La verdad...

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En un momento de la noche me sentí demasiado sedienta así que me levanté para ir por un poco de agua, abrí la puerta de mi habitación lo más silenciosamente que pude por suerte no había nadie. Baje las escaleras y entre a la cocina -donde estarán los vasos- no hay explicación de lo olvidadiza que puedo ser a veces, ayude a la señora Camryn a lavar y ni me acuerdo donde estaban las cosas. Me acerque a un gabinete, pero al abrirlo no me encontré exactamente con vasos, había copas de cristal rojas, levante los hombros y tome una para después servir agua, estaba a punto de llevar la copa a mi boca, pero una mano me arrebato el objeto. -no puedes usar esto estúpida- se trataba de milo, seco la copa y la dejo en su lugar. - ¡no tienes que tratarme así! - le grite lo que hizo que abriera sus ojos. -yo hago lo que se me la gana estúpida niña- estuve a punto de lanzar mi mano hacia mi rostro, pero algo me detuvo. -vaya ¿Qué hacen aquí? ¿estas tratando de robármela hermanito? - ¿pero de qué demonios está hablando? Milo solo gruño y salió de la habitación, pero antes me lanzo una amenaza. - no vuelvas a tocar esas copas niña estúpida- fruncí el ceño y vi como se retiraba y desaparecía.

-lamento eso, milo es un estúpido ¿no crees? - Lysandro me vio de forma picara ¿Qué estaba buscando? -no puedo decir si lo es o no, ahora si me disculpas volveré a dormir- Lysandro me tomo del brazo y me atrajo hacia el - ten tu vaso de agua- acerco un vaso con el liquido hacia mi rostro ¿en que momento...? Tomé el vaso con desconfianza, pero tenía mucha sed así que lo bebí, parece que no había ninguna trampa, solo era agua. Lysandro tomo el vaso de mis manos y lo dejo en el mesón -eres bastante linda- se relamió los labios lo cual me puso incomoda -si... me voy a dormir- me gire y camine hasta llegar a las escaleras -vamos... ¿Por qué no nos divertimos?- apareció justo en frente de mi a centímetros de mi rostro -yo... me voy- lo esquive pero el me tomo del brazo y me atrajo hacia él, paso sus dedos por mi cabello y sonrió, trate de soltarme pero era imposible tenia demasiada fuerza. -que maleducada eres- dijo burlón. sus dedos acariciaron mi cuello - es difícil controlarme ¿sabes? - abrí mis ojos al sentir su lengua pasar por mi cuello -que demonios- lo empuje, logrando que se alejara solo unos centímetros -¡me estas haciendo enojar!- me grito para después dejarme ver unos grandes colmillos -va...vampiros ¿Cómo es esto posible?- Lysandro se rio para después tomar mi cuello -¡vas a ser mía!- abrió su boca para clavar sus colmillos pero alguien lo empujo haciendo que cayera al piso -¿Qué demonios haces?¿eres idiota?- Milo grito y después escupió sobre él.

-te vas a lamentar- Lysandro se levantó y lanzo su puño hacia él, pero Milo lo esquivo con rapidez - ¿te crees muy fuerte hermanito? - rio y se abalanzó sobre el - no...- saco una daga de su chaqueta y la clavo en el pecho de su hermano ¿Qué demonios? Tenia los ojos bien abiertos viendo como Lysandro caía al suelo cubierto de sangre -no seas un llorón- dijo milo y lo levanto - idiota- Lysandro sacudió su ropa y se fue del lugar-yo pensaba que si atravesabas el pecho de un vampiro con una daga se moría al instante- note que había dicho eso en voz alta, milo me vio fijamente, parecía enojado -de nada- su mirada era de odio. -losiento, gracias- me acerque a el y lo abrace, pero esto pareció no gustarle ya que se apartó rápidamente. - esto no se va a repetir, si pasa de nuevo dejare que ese bastardo te deje vacía- lo mire fijamente a sus ojos - ya deja de verme así- me grito y saco sus colmillos, vaya esto explicaba lo extraños que son en esta familia. Pero extrañamente no sentía temor de ellos. Milo dio una vuelta y se fue corriendo.

Narra Milo...

Me dirigí a mi habitación ¿Por qué no deje que la mordiera? Me odie a mí mismo ¿Qué me estaba pensando, este no era yo, Empecé a dar vueltas por toda mi habitación cuando de repente su olor invadió mis fosas nasales, abrí la ventana, ella estaba asomada en su balcón el viento cocaba con su rostro y su cabello en dirección a mi ventana, su olor impregno toda mi habitación, enloquecí pero cerré la ventana rápidamente y me mordí a mí mismo - no mas sangre milo- susurre y me senté en el borde de mi cama. De repente sentí otra presencia en mi habitación. -lárgate Lysandro- dije casi en susurro, pero él seguía allí, hasta se sentó a mi lado -así que te gusta ella- abrí mis ojos y reí irónicamente - ¿gustarme? ¿una humana? Que estupidez- dije entre risas, pero Lysandro permaneció completamente serio -si no fuera así me hubieras dejado matarla ¿olvidas a Zenobia? Apreté la mandíbula al recordar esa escena - creo que no quieres que le haga lo mismo, no quieres que muera de la misma forma que su madre- apreté mis puños, recuerdo ese día como si fuera ayer, -esa mujer nunca debió morir- Lysandro sonrió y se acercó a mi oído -no podía resistirme a esa mujer, tan perfecta y no puedo resistirme a _______ ¿acaso has aspirado su aroma? Es fantástico- empezó a reír, apreté mi puño con ganas de golpearlo, pero me contuve. Lysandro salió de la habitación riendo como un idiota.

Recordé el pasado la Sra. Zenobia y su marido no merecían la muerte, todo fue un capricho de mi hermano que ni mis padres están enterados, esa maldita historia del accidente los tiene completamente cegados, pero, aunque yo se la verdad jamás podría hacer eso, me costaría la vida y la de Lysandro. Me acosté en mi cama y empecé a recordar todo con detalles.

Todo ocurrió en esta casa, mis padres habían salido a un viaje de negocios, ese día llegaron preguntando por ellos, Lysandro les mintió haciendo que pasaran, yo me encontraba en el sofá leyendo un libro. La pareja se pregunto donde estaban, pero antes de que se pudieran voltear Lysandro clavo una daga en la espalda de cada uno, ambos murieron viéndome a los ojos. Cayeron de rodillas al suelo y me encontré con el rostro de Lysandro, si ningún arrepentimiento de lo que había hecho, incinero al Sr frente a mí y después bebió toda la sangre de Zenobia para terminar igual que su marido. Desde ese día no he vuelto a ser el mismo, me aleje de mis padres, trato de hablarles lo menos que puedo porque temo que si les hablo de más termine contándoles toda la verdad.

Mysterious Teenager (Milo Manheim y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora