Su primera visita en el palacio - Sesshomaru x Rin-

Apareamiento

Una etapa natural en todos los seres, sobrenaturales o no.

Sesshomaru así lo entendía, realmente en su cerebro sumamente racional no había cabida para pensamientos como "detalles", "cortejos", o como algunas otras especias querían denominarlo "romance". En su cerebro y en su vida el apareamiento siempre tuvo dos direcciones: descendencia o consumación del placer sexual. Él siempre elegía esta última, ya que al ser un demonio joven y poderoso el encontrar una pareja que pudiera ser su compañera o parte de un contrato no estaba en sus planes.

El encontrar una hembra en sus épocas de celo jamás le había sido dificultoso, era sencillo e iba directo al punto, con él las cursilerías que sabía que algunas deseaban no pasarían jamás. Simplemente él no era de ese tipo, de hecho era tan él que si debía sincerarse se encargaba él mismo de que jamás hubiera descendencia posible de ningún tipo.

En sus años de cachorro adolecente su misma madre le enseño técnicas, brebajes y demás que una hembra en pleno auge jamás podría negarse a tomar como un simple "sake" para aligerar el momento. Estas bebidas servirían como anticonceptivos más que efectivos para desechar cualquier posibilidad de embarazo y sabía de su efectividad ya que su misma madre los usó cuando no buscaba descendencia.

Algunos dirían que puede ser cruel, pues él siempre planteaba las bases de ese encuentro: Puramente carnal, esporádico y sin compromiso alguno. Entendía bien su situación, él era un Lord del Oeste y siempre cabía la posibilidad que alguna de sus acompañantes no estuviera de acuerdo con solo ser "un momento", pero él no se arriesgaría a que apareciera alguna de ellas que en su vida planeaba volver a ver con un "jueves siete". Si tenía que encargarse personalmente de ese tema, lo haría y punto.

Y más con los acontecimientos que estaba sucediendo en su vida en los últimos tiempos. El plano sexual en su vida había pasado a otro nivel, menos de lo que ciertas épocas lo tuvo. Entre sus responsabilidades del palacio, las misiones, los enemigos, los entrenamientos y sus necesidades personales, en las cuales esta categoría tranquilamente podría estar, no veía necesario hacerle demasiado caso a su celo.

—Otra vez no me vas a ser abuela Sesshomaru—Comentó su madre apoyada en su hombro— Pero está bien eres joven y es pronto para eso— acaricio algunos cabellos de su flequillo, estaba concentrado viendo hacia la nada, claramente algo ocupaba sus pensamientos.

—Sé que deseas preguntarme algo, cuando vienes a visitar a tu madre algo quieres saber— Acomodó su ropa antes de tomar el montón de su cachorro y exigirle prestarle atención.

Dorado y dorado se encontraron, si bien sus charlas jamás habían sido demasiado extensas. Se tenían el uno al otro en cualquier situación— ¿Qué te pasa hijo?—.

— Las hembras con las que he estado este último tiempo no me han complacido—.

Los gráciles ojos de Iraue pestaño, ¿acaso su cachorro tenían alguna inquietud o preferencia sexual y ella jamás lo había sabido?, ¿eran esas mujeres malas en las sabanas? Debían aclararlo rápidamente.- ¿Cómo es eso?, ¿son malas en la copulación?, ¿gritan mucho y te aturden los oídos? Somos muy sensibles, ¿tienen buen cuerpo, pero son huecas?, ¿te gustan los machos?-

Sesshomaru miro a su madre intrigado, no tenía idea cuanto le preocupaba su vida teniendo en cuenta que lo dejó en su primera misión a los doce años.— Si a todas menos la última. Me gustan las hembras madre—.

—¿Tienes algún problema de virilidad? En nuestra especie no se da, y menos nuestro linaje además provienes de tu padre y tus abuelos que jamás tuvieron alguna falla en esa área—

— No otra vez...—¿Enserio estaba hablando de aquello con su madre?

—¿Entonces?—Se cruzó de brazos la mujer.