Yan observó el cielo irrealmente azul del desierto. Nunca antes había visto un color como
ese. Ella y Kaín llevaban casi medio año de viaje. Habían conseguido salir por muy poco de
Nir Fello, gracias a la ayuda de los bandidos.
Se habían unido a una caravana comerciante hacia el sur, directamente hacia Tir Nah'Kía,
bajo la apariencia de dos hermanos que huían de la difícil situación en Tir Nah'Fello. Fue fácil
convencer a todos de su historia.
Un destello en el cielo le llamó la atención. Sujetó la capucha de la capa que utilizaba para
protegerse del sol, el viento y la arena y observó con más detenimiento.
El destello se acercó y se convirtió en una pequeña mariposa negra con las alas emitiendo
un brillo suave.
-Es una Mariposa de Luz, estamos cerca de la ciudad.
Yan miró a la mujer a su lado. Ella iba en uno de los carros del comerciante mientras Kaín
se las arreglaba con un camello que había intentado morderlo dos veces.
-Es preciosa.
La mariposa se posó en su mano extendida y aleteó suavemente. Las pequeñas patitas le
hacían cosquillas en la palma. Volvió a alzar el vuelo para perderse en la inmensidad del
desierto.
-En Tir Nah'Kía las hay por millones. Recuerda que siempre debes tratarlas con respeto, allí
son sagradas.
-Recordaré tu consejo, Uriah.
Se giró hacia Kaín y le encontró observando la misma mariposa que revoloteaba entre las
orejas del camello. Ladeba la cabeza con curiosidad. La mariposa se acercó a él y se posó en
el pomo de Orquídea de Hielo. Se quedó allí el resto del viaje.
Yan observó asombrada el camino descente en una de las grietas del suelo que llevaban a
Tir Nah'Kía. Las mariposas empezaban a agruparse en el aire. Pasaron frente a muchos
guardias, tanto femeninos como masculinos. Algunas de las mujeres miraron dos veces a Kaín,pero él solo se preocupaba por dirigir al rebelde camello.
Por fin entraron en la ciudad a través de un arco de piedra sobre dos pilares con mariposas
talladas y policromadas. Grupos de mariposas reales revoloteaban alrededor de unos comederos,
iluminando la penumbra de la grieta. Yan miró a lo alto y se vio atrapada entre gigantescas
paredes de piedra.
Detuvieron los carros en el centro de comercio y Kaín hizo tumbarse al camello, lo único en
lo que no necesitaba ayuda. Se reunieron con el jefe de la caravana
-¿Cómo podemos agradecerte esto?
-Soy yo quien debería agradecéroslo, mi hija habría muerto si tu hermana no hubiera
ayudado en el nacimiento de mi primer nieto.
-Toda la vida es valiosa. No iba a dejarles morir pudiendo hacer algo.
-Nos vamos en unos días, pero volveremos el año que viene. Esperamos poder veros de
nuevo.
Se despidieron de todos con besos y abrazos antes de dirigirse al interior de la ciudad.
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Historia de dos Pricesas
Proză scurtăExisten dos Reinos, el del Sol y el del Hielo, cada uno tan diferente del otro que están separados por casi medio año de viaje. Pero en ambos las Princesas, mujeres de una misma línea real, han sido depuestas por hombres ambiciosos. En el Reino del...