7; Una puerta abierta imposible de cerrar

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"Yo tomaré venganza; yo les pagaré lo que se merecen. A su debido tiempo, sus pies resbalarán. Les llegará el día de la calamidad, y su destino los alcanzará." Deuteronomio—32:35

[ ... ]

Fue la época más dolorosa de mi vida, en verdad, hubiera preferido morir a continuar sobreviviendo como lo hacía.

Ellos pisotearon mi alma, mi cuerpo y mi dignidad, me hundieron en lo más profundo del abismo mientras reían a carcajadas. No hubo un día en que no deseara con todas mis fuerzas no despertar al día siguiente.

Eso no era un juego de niños y yo no estaba exagerando. Quería, quería que alguien lo entendiera, yo no era feliz.

¿Como podía serlo?, sentía que nada de lo que hiciera o dijera tendría sentido o validez, fue tan decepcionante animarme a hablar y ser tomada como una idiota, mis palabras y sentimientos fueron ignorados, al final yo era quién "estaba mal", sólo necesitaba concentrarme en otras cosas, así nadie se metería conmigo.

Dolía, como una daga profunda enterrada en mi pecho y garganta, sentía que no podía respirar cada vez que me veían a los ojos. Mis piernas se se volvían pesadas, mi corazón se aceleraba, entonces me daban náuseas.

Quería sacarlo, necesitaba sacarlo, como si hubiera comido la cosa más asquerosa, aunque sabía muy en el fondo que no era nada físico, mi cuerpo no podía hacer de mis lamentos algo que expulsar.

"¿Quién va a ayudarte?." Esa voz horrenda yacía como eco en mi mente, timbraba como una alarma y yo me quedaba totalmente quieta. "No te rindas, tal vez un día lo consigas. ¿Quién sabe? quizá me aburra primero."

Mi teléfono estaba en el suelo, su pantalla estaba totalmente rota, me arrastre y lo tomé.

"¿A quién vas a llamar? ¿Tratarás de llamarla? No seas tonta, ella ni siquiera contesta tus llamadas. ¿No lo recuerdas? tú misma lo dijiste."

"¿Porque?" Agacho la cabeza usando sus brazos como apoyo para que no tocara el suelo, fue ahí donde todo lo que podía mirar era el gris y sucio asfalto, sus puños se apretaron, entonces repitió de nuevo. "¿Porqué?"

"Porque es divertido."

"¿Que es lo que es divertido?." Un grito lleno de ira y desesperación se escapó de su pecho, necesitaba que lo explicara porque no hallaba razones.

Esa persona caminó hasta quedar a su lado, poniéndose en cuclillas.

"Tú, tu me haces muy infeliz. Cuando te miro sólo veo algo decepcionante, sí. Así que, ¿Por qué no cambiar el panorama? Si lloras me siento muy satisfecho, sólo así es divertido." Una risa, una estruendosa risa capaz de martillar los oídos de la gente, todo mientras le explicaba porqué.

No sé atrevió a decirlo en voz alta, pero  ese día lo decidió. Algo que surgió de la desdicha y hasta ahora no puede perdonarse así misma por ello.

[ ... ]

Hubo un silencio bastante largo, era extraño, nunca le habían preguntado directamente si "Estaba bien" o "Si se encontraba bien" era irónico que se lo preguntara alguien que hasta hace poco jamás le había dirigido la palabra.

Sacrilege - Lee HeeseungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora