Entre a la casa, no había nadie era como si nadie viviera aquí -¿Por qué no entraste a clase? Te extrañe- dice Lysandro levantándose del sofá, su ropa era un desastre y su labio sangraba –dios mío ¿Qué te ocurrió?- el empezó a reír con fuerza ¿Qué le hacía tan divertido? -¿dios?- levanto una de sus cejas, yo lo mire frunciendo el ceño – relájate, no me paso nada solo tuve una pequeña pelea por una hermosa chica- lo mire confusa ¿habría sido por mi? Amber y unos chicos me habían hecho caer en el patio haciendo que cayera sobre mi hombro y este empezara a sangrar -¿tengo que ver en esto?- me sonrió y se acerco peligrosamente a mi –esos idiotas querían probar un poco de ti, pero tú solo eres mía- me tomo de las muñecas y me acóralo contra la pared -¿q-que haces?- acerco sus labios hacia mi cuello lo que hizo que me estremeciera – me encanta causar esto antes de beber- empuñe mis manos y use toda mi fuerza para quitarlo pero fue imposible, tal vez me había salvado la primera vez pero ahora no veía nada que pudiera detener –así me gusta- apretó uno de mis muslos mientras abría la boca para clavar sus colmillos –te dije que dejaras de fastidiar- abrí mis ojos al notar que se trataba de Milo –déjame comer hermano- volvió a mi cuello pero Milo actuó y lo empujo haciendo que cayera al suelo –vete- dijo casi en susurro pero no hice caso y me quede allí parada -¡que te vayas!- se quedo viéndome directo a los ojos como si lo último que quisiera es que me hagan daño, Salí corriendo pero me escondí en las escaleras tenía que ver como terminaría esto -¿Qué demonios haces? ¿desde cuándo te importa la gente?- dice Lysandro mientras se levantaba del suelo, estaba realmente furioso –no quiero que repitas esa idiotez- se acerco a él y le tapo la boca con su mano – cállate, nadie se va a enterar de eso- Milo se alejo bruscamente –no voy a permitir que la mates- Lysandro empezó a reír –ya veo, ya está más que claro esa chic te gusta, vaya si que encendió tu asqueroso corazón- note como Milo se sonrojo ¿le gusto a Milo? – deja de decir estupideces, solo no quiero que se repita, esa chica seguirá con vida mientras yo esté aquí – bien, no siempre la protegerás- se dirigió hacia así que actué y subí a mi habitación.
Me acosté en mi cama, empecé a pensar en la discusión que habían tenido ¿no quería que se repitiera? ¿Repetir que? Me levante rápidamente de mi cama, me acerque a la puerta del cuarto de Milo y golpee pero nadie abrió así que dirigí mi mano hacia la perilla, para mi suerte estaba abierto. Su habitación era muy oscura pero bastante ordenada, empecé a recorrerla hasta llegar a su escritorio, había varían hojas sueltas, al tomar una sentí como la puerta se abría, actué rápidamente y entre a su armario – ¡idiota! ¡Idiota!- repetía desesperado, halándose el cabello se sentó en su cama – tal vez una ducha me tranquilice- se levanto y se dirigió al baño pero al pasar por el frente del armario donde estaba se detuvo –por favor no- cerré los ojos con fuerza. -¿querías verme desnudo que?- dijo sin abrir el armario ¡demonios! –lo siento yo… - me tomo del brazo y me atrajo hacia él lo que hizo que abriera mis ojos -¿Qué haces aquí?- sus labios estaban a }centímetros de los míos –y-yo…- Milo empezó a reír pero en un momento paro y sus ojos se conectaron con los míos, extrañamente se mordió su labio inferior, di un respiro para después poner una de mis manos en su rostro -¿Qué haces?- me pregunto en susurro, no le respondí y empecé a acariciar su rostro, su pálido rostro tan suave, sentí como se fue acercando a mi poco a poco pero al estar a milímetros de mis labios se detuvo –sal de mi cuarto- abrí mis ojos y se separo rápidamente, me quede ahí parada completamente confundida -¿Qué estas sorda? ¡Sal de mi maldito cuarto!- dijo con rabia para después entrar a su baño. Mire el suelo por un momento y salí de la habitación –lo sabia- Lysandro estaba recostado en la pared con la mirada hacia el suelo -¿Qué dices?- me miro con rabia y se fue sin responder ¿Por qué a mí? Me dirigí a mi habitación sin antes poner en cerrojo, no odia confiarme en Lysandro.
Me desperté un poco indispuesta, hoy de nuevo escuela. Me duche y vestí para después salir para mi sorpresa había salido al mismo tiempo que Milo, lo mire fijamente recordando lo que había pasado el día anterior, el solo me sonrió y paso por mi lado sin decir palabra. Tome un respiro y baje, los señores Manheim estaban en la entrada con dos maletas ¿se vean? ¿Acaso mi suerte puede empeorar? –Volveremos pronto- Camryn se acerco a los chicos y los abrazo para después seguir conmigo mientras que el señor Gillian no dijo palabra. Al cerrarse la puerta Lysandro se volteo hacia mí y me sonrió –no le hagas caso- dice Milo sin mirarme. Me dirigí a la cocina y prepare algo para después salir, estaba a punto de seguir cuando alguien tomo mi mano, al voltear note que era Milo -¿Qué haces?- me solté rápidamente – vamos, ¿o prefieres ir con Lysandro?- rodee mis ojos y le seguí -¿Qué demonios te pasa?- Milo me vio confuso –ayer casi me besas y después actúas indiferente y ahora me tomas de mano y quieres acompañarme- Milo rio y tomo mi mano –yo actuó como se me dé la gana- no dije nada y seguimos nuestro camino hasta llegar, todos nos veían raro, al notar que aun nuestras manos estaban juntas lo note todo –bien, suficiente- soltó mi mano y entro rápidamente al salón. ¿Qué hice para merecer esto? Entre y todos me veían extraño, supongo que ahora creen que salgo con él, me senté en el único puesto vacio, al lado de una chica que no paraba de matarme con la mirada, la ignore completamente y puse toda mi atención a la clase.
Ya era hora del receso, estaba punto de salir pero la misma chica que me veía extraño se puso enfrente de mi bloqueando mi paso –no te acerques a Milo- escupió mis zapatos ¡ya era suficiente! La tome del cuello de su camisa y la empuje hacia los casilleros haciendo que se golpeara y cayera al suelo -¿Qué demonios?- la mire con furia y escupí su camisa, me voltee y note como todos me miraban impresionados menos una persona…. Milo, me miraba con una sonrisa en los labios. Arregle mi camisa y seguí mi camino hacia el patio, moría de hambre –que agresiva eres- levante la mirada, se trataba de Milo, tenía una sonrisa de oreja a oreja que lo hacía ver irresistible. -¿soy irresistible?- lo mire sorprendida, no es posible –que pensamientos más sucios tienes- gruñí y seguí comiendo – relájate no lo hare mas- ya me estaba hartando su comportamiento ¿Qué quería lograr con todo esto? -¿Qué quieres de mi?- el sonrió y tomo mi mano – creo que me estoy enamorando de ti-
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Mysterious Teenager (Milo Manheim y tu)
Vampireel misterio en ese chico me envolvía, quería conocer todos sus secretos. Se que no seria tarea facil pero pronto podría quitar esa máscara de rebelde y ver al verdadero Milo.