Día 2 • Habitación •

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Cuando salí de la ducha encontré las sábanas de mi cama desacomodadas.

Como si nunca las hubiese arreglado.

Tengo una rutina para las mañanas; Después de que suena el despertador me levanto, calzo mis pantuflas y me siento en el borde de la cama un par de minutos, luego tiendo la cama, para evitar la tentación de volver a acostarme, lo siguiente es ir a la ducha.

Nunca salto ningún paso.

Y no hay ninguna razón para que haya sangre en las sábanas, cuando mi cuerpo está intacto, y ayer estaban limpias.

Olían extraño también, no reconocí el perfume, pero aún así enterré mi nariz en la tela, sentía que ese era el olor de mi hogar, pero allí solo olía a mi.

En el manto de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora