.

"Lo he notado raro desde aquella vez que estábamos en tu casa" me sentí un poco incómodo cuando él mencionó ese día. "lo cual me recuerda, que debo devolverte tu ropa." Levanté mis manos automáticamente, restándole importancia.

"Hey, no pasa nada. Es sólo ropa." Me encogí de hombros.

"No es cortés de mi parte quedarme con tu ropa, cuando tú fuiste demasiado amable conmigo. Dime qué día descansas. Podemos salir quizá a tomar algo, y te la puedo devolver." Insistió Edward una vez más, con esa amabilidad tan característica de él, dándome una sonrisa.

"No es para nada necesario. No tienes que hacerlo. No la quiero devuelta." Dije una vez más, sin ningún cuidado, debido a que en mi mente  figuraba aún el mantenerme alejado del "chico" de Louis. Y era mejor si mantenía ningún acercamiento hacia él.

Le vi bajar la mirada y asentir, y en silencio, se alejó del mostrador uniéndose a sus amigos en la mesa, tomando un asiento que daba la espalda hacia mí.

Me sentí un poco mal debido a ello, pero las cosas estaban tensas ya entre Louis y yo, y encima, Edward ni siquiera era mi amigo. Prefería mantenerme alejado de cosas innecesarias para mi vida.

Me acerqué a la cocina, dándoles el pedido a los chicos, quienes comenzaron a trabajar en hacer la pizza. Todo este rato, un poco de remordimiento me comía vivo, pero ni siquiera sabía por qué.

Quizá fui demasiado malo con Edward, y él ni siquiera sabía por qué, y no lo culpaba tampoco, sería bastante difícil estar en su situación sin entender porqué yo había actuado de tal manera, pero no era como "Oye, le gustas a Louis, así que tú y yo no podemos hablar.".

Aunque era todo muy tonto.

Cuando estuvieron las pizzas listas, llamé el nombre de Edward, puesto que él había dado su nombre, pero en cambio, uno de sus amigos fue quien las recogió. Y no sé por qué, pero me sentí un poco mal al respecto.

Lo ignoré, pero en cambio, estuve todo el resto de mi turno observando hacia la mesa del chico de rulos, sintiéndome mal y sopesando la idea de aceptar la salida... Si es que él aún quería.

****

Ya era hora de cerrar, y sólo quedaban Edward y sus amigos dentro. El gerente les informó que ya cerraríamos, y todos se levantaron del asiento, entre bromas y risas.

Observé al chico de rulos acercándose a la puerta y yo sólo sentía mi corazón palpitando fuerte contra mi pecho. Mis manos sudando, y una terrible desesperación por decidirme entre si debía o no llamar la atención del chico.

"Edward." Salió de mis labios antes de que pudiera detenerme a pensar qué estaba haciendo. Vi como el chico levantó la cabeza hacia mí, observándome simplemente. "Yo... Descanso mañana." Solté. Casi estuve seguro de que él pasaría de largo y saldría por la puerta, ignorándome.

En cambio, me sonrió.

"Paso por ti a las 4." Y con eso, salió de mi trabajo.

"Así que ahora muerdes almohadas, ¿eh?" Dijo juguetonamente un chico detrás de mí.

"Jodete. Sabes que soy hetero."respondí.

"Bueno, eso no lo sé, realmente." Me voltee hacia él, y le observé con una ceja levantada. "Jamás he conocido una novia tuya, desde que llegaste aquí." Levantó sus manos de manera inocente. "Además, él no se ve para nada mal."

"Que no soy gay, joder." Lo golpee en el hombro.

"Pues eso me pareció una cita." Insistió él.

"Claro que no. Encima, es el chico de Louis... Bueno, Louis gusta de él." Resoplé, girando los ojos.

"Louis... ¿Tu amigo, el chico pequeño de ojos azules?" Asentí. "Bueno, no retiro lo dicho."

"Vete a la mierda, Zayn." Empujé a mi amigo, antes de que él volviera dentro de la cocina. "Además, yo no sería el que muerda la almohada." Giré los ojos.

Hot N' Hard ||n.s.|| AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora