Su primera visita en el palacio - Sesshomaru x Rin-

Espía y Aldea

Todos los derechos pertenecen a su autora Rumiko Takahashi

Su Primera Visita al Palacio: Espía y Aldea

Corría desesperadamente esa mocosa había cruzado una línea muy delgado y el que iba a pagar los platos rotos era únicamente él. ¿En qué momento se había dormido?, ¿cómo iba a explicárselo al amo?.

— Mocosa del demonio — ¿dónde se había metido?, ¿acaso no le había explicado con toda la paciencia del mundo por qué justo esa noche debería perseguir al demonio?.

No lo había escuchado y encima osaba en irse tras él, podía sentir su aroma humano cerca, sería su fin y no el de ella el de él sí.

— ¡Hay criatura por todo lo que quieras no te dejes ver por un perro gigante! — acudió sus patitas al aire y corrió lo más rápido que pudo.

Desde tiempos inmemorables había existido un dicho tan viejo como el mismo tiempo "tienes que ver el vaso medio lleno" y enserio, él con todos sus años al lado de un demonio como Sesshomaru, que tenía que aprender a sostenerlo la circunstancia que fuera, ya que sí, vivir con su amo era... complicado.

Pero que alguien le explicara algo, lo único que tenía que hacer rápidamente era encontrar a la niña y alejarla del bosque, ¿en qué maldito momento esa debilucha había conseguido la habilidad de la velocidad sobrenatural?

¿Cómo demonios iba a sostener sus creencias si esa maldita mocosa estaba frente a una bestia talla gigante en el medio del maldito campo y que justamente era su amo?

— N-No... Rin maldición— ¿Esa mocosa que tenía en mente?, ¿Acaso no sentía miedo y deseaba huir?, ¿qué estaba planeando?

"¿Acaso quiere tocarlo?".

— ¡No Rin no lo toques! — gritó con todo y sus pequeños pulmones. Ella no tenía idea que significado y tradiciones existían en el reino youkai.

Desgraciadamente el cerebro de la niña tenía solo una cosa en mente, su amo, ¿no se sentía solo al siempre vagar sin compañía de nadie? Tener familia era lo primordial, tal vez ella sabía que jamás podría pagarle a su amo el devolverle su vida, pero tal vez si podría recompensarlo haciendo que jamás se volviera a sentir solo.

— Sabe quiero acompañarlo— Extendió un poco su pequeña mano hacia su asico. De alguna manera él le causaba ternura.

— ¿Sabes lo que me pides? ¿Por qué habría un humano de viajar con alguien como yo? —Asustarla sería lo mejor.

El señor Sesshomaru era desconfiado sin duda, qué podría hacerle una niña como ella a él. Solo quería que fueran buenos amigos.

— ¿Y por qué no? — qué respuesta tan simple le había dado aun cuando quería convencerlo de ir con ellos.

— Habrá más de un momento que puedas verme así, haciendo cosas atroces, yo soy un monstruo un demonio— Acercó su hocico más cerca del cuerpo de la niña, no aceptaría dudas — ¿no has visto algo tan terrible? —

— He visto peores—

Yako se alejó un par de centímetros de ella, ¿cómo era eso posible? Sabía que era huérfana ¿pero cómo fue que se convirtió en tal? — ¿Cómo qué? —.

— Unos bandidos atacaron mi aldea, señor imagine lo peor que haya visto, créame he visto peores...— dio unos saltitos hacia su hocico y apoyo su pequeña mano allí siempre teniendo en cuenta el mostrarle seguridad— estaré bien.