lo único que no busque

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lo siento, de verdad, en resumen: tarea, presion baja, trabajo nuevo y capitulo muy largo.

les cuento mas al final.

disfruten.^^

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Tras su espectáculo no tardó mucho en jalar a Roy fuera del lugar, llevándole hasta el patio, ambos se mantenían corriendo hasta llegar, deteniéndose cerca de un árbol que les cubrió con su sombra.

Ni bien él había hecho todo aquello, solo pudo hacer lo que su mente dictaba con dificultad, dejando las cartas y pensando en la única persona que en ese momento podría soportar a su lado, de manera irónica en realidad.

Esperando a que el chico recuperara el aliento y se tranquilizara, al menos dejo pasar un largo minuto - ¿Ya estas mejor? – le pregunto Roy.

-No - en esos momentos el rubio no quería ni recordar lo que se vio en la necesidad de hacer, simplemente porque ni él lo entendía, no sabía por qué todo termino así, porque actuó así, incluso no entendía cómo fue que solo los dejo luego de lo que hizo.

- ¿Cómo termino todo de esa manera? - quiso saber el pelinegro, viendo como los ojos del chico querían encontrar la respuesta, como si buscara dentro de su cerebro alguna explicación.

-...-

-Ok, mala pregunta, - comprendió al fin - mejor porque no me dices porque te fuiste.

Ed le miro rápido, sin mantener mucho la vista, no tenía ya las fuerzas suficientes para encararle-Sabes por qué...-

Esto preocupo a Mustang quien se posó frente a él, firme, resaltando más la diferencia de alturas, este parecía llevarle poco más de una cabeza, Edward solo se mantuvo jorobado con la cabeza gacha, sin palabras o valor.

-Bien, entiendo, pero si te iras hoy hay algo que haremos - animo, la energía se notaba en su voz, queriendo alejar las dudas del joven.

- ¿Mmmhh? - articulo sin ánimos, empezando a perderse en sí mismo.

Roy noto esto y no permitió que continuara, tomo con fuerza su mano y le jalo para que este le siguiera, sin dar tiempo a que reaccionara, le arrastro hasta la salida principal de la institución, recibiendo más de una mirada extrañada de profesores, así como alumnos curiosos que miraban como lo llevaba de la mano.

- ¿A dónde vamos? – pregunto Ed una vez fuera, mirándolo dudoso ante su gran cambio del día anterior.

-A ser felices-respondió, divertido al ver como la cara del chico cambiaba, comenzando a iluminarse.

- ¿A dónde venden chocolate? – volvió a cuestionar con algo de ilusión y algo de alegria en su tono.

El mayor regreso su mirada al más pequeño, con gran interés por las palabras del mismo, mientras el otro solo atino a sonrojarse al pensar mejor lo que había dicho, avergonzándose de sonar tan infantil, queriendo corregir lo que dijo.

-Me gusta el chocolate de Alemania - quiso excusar, siendo la última vez que podría probarlo.

Roy simplemente se rasco la mejilla, planeando al momento a qué lugar llevarle- vale, iremos por chocolate. - Su caminar se reanudo, sin soltarle le siguió guiando para que le siguiera. - Pero primero comeremos.