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— ¿Tutor?, ¿de quién? —preguntó José frunciendo el ceño.

¿Para eso lo habían llamado, en serio?.

Alonso Villalpando, lo conoce, ¿no? —aquella mujer elevó una ceja.

El corazón de José comenzó a latir mas fuerte.

Que si lo conoce. Alonso Villalpando era, por excelencia, el chico más guapo que los ojos color miel de José alguna vez hayan visto.

Recuerda la primera vez que lo vio, era el primer día en aquel colegio, nadie conocía a nadie, pero aún así aquel pelirrojo entro saludando a cualquiera que se le pusiera en frente, coronándose como uno de los chicos más populares desde el primer momento.

Todo lo contrario a lo que el pelinegro era.

Lo había visto en su clase de ruso, y si era algo consciente de lo mal que le iba en aquel idioma pues no podía evitar mirarlo siempre. Y no era por ser acosador, simplemente aquel chico era tan tremendamente lindo que muchas veces se le dificultaba apartar la mirada.

Bien, tal vez podía ser un poquito acosador. Pero no podía evitarlo, aquel chico de ojos azules le gustaba demasiado.

— ¡Wey!, ¡wey!, ¡weeeeeeeeeey! —gritó el pelinegro una vez que hubiera entrado a la cafetería, que era donde su rizado amigo se encontraba comiendo, (su charla con la profesora ya había acabado). Lo vio en una mesa y fue corriendo a sentarse en esta— ¡Wey, wey!.

— ¡¿Qué, qué pasó?! —preguntó exaltado, su amigo nunca levantaba la voz, mucho menos llegaba gritando de esa manera.

— ¡Él!... Bueno, soy yo, ¡pero a él!, ¡wey! —tomó los hombros del rizado y lo sacudió, lo más fuerte que sus delgados brazos le permitieron.

— ¡A ver!, cálmate que no entiendo —lo detuvo— ¿Qué pasó?, ¿reprobaste?.

— ¡No!... No todavía, pues. ¡No lo puedo creer! ¡Seré tutor! —exclamó sonriendo, Freddy no podía estar más confundido para ese momento.

— ¿Y por eso te emocionas?.

— No entiendes, seré tutor de ruso de Alonso Villalpando.

— ¿El Alonso Villalpando con el que nunca has podido hablar porque te vuelves todo un bobo frente a él?, ¿ese Alonso? —y ahí, la sonrisa del de ojos mieles se borró de golpe.

Y es que, la verdad nunca había hablado con él. La única vez que el pelirrojo le dirigió la palabra fue justamente en la clase de ruso, pues necesitaba una lapicera. Al verlo tan cerca en aquel momento, su cerebro hizo corto circuito y terminó dandole su mochila entera.

Aun siente la pena.

— Eh si... Buen punto... —murmuró, soltando los hombros de su amigo y agachando su mirada— ¡¿Cómo diablos voy a hacerlo?!, ¡voy a soltar una tontería! ¡ahora no puedo hacerlo! ¡no p...!

— ¡Wey!, ¿qué te pasa?—interrumpió.

— Mi calificación en inglés depende de eso... No se que haré.

— Solo has lo que mejor sabes hacer —dijo sencillo, volviendo a comer.

— Y, ¿eso es...?

— Hablar ruso, duh.

— ¿Qué?

— Te he visto cuando hablas ese idioma, te vuelves un pretencioso de lo peor. Pareces mas arrogante y seguro de ti mismo, todo lo contrario a como eres normalmente.

Русский (Russkiy) - JalonsoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora