Capítulo 3

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-Mi cabeza...- se quejó Angelica sentándose en su cama mientras pasaba los dedos entre su enredado pelo creando un masaje para desvanecer el dolor que la recibió a las 10 de la mañana. Hora que para ella era tarde.

Se levantó con dificultad y se vio en el espejo. Hizo una mueca por lo horrible que lucía según ella, trató de verse decente y sin más, bajó a tomar un desayuno rápido.

-Buenas noches, Angie- la saludó su
padre al verla levantarse hasta esa hora.

Disculpándose por la tardanza se sentó en la mesa. Debido a que se sentía mal y nauseabunda por tomar la noche anterior no quiso ni tocar su almuerzo.

-¿Qué pasa Angelica?- Le preguntó su madre preocupada -¿No te gustó el pan con mermelada?-

-Comería si le dieran mermelada "Laurens"- susurró Peggy muy bajo.

-¡Sh! ¡Cállate, cara de insecto!- Le susurró devuelta amenazándola con el tenedor, la menor solo rió burlona. -Nada Mamá, creo que ayer comí mucho y me llené.-

Su madre aceptó y le dio otro vaso de jugo a ambas, antes de tomarlo levantó la vista a su hermana y comentó.

-De lo que me he dado cuenta es de que a Margarita le gusta mucho el pan francés-

Peggy escupió inmediatamente el jugo que ya tenía en la boca para seguir tosiendo, golpeó su pecho para retomar el aire mientras Angelica contenía la risa.

-¡Margarita!¿Qué modales son esos? Una dama nunca escupé.- Le regañó regañó su padre.

Tomó una servilleta y limpió su boca. -Lo siento, Padre- Le dirigió una mirada molesta a su hermana que sonreía triunfante. -Angelica, ¿Tu ropa está lista para la comida de está tarde?-

Los ojos de la morena se abrieron como platos. -. . . -

-No lo habrás olvidado ¿Cierto?- su madre clavó la mirada en ella.

-No No, lo que acabó de recordar es que era hoy, pero todo está listo- sonrió nerviosa. -Sólo estoy corta de tiempo-

-Pues más vale que te apures, jovencita-

Ella asintió y tomó rápidamente su jugo, limpió su rostro. Se paró de la mesa y dando gracias por la comida caminó a su cuarto rápidamente.

-Comida de compromiso...- musitó la hermana menor -¡Yo quiero estar aquí!-

-Ya te lo hemos dicho, Margaret, Sólo pueden asistir los novios, nosotros y los padrinos-le explicó por quinta vez su madre. Ella resopló y acabó de comer también.

Las horas pasaron y estaban apunto de dar las 3 de la tarde, todos los alimentos estaban preparados finamente y con cuidado se habían acomodado sobre la mesa.

-¿Angie?- Eliza tocó la puerta del cuarto de su hermana.

-Está abierto- respondió ella.

La Chica entró encontrando a su hermana arreglando su peinado con una de las sirvientas de la casa. -Que elegante- sonrió al verla.

-Sabes que no- contestó Angie burlona, le dio las gracias a la muchacha que salió del cuarto. -¿Y? ¿Cómo va todo?-

-Bueno, Alex es un encanto como siempre- contestó tras un suspiro enamorado, seguro era el octavo del día. -¿Qué fue de ti anoche? Nadie te vio tras irte-

-Uh... ya sabes como soy, no quería despedirme de todos- rió nerviosa -Además estaba ese sujeto rico e interesado ahí...uh.. ¿como se llamaba? Jein...-

-John Barker Church- completó Elizabeth con fastidio -Vamos Angie, es un buen partido-

La mayor se encogió de hombros -No me parece que compartamos ideales, aunque si paga todo supongo que está bien-

We can be Satisficed.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora