Odd, strange.

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Procese todas las palabras dichas por Leik. No terminaba de encajar nada. Me levanté de aquel banco con aire apresurado. Mientras caminaba por la calle la gente me señalaba. Los niños preguntaban a sus madres. No entendía porque, pero cuando llegué a casa, me dí cuenta de que había estado corriendo mientras, a la vez, lloraba. Al llegar a casa me encontré con una mal escrita nota.

¿Podemos quedar en un lugar  íntimo? Necesito aclararte todas las dudas que tengas. Esto es importante, Austin. Quedamos mañana en el café bar de la calle 79.- Leik.

¿Cómo sabía Leik mi primer nombre? todos me llamaban por el segundo nombre, no me gusta que me llamen Austin. ¿Qué quería Leik? ¿Cómo había entrado por segunda vez en mi casa?

El timbre sonó y fuí nervioso a abrir la puerta. Al abrir me encontré con Drake.

-¿Que quieres Drake?

-Dejame pasar.

-Pasa...- lo iba a hacer igualmente.

Cuando Drake ya estaba dentró se quitó la chaqueta y me la dió para que la guardase. Drake pasó sus dedos por mis descubiertas cicatrices. Al instante empezaron a desaparecer. ¿PERO QUE? Las cicatrices desaparecían ante el contacto de los ágiles dedos de Drake. Todos mis vellos se erizaron.

-¿Qué estás haciendo?

-Quito tus cicatrices.

Drake eliminó el contacto con mis brazos, pero se acercó a mi y me dio un agradable abrazo. Nunca había sentido esto con un abrazo. Me sentía seguro. Mi corazón se aceleró. Él me sacaba dos cabezas, por lo que yo estaba dentro suya, protegiendome.

-¿Que es eso Noel?- Dijo Drake, retante.

-¿El qué?

-Tu corazón, se ha acelerado.

-¿Mmmh?

-Llevo vigilandote varios días, y creo que me gustas.

-¿¡QUE?!-estaba vacilandome.

Drake se acercó poco a poco a mis labios y posó un ligero beso en mis labios. El contacto fue poco agradable. Sentí calor y frío a la vez. Senti que ganaba algo cuando perdía, que perdía algo cuando ganaba. Sentí que mi mundo se desmontaba entero. Pero lo peor de todo, sentí que me enamoraba lentamente. Eso era lo peor. Nadie me había besado nunca. Nadie me había mostrado que servía para algo. Y eso era malo. Me separé rápidamente de Drake.

-¿Que crees que estas haciendo?

-Solo... me gustas mucho, Noel.

-¡Vete de mi casa!

-Dejame explicarlo. De verdad.

-Cinco minutos.- pronuncié secamente.

-Soy hijo de un ángel y una mujer lobo. Son dos criaturas hechas para hacer daño a los humanos. Pero cuando se juntan y se aparean, nacen unas criaturas llamadas Glosan. Los Glosan viven para arreglar todo daño hecho por sus padres. Y por eso estoy aqui. Aunque está prohibido que un Glosan y un humano se enamoren, porque podrian salir a la luz cosas muy oscuras. El pasado del humano esta en juego. Porque los sentimientos que se dan en un beso no son los mismos que cuando besas a otro humano. Y le ayuda a resolver sus problemas. Y se que no vas a entender nada de esto. Pero necesito que confies en mi. Necesito que me dejes ayudarte. Si no me dejas no haré nada aquí.

Miré a Drake confuso. ¿Pero qué? Drake cogió su chaqueta y salió de mi casa. Cerró la puerta. Me apoyé en la puerta y un gran mareo acudió a mi. Me tumbé en el suelo y no recuerdo más. 

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Wonderwall→ Oasis

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